IAPG ENCABEZADOPAN AMERICAN ENERGY (CABECERA
WEGTGN
SECCO ENCABEZADOALEPH ENERGY ENCABEZADO
PRELASTKNIGHT PIÉSOLD ENCABEZADO
SACDE ENCABEZADOINFA ENCABEZADO
RUCAPANELMETSO CABECERA
Induser ENCABEZADOSAXUM ENGINEERED SOLUTIONS ENCABEZADO
GSB CABECERA ROTATIVOFERMA ENCABEZADO
METROGAS monoxidoMilicic ENCABEZADO
PIPE GROUP ENCABEZADGRUPO LEIVA
cgc encabezadoGenneia ENCABEZADO
BANCO SC ENCABEZADOPWC ENCABEZADO ENER
WICHI TOLEDO ENCABEZADOJMB Ingenieria Ambiental - R
WIRING ENCABEZADOCRISTIAN COACH ENCABEZADOCINTER ENCABEZADO
EVENTO LITIO ENCABEZADOBANCO SJ ENCABEZADONATURGY (GAS NATURAL FENOSA) encabezado
OMBU CONFECATSERVICIOS VIALES ENCABEZADO ENER
DEBATE
Fernández Canedo: "Buscar dólares, ese denominador común"
04/09/2014

Buscar dólares, ese denominador común

Clarín

Por Daniel Fernández Canedo.

Axel Kicillof viajó a Beijing en el intento de activar un “swap” de US$ 4.000 millones del Banco de China, y evitar el debilitamiento de las reservas del Banco Central.

Ese “swap”, una especie de permiso para girar en descubierto hasta la cantidad de US$ 4.000 millones, le permitiría al Gobierno alivianar un poco las demoras que ya se hacen evidentes en los pagos de importaciones y le haría posible al Banco Central hacer una operación cosmética de las reservas de divisas que están bajo presión.

Mientras Kicillof buscaba sucedáneos de dólares en China, ayer Matías Longoni adelantaba en Clarín que la AFIP les está exigiendo a los productores de granos que indiquen con precisión, para poder ser detectados por GPS, en qué lugar están ubicados los silo-bolsa donde, supuestamente, están almacenados unos 27 millones de toneladas de granos que aún están sin liquidar. ¿Esperarán mejores precios para los granos o para el dólar?

El ministro en China, el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray –con el GPS para presionar a los productores–, y los ahorristas más chicos concurriendo a los bancos para pasar tenencias de pesos a divisas tienen un denominador común: buscan dólares al precio más barato que puedan conseguir en un nuevo contexto en el que el Banco Central cambió de táctica con el objetivo de defender las reservas que le quedan.

El titular del Central, Juan Carlos Fábrega, opta ahora por cuidar las reservas limitando la venta de dólares antes que encareciendo el dólar oficial, como lo había hecho la semana anterior, cuando lo hizo subir 13 centavos.

En otras palabras, Fábrega ahora prefiere no subir el oficial para evitar las sospechas de que la Argentina podría volver a una situación similar a la de enero, cuando las “mini devaluaciones” dieron paso a un salto cambiario de 23% que desató un salto inflacionario.

Para defender el “oficial” en $ 8,42, el Central vendió dólares futuro para fin de año a $ 9,50, vendió bonos dolarizados acá y afuera, les bajó encajes a los bancos para que fueran a comprarle letras y, anteayer, subió a 28,85% anual la tasa de las letras a seis meses de plazo que, para los bancos, puede resultar un negocio redituable.

Con esa batería defensiva, Fábrega intenta evitar que cobre fuerza la idea de que otra devaluación es inevitable (la inflación corre al 39% anual según Ecolatina) pero difícilmente consiga, sin un aporte adicional de dólares, dar vuelta la recesión y a la caída de la actividad económica.

Un dato nuevo en el tablero de control de cualquier economistas es que, con la caída del precio de la soja a nivel internacional (se calcula en US$ 380 la tonelada para la próxima campaña), difícilmente los dólares vayan a llover por el lado de las exportaciones.

Y, por más que apriete el cinturón con fuerza para evitar los pagos de importaciones, Fábrega no logrará frenar la salida de divisas a menos que esté dispuesto a herir seriamente el nivel de actividad.

Kicillof también estuvo en Brasil en otro intento por equilibrar la balanza del comercio automotriz, que para la Argentina tiene un costo importante en términos de divisas.

Hoy, el 60% de los autos que se venden en el país son de origen brasileño, o sea unos 36.000 autos por mes.

Por el comercio de autopiezas, la Argentina afronta un déficit anual del orden de los US$ 10.000 millones.

Si a eso se suman los US$ 4.500 millones anuales de la importación de electrónicos vía Tierra del Fuego, los US$ 6.500 millones del déficit de la balanza energética y los US$ 4.000 millones (eran US$ 8.000 millones el año pasado) del turismo se empieza a bosquejar la montaña de dólares de importación que en los últimos años se pudo sostener por el aumento de la campaña agrícola basada, fundamentalmente, en la soja.

Una cosa que, pese a los discursos y el relato, no se pudo modificar es que la balanza comercial del sector industrial argentino tiene un déficit de US$ 30.000 millones al año. Y sin dólares que salgan de algún lado es imposible pensar en una recuperación importante.

Anoche, Fábrega dispuso, por segunda vez en el año, obligar a los bancos a desprenderse de dólares para aumentar la oferta de divisas en el mercado y tratar de serenar las aguas en el ya tonificado circuito del dólar “contado con liquidación”, en el que los que buscan billetes compran un bono dolarizado para venderlo en el exterior y hacerse de divisas.

El Central obliga a los bancos a bajar sus tenencias de dólares y bonos dolarizados del 30% al 20% de su responsabilidad patrimonial, lo que implicaría inyectar US$ 1.800 millones en el mercado (ver página 12).

¿Serán esos US$ 1.800 millones un puente de divisas suficiente para el tránsito hasta enero? Algunos economistas consideran ese mes cómo límite para que el Gobierno acuerde con los fondos buitre y pueda surgir un horizonte menos amenazante para la actividad económica.

Los economistas que siguen apostando a que el default será corto y que en enero –una vez terminado el riesgo de la temida cláusula RUFO, que amenaza con desatar una catarata de juicios de acreedores– habrá un arreglo entre el Gobierno y los fondos buitre, creen que ahí aparecerán los dólares porque la Presidenta no querrá terminar su mandato envuelta en una recesión con caída de tres puntos de la actividad económica.

“La suerte de la economía de 2015 depende de que en enero haya una negociación sobre el fallo del juez Griesa con una quita y el pago a los holdouts en bonos a largo plazo ”, dijo en una reunión con banqueros el economista Miguel Bein.

Ese escenario aparece muy borroso en estos días. Ayer, por caso, la Presidenta insistió en que pagarle más de US$ 300 millones a los buitres, por el juicio a favor con un reclamo de US$ 1.600 millones, no lo haría “ni abajo del agua”.

El costo de pasar de un escenario de “default corto”, pensando que en enero llega la solución, a otro de “default largo”, como herencia para el próximo gobierno, se presenta muy alto en términos de actividad económica.

Pero también, en lo que hace a los dólares contantes y sonantes.

Ayer, el ex presidente del Banco Central, Alfonso Prat Gay, publicó en Clarín que sólo por punitorios potenciales, el default se lleva US$ 6 millones por día. Un costo visible de una economía que está pagando muchos más y con consecuencias incalculables.


Vuelva a HOME

;