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DEBATE
Un año de Kicillof. Escriben Lanata y Scibona
17/11/2014

Axel cumple un año con números negativos

Clarín

Por Jorge Lanata.

“Es una pavada atómica decir que entramos en default”

“No es que no nos dimos cuenta de que YPF andaba mal. Es que les tuvimos paciencia”

“Estamos tratando de no descuidar los temas de la economía doméstica”

“Hay quienes no encuentran el pelo al huevo y entonces le implantan pelusa”

(del ministro de Economía, Axel Kicillof)

“Cuando los hechos cambian, cambio de opinión. ¿Qué hace usted, señor?”

John M Keynes

Si los cumpleaños sirven para establecer balances, el próximo martes Axel observará que todos sus números del primer año son negativos; sin embargo, acumula cada vez más poder, no abandonó su andar canchero de ex alumno del Nacional Buenos Aires y acaba de gastar 600 mil dólares en un vuelo privado para asistir a la cumbre del G-20 en Brisbane, Australia. Si en lugar de ministro se desempeñara como cajero de un maxikiosco, ya habría sido despedido hace tiempo. “Es un chico teóricamente preparado -le dice a Clarín Héctor Méndez, el titular de la UIA- Aunque es muy dogmático y yo se lo he dicho. Nosotros los empresarios somos muchachos de barrio, y si él no entiende eso le cuesta llegar al público”. “Al principio nosotros tuvimos una buena expectativa -agrega Diego Pérez Santiesteban, presidente de la Cámara de Importadores-. La llegada de Kicillof al ministerio coincidió con el cambio del secretario de Comercio (Guillermo Moreno), y en las primeras reuniones que tuvimos con su equipo, en enero, sentimos que habría un cambio. Ellos nos dijeron que se iba a volver al tecnicismo y que buscarían una vuelta a los mercados internacionales para financiar obras públicas”. “El Banco Central está siendo utilizado como caja para financiar esta gestión -dice Martín Redrado, ex presidente del Banco Central, a este diario-. Kicillof se caracteriza por anestesiar la economía, para eso cambió emisión monetaria por emisión de deuda. Es un ideólogo sin experiencia en el manejo de la política económica, pero tiene la capacidad de no suicidarse”.

En los últimos doce meses perdió en todas las cuentas:

- La inflación hace un año era del 27,2%. Hoy ronda el 42%, según las provincias y las consultoras independientes.

- El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), elaborado por el INDEC, que permite anticipar como será el PBI:

Agosto de 2013: 4%
Agosto de 2014: -1,2%.

- El dólar a mediados de 2013: blue: $9,97; oficial $6,02.

A mediados de noviembre de 2014: blue $13,68; oficial $8,53. Desde que asumió Kicillof el dólar oficial se apreció 42%, mientras el blue avanzó un 37%.

- Reservas monetarias en manos del BCRA (fuente BCRA) :

18 de noviembre de 2013 : 32.150 millones de dólares
12 de noviembre de 2014: 28.172 millones de dólares.

- Inversión (fuente INDEC). Inversión Bruta Interna Fija:

Segundo trimestre de 2013: 16,2%
Segundo trimestre de 2014: -3,7 %

- Caída en el balance de la cuentas públicas:

Agosto de 2013 cayó 750 millones de pesos.
Agosto de 2014 cayó 1.877 millones.
Deuda externa bruta total, pública y privada:
segundo trimestre de 2013: 135.040 millones de dólares.
segundo trimestre de 2014: 147.854 millones de dólares.

Desempleo:

segundo trimestre de 2013: 7,2% (INDEC)
segundo trimestre de 2014: 7,5%

Según describe el periodista Ezequiel Burgo en su libro “El creyente”, Axel tuvo su primer trabajo como investigador a fines de los 90, a las órdenes del designado jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, en la consultora M Unit, que vendía servicios a los gobernadores. En 2001 puso el bar “Espero Infinito”, junto a algunos amigos. Finalmente quebró. Aquel fue su último contacto con la vida real: luego fue presidente de Aerolíneas Argentinas, más tarde gerente del área económico financiera (la empresa pierde 2 millones de dólares por día), director en Siderar por la ANSES, y luego expropiador y director en YPF. Como su admirado John Maynard Keynes, se llevó a patadas con su economía. En 1920 Keynes embarcó a sus amigos de Bloomsbury en lo que hoy sería un hedge fund y se lanzaron contra la libra, pero el Banco de Inglaterra los llevó a perder todo; el crack de 1929 lo volvió a arrollar, llevándole el 80% de su fortuna. Se recompuso en los años siguientes y reunió un capital de 32 millones que la crisis del 37 redujo a un tercio. “El deber de un inversor serio es aceptar la depreciación de su cartera de valores con ecuanimidad y sin reprocharse nada”, dicen que dijo entonces. Eso sí, era encantador dando consejos. “El maestro economista -escribió Keynes- debe poseer una rara combinación de dotes. Debe alcanzar un nivel alto en diversas direcciones y combinar talentos que habitualmente no se encuentran juntos. Debe ser matemático, historiador, estadista y filósofo. Debe entender símbolos pero hablar con palabras. Tiene que contemplar lo particular en términos de lo general, y tocar lo abstracto y lo concreto en un mismo vuelo de su pensamiento (…) Tiene que ser simultáneamente decidido y desinteresado, etéreo e incorruptible como un artista, pero a veces cercano a tierra como un político”.

Investigación: JL/Marcela Pagano/María Eugenia Duffard

El interventor de la economía

La Nación

Por Néstor O. Scibona.

A punto de cumplir un año como ministro de Economía, Axel Kicillof no podría jactarse de los resultados obtenidos. La actividad económica lleva casi cinco trimestres en recesión (la caída del PBI apunta a -1,5/-2%), el empleo privado retrocede; la inflación trepó varios escalones (hasta casi 40% anual); bajó el poder adquisitivo de salarios, jubilaciones e ingresos de trabajadores informales (lo cual deprime el consumo y acentúa la pobreza); se esfumó la mejora del tipo de cambio real empujada por la aislada devaluación de enero; se redujeron 12% las exportaciones y las reservas del Banco Central muestran una caída de 2500 millones de dólares (aún con algunos refuerzos de corto plazo). Todo con el telón de fondo del default parcial de la deuda bajo jurisdicción extranjera, de incierto desenlace en 2015.

Si Kicillof trabajara en una empresa privada, seguramente no recibiría un bonus este año. Sin embargo, no ha dejado de acumular poder hasta convertirse en el indiscutido "hombre fuerte" del gobierno de Cristina Kirchner. Ya lo demostró cuando logró desplazar y expatriar al polémico Guillermo Moreno, aunque no pudo hacer pie en el Indec que cuestionaba cuando dirigía la consultora Cenda. Y, más recientemente, al pragmático Juan Carlos Fábrega, quien no alcanzó a completar un año al frente del BCRA. Ha colocado funcionarios incondicionales al frente de la Comisión Nacional de Valores, la embajada de los Estados Unidos y la Secretaría de Energía; en el directorio del BCRA y en YPF (donde también es director titular); en Cammesa, en Enarsa y en la Comisión Reguladora de la Política de Hidrocarburos. También en la Cancillería, el Ministerio de Agricultura y la Secretaría de Ambiente, o directores del Estado en empresas privadas. El propio ministro conserva además esa función en Siderar, desde que se desempeñaba como subgerente general en la deficitaria Aerolíneas Argentinas con el respaldo de La Cámpora. Y, según rumores no desmentidos, también tiene en la mira al Ministerio de Industria y la Anses, mientras es medido por algunas encuestas de intención de voto para 2015, hasta ahora con magros porcentajes (3,5%).

El meteórico ascenso de Kicillof es anterior a su actual rol de "superministro", e incluso al de viceministro de Hernán Lorenzino. Con su dogmatismo ideológico (mezcla de marxismo y keynesianismo reformulado) y su elocuencia oratoria, tiene un discurso que todo presidente populista quisiera oír. Ya en 2010 proclamaba públicamente que los aumentos del gasto público, la emisión monetaria y los salarios como causantes de la inflación eran "un mito neoliberal". Música para los oídos de Cristina, que en la campaña electoral de 2011 aplicó dosis desmesuradas de políticas expansivas y un dólar "planchado" para empujar artificialmente los salarios, el consumo interno y los viajes al exterior con la economía creciendo a más de 8% anual. Una consecuencia de esa política "procíclica" (opuesta a a Keynes) fue generar o agravar déficits estructurales de divisas (energía, industria automotriz, electrónica y turismo), que derivaron en el cepo cambiario y controles que complicaron a toda la actividad económica. Otra, la reforma en 2012 de la carta orgánica del BCRA, que convalidó por ley el uso intensivo de la "maquinita" y de las reservas para financiar el creciente déficit fiscal y los pagos externos del Tesoro, a costa de más inflación y brechas cambiarias.

En este primer año como ministro y con la recesión ya instalada (afortunadamente en niveles de actividad relativamente altos), Kicillof volvió a las recetas "contracíclicas" que recomiendan los textos para reactivar la economía. Así, el gasto público pasó a crecer 45% en 8 meses de 2014, más de 10 puntos por encima de la recaudación (con una presión tributaria récord), mientras que la financiación del agujero fiscal apunta a unos 200.000 millones de pesos (de los cuales tres cuartas partes se cubren con "maquinita" y un cuarto con endeudamiento interno del Tesoro). También lanzó una nueva batería de planes de crédito dirigido y/o subsidiado (Ahora 12, Procreauto, Fondear, Procrear ampliado, etc.), que apenas han permitido últimamente atenuar la baja de producción y ventas, sin revertirla.

El problema es que el gobierno de CFK hizo tanto uso y abuso de esos antibióticos cuando no los necesitaba, que ahora surten poco efecto. Las causas son múltiples. Pero la clave es que, en nombre de impulsar la inversión privada, Kicillof hizo de todo para debilitarla (en 2014 retrocedería -4/-6%).

Paso a paso, el intervencionismo oficial fue ganando más espacios en casi todos los sectores clave de la economía, a costa de una mayor desconfianza empresaria. Se multiplicaron las exigencias de aportar al Gobierno centenares de planillas con información, requerir permisos para importar, exportar (cereales o carnes); negociar precios ("cuidados" o no) o asumir compromisos (de producción, empleo o exportación), sólo para evitar sanciones. La nueva ley de abastecimiento complicó aún más las cosas.

La escasez de divisas agravó el cuadro. Sobre todo tras el error de cálculo de creer que la Corte Suprema de los EE.UU. no empujaría a la Argentina al default en el juicio ganado por los fondos buitre, sólo por haber regularizado las deudas pendientes con el Club de París, Repsol y el Ciadi para conseguir urgentemente financiamiento externo. En este caso, CFK y AK no sólo bloquearon a último momento la salida de emergencia hasta enero de 2015 para evitarlo. También fue un fracaso la alternativa de cambiar la jurisdicción y domicilio de pago a los bonistas. Nada que ver con que "todo estaba perfectamente estudiado", según el ministro. Su prioridad ahora es reforzar controles, ganar tiempo, racionar reservas, conseguir dólares como se pueda y "zafar" hasta 2015, cuando venza la cláusula RUFO. Después se verá qué sale de la galera. Aunque las hipotecas que heredará el próximo gobierno sean más pesadas y el sector privado ya tenga la mira puesta en 2016..


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