Por Andrés Oppenheimer.
Una de las preguntas que surgen tras el anuncio del presidente Barack Obamasobre una mayor apertura del turismo estadounidense hacia Cuba es cuánto afectará a los otros destinos turísticos del Caribe como República Dominicana, Jamaica o Cancún. Varios expertos dicen que Cancún, en el Caribe mexicano, será uno de los más perjudicados.
Según un estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI) de 2011, titulado "Se acabaron las vacaciones: implicaciones de la apertura del turismo de Estados Unidos a Cuba para el Caribe", dirigido por el ex economista de ese organismo Rafael Romeu, "la apertura de Cuba al turismo estadounidense significaría un cambio radical para la industria turística del Caribe".
El estudio concluye que un potencial levantamiento total del embargo de Estados Unidos a los viajes a la isla -que no ha sucedido aún y es improbable que el Congreso estadounidense lo apruebe a corto plazo-haría que entre 3,5 y 5 millones de turistas estadounidenses viajen a Cuba por año.
En cuanto al resto del Caribe, habría ganadores y perdedores, dice el estudio. El efecto final sería un aumento de hasta un 4% del total de turistas al Caribe, pues los hoteles en Cuba no tienen suficientes habitaciones para absorber una afluencia masiva de turistas estadounidenses, y los turistas europeos, canadienses y latinoamericanos, que ahora van a Cuba, buscarían otros destinos más baratos, señala el estudio.
Le pregunté a Romeu, que ahora es presidente de DevTech, una compañía de análisis económico, sobre el posible impacto de las nuevas medidas de Obama. Me dijo que sus conclusiones de 2011 siguen siendo válidas, aunque el "cambio radical" que pronosticaba su estudio será mucho más gradual.
Actualmente, unos 650.000 personas viajan de Estados Unidos a Cuba por año, de los cuales más de 550.000 son cubanoamericanos que viajan con visas para visitas familiares. Con las nuevas excepciones al embargo de viajes, el número de estadounidenses que no son cubanoamericanos que viajan a Cuba podría triplicarse para llegar a unos 300.000 anuales en los próximos tres años, según Romeu.
Sin embargo, lejos de convertirse en un desastre para otros destinos caribeños, Romeu considera que habrá un efecto indirecto que beneficiará a varios países. "Una vez que los estadounidenses empiecen a ir a Cuba masivamente, buena parte del millón de canadienses que viajan a Cuba cada año van a buscar otros destinos en el Caribe porque la capacidad hotelera de Cuba es limitada, y los precios de los hoteles van a subir", dijo.
Entre los grandes ganadores estará República Dominicana y otros países que ya reciben muchos turistas canadienses y europeos.
Entre los grandes perdedores estarán Cancún, Aruba y las islas Vírgenes de Estados Unidos, porque son destinos que viven en gran parte del turismo estadounidense, agregó. "Si no se diversifican o bajan sus precios, van a salir lastimados", señaló.
La Organización Mundial del Turismo (OMT) también afirma que el flujo de viajeros estadounidenses a Cuba podría tener un efecto positivo, sobre todo en el Caribe.
Carlos Vogeler, director regional para las Américas de la OMT, me dijo que "la entrada plena de Cuba en el juego puede reforzar la posición del Caribe como destino turístico en un contexto global. Hemos visto casos similares en el pasado donde la entrada de un nuevo competidor ayuda a que crezca el mercado".
Señaló que la nueva política de Obama llega en un buen momento para el Caribe. Después de varios años de crecimiento moderado, el turismo internacional hacia destinos del Caribe crecerá un 6% este año, por encima de la media mundial del 4%.
Mi opinión: las medidas de Obama para relajar las restricciones de viajes a Cuba pueden terminar siendo una bendición para los países del Caribe y México, por la sencilla razón de que el aumento del turismo estadounidense a la isla será un proceso gradual.
Un levantamiento repentino del embargo habría producido una avalancha de turistas estadounidenses, que hubiera sido un golpe durísimo para Cancún y otros centros turísticos. Pero ahora que el flujo de turistas de Estados Unidos a Cuba crecerá gradualmente, esos destinos tendrán tiempo para prepararse.
Ojalá diversifiquen sus clientelas y se reinventen como algo más que destinos de sol y playa, por ejemplo convirtiéndose también en destinos de turismo de aventura o turismo médico. Si se quedan dormidos, les irá mal..
Por Andrés Oppenheimer.
Claro que otras noticias como el reciente anuncio del presidente Barack Obama de que normalizará las relaciones con Cuba y la reelección de la presidenta brasileña Dilma Rousseff, tendrán un impacto. Pero nada sacudirá tanto al mapa político regional como la caída de los precios del petróleo, que se han desmoronado en un casi 50% desde junio hasta llegar al nivel actual de US$ 55 por barril.
Según un nuevo estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI), se trata de una tendencia que probablemente no será pasajera. De acuerdo con el estudio, elaborado por los economistas del FMI Rabah Arezki y Olivier Blanchard, los mercados de futuros sugieren que los precios del petróleo se recuperarán ligeramente y llegarán a unos US$ 73 por barril en el 2019.
Sin embargo, los precios petroleros seguirán deprimidos en comparación con sus niveles de los últimos años, cuando registraron a un récord de US$ 145 por barril en el 2008, señala el informe.
Entre las principales razones de la caída de los precios está la revolución energética que está ocurriendo en EEUU, gracias a la nueva tecnología de producción de petróleo conocida como "fracking", o fracturación hidráulica, y la disminución de la demanda mundial de petróleo.
Los países importadores de petróleo serán los grandes ganadores, y los exportadores de petróleo -como Rusia, Venezuela y Ecuador- los grandes perdedores.
En América Latina, el país más afectado será Venezuela, donde el petróleo constituye el 95% de las exportaciones totales del país, indica el estudio. Desde la revolución socialista de 1999 del fallecido presidente Hugo Chávez, Venezuela prácticamente ha acabado con su sector privado, y ahora depende más que nunca del petróleo. Este país también ha pasado de ser un importante protagonista de la diplomacia regional a convertirse en un jugador cada vez más débil. La influencia de Venezuela en la región ha sido directamente proporcional a los precios mundiales del petróleo: cuando los precios estaban llegando a un récord histórico a mitad de los 2000, Chávez pretendía convertirse en líder del Tercer Mundo. Ahora, Venezuela ni siquiera puede evitar que su aliado más cercano, Cuba, se acerque a Estados Unidos.
Brasil, México y Argentina, también serán perjudicados por la caída de los precios del petróleo, pero muy poco comparado con Venezuela o Ecuador.
Sin embargo, otros factores van a compensar estas potenciales pérdidas de inversión para estos tres países. Por ejemplo, se espera que China y Estados Unidos, los dos principales importadores de petróleo que se beneficiarán de la disminución de los precios, aumentarán sus compras de productos latinoamericanos.
Mi opinión: Es cierto que el deshielo entre EEUU y Cuba y la reelección de Rousseff tendrán un impacto político en toda la región, pero tal vez no tanto como muchos piensan.
La apertura de Obama hacia Cuba será debilitada por el Congreso, controlado por los republicanos, y el régimen de los hermanos Castro en Cuba torpedeará cada tanto su acuerdo con Washington. Y Rousseff iniciará su segundo mandato como uno de los presidentes brasileños más débiles de la historia reciente.
Ninguna de estas noticias afectará a la región tanto como el colapso de los precios del petróleo. De pronto, los países petro-populistas se han vuelto débiles, y los que tienen gobiernos que han mantenido políticas económicas responsables se ven cada vez más firmes en la escena regional. Las cosas están cambiando.
¡Feliz Año Nuevo!
*Columnista de The Miami Herald y el Nuevo Herald, Miami EEUU