Otros gasoductos, con más de 10 mil kilómetros de extensión transportarán el energético desde Estados Unidos hasta varias terminales ubicadas en Coahuila, Sinaloa, Sonora y Chihuahua. Por ejemplo, Carso Electric y Promotora de Desarrollo de América Latina construirán el Samalayuca-Sásabe, de 650 kilómetros, a través de Coahuila y Sonora. La inversión asciende a unos 500 millones de dólares y la obra debe concluirse en 2017. Los últimos dos años se han aprobado seis gasoductos más, cuyo fin es generar energía a menor costo, mejor calidad y sin deteriorar el ambiente
. Para garantizar la limpieza de esas licitaciones el gobierno federal contó con la participación de la organización Transparencia Mexicana.
Por su parte, la Comisión Reguladora de Energía del vecino país recién aprobó el gasoducto TransPecos, para traer gas de Texas a México. La obra atravesará el Parque Nacional Big Bend. Una alianza de diversas organizaciones para la conservación de dicho parque se opone a esa obra por los efectos que causará al medio ambiente. Pero La comisión afirma que no lo harásignificativamente
, si se cumplen las medidas de mitigación apropiadas. El gasoducto, de 230 kilómetros, cruza los poblados texanos de Pecos, Brewester y Presidio. Luego atravesará hacia México por debajo del río Bravo. Debe estar concluido en 2017.
No son pocos los especialistas que ponen en duda la conveniencia económica y social de llenar de gas proveniente de Estados Unidos el norte y centro del país. Máxime cuando el precio de los hidrocarburos está a la baja y el futuro es incierto. De lo que no hay duda es de los efectos negativos en el medio ambiente y los recursos naturales, asuntos sobre los cuales las autoridades guardan silencio.