Por JOAN TORRE Y ANTHONY SUCLUPE
“Creemos que el precio bajo del petróleo vino para quedarse”, indican Julian Jessop y Thomas Pugh, head of commodities research y commodities economist, respectivamente, de la consultora inglesa Capital Economist. Como ellos, diversos analistas económicos alrededor del mundo coinciden en que los precios bajos actuales del petróleo obedecen a cambios estructurales en ese mercado más que a eventos coyunturales.
Un petróleo barato para países importadores netos de petróleo como el Perú se traduce en un impulso en la tasa de crecimiento. En general el crecimiento mundial se vería impulsado en alrededor de 0.1% y 0.2% puntos porcentuales, de acuerdo con estimaciones de Adam Slater, senior economist de la consultora Oxford Economics, en un escenario en que el precio del petróleo baje hasta los US$ 60 por barril y se mantenga así los próximos dos años.
El Perú tiene una balanza deficitaria de petróleo y sus derivados, por lo que una caída en el precio de ese recurso se traduce en ahorros significativos.
Asimismo, el petróleo barato genera un impacto positivo en la inflación y la actividad económica.
El sector transporte será el más beneficiado, pues representa el 71% del consumo total de derivados de petróleo en el Perú. En el caso de las aerolíneas, por ejemplo, “el combustible representa entre el 35% y 40% de los gastos de operación de una empresa aérea”, señala Félix Antelo, gerente general de LAN Perú. Así, una baja del precio del petróleo puede significar ahorros significativos. La industria, la minería y metalúrgica, y la pesca son otros de los sectores favorecidos.
Pero no todo es positivo para el Perú. La otra cara de la moneda se da con el sector petrolero, que será impactado negativamente con los precios. “La caída tendrá un impacto directo en el upstream (extracción de petróleo), donde las empresas han efectuado sus cálculos y proyecciones económicas tomando como referencia precios más altos”, señala Manuel Galup, presidente del comité jurídico de la Sociedad Peruana de Hidrocarburos.
Ello, además, se traduce en menores ingresos al fisco por concepto de regalías petroleras, que a octubre de este año cayeron en 5% respecto a octubre del 2013, que pasaron de US$ 477 millones a US$ 456 millones.