Por Juan Carlos de Pablo.
A raíz de la intervención militar en Ucrania, Estados Unidos y la Unión Europea le aplicaron sanciones económicas a Rusia. Moscú decidió tomar represalias, anunciando el redireccionamiento de sus compras de granos y alimentos a América latina. ¿Cómo puede impactar en la economía argentina esta decisión del gobierno ruso?
Al respecto conversé con el canadiense Frank Dunstone Graham (1890-1949), quien en un artículo publicado en 1923 sugirió reformular la aplicación del principio de la ventaja comparativa, dada la existencia de costos decrecientes en la industria y de costos crecientes en el agro y las actividades extractivas, fundamentando en esta asimetría la protección más allá del argumento de la industria infantil.
"Lo que colmaba su paciencia, al punto de generarle dos crisis nerviosas, era la aceptación sin análisis de los supuestos y las conclusiones que venían del pasado, la apatía frente a errores demostrables desde el punto de vista intelectual, y la demora en prepararse para enfrentar una crisis difícil", afirmó Charles Raymond Whittlesey.
-La reciente decisión rusa me hizo recordar lo que ocurrió en 1980.
-El 4 de enero de ese año el presidente de los Estados Unidos, James Earl Carter, anunció un embargo a las exportaciones de granos a la Unión Soviética, en respuesta a la invasión de ésta a Afganistán. Un par de días después, el gobierno de Estados Unidos convocó a los grandes productores de granos -la Argentina, Australia, Canadá y la Comunidad Económica Europea- a una reunión de emergencia, en Washington, para integrar un frente occidental que respondiera en forma colectiva y coordinada a la acción militar soviética. El 9 de enero, el gobierno argentino condenó la invasión rusa a Afganistán, pero al mismo tiempo anunció que no apoyaría el embargo, porque "no podía ser efectivo en un mercado internacional libre y fluido como el de los cereales, donde es imposible controlar el destino final de los embarques", según declaró el ministro José Alfredo Martínez de Hoz.
-¿Cuáles fueron los resultados?
-En 1980 el valor de las exportaciones de mercaderías aumentó con respecto al de 1979, a pesar del mayor atraso cambiario. Porque, en el corto plazo, el desvío de la demanda favoreció a la Argentina. La ventaja fue transitoria, porque tiempo después el embargo fue levantado. Obviamente que a la luz de esta mejora, ningún productor agropecuario invirtió de manera permanente. En el plano diplomático, la "gauchada" que ustedes les hicieron a los rusos no fue devuelta un par de años después, porque la Unión Soviética podría haber vetado -pero no lo hizo- la Resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas 502, planteada por los ingleses, referida a Malvinas.
-¿Y ahora?
-Estamos delante de un caso parecido, más allá de que en esta ocasión Rusia desvía la importación de alimentos y granos, ejerciendo una represalia en el plano económico, a pesar de que podría seguir importando de Estados Unidos y la Unión Europea.
-¿Qué quiere decir con un caso parecido?
-Que en el corto plazo podrán aumentar algunos saldos exportables y algunos precios, aunque préstenle atención al hecho de que ustedes no son los únicos oferentes; pero tanto los productores como el gobierno argentino tienen que saber que se trata de una mejora transitoria.
-¿Por qué lo enfatiza?
-Porque la historia muestra que mientras la mayoría de las personas adoptan sus decisiones diferenciando claramente entre las mejoras transitorias y las permanentes, la mayoría de los gobiernos no. Ejemplo: buena parte de los países latinoamericanos en cuyo subsuelo hay petróleo, se entusiasmaron con los shocks petroleros ocurridos en 1973 y 1979, por lo cual la fuerte caída del precio verificada en 1986 los encontró con menores recursos públicos y gastos públicos elevados e inflexibles a la baja. Como bien acota Arnold Carl Harberger, sin petróleo y con Rodrigo Gómez al frente de su banco central, México crecía sin inflación, mientras que con petróleo y sin Gómez, le pasó lo contrario.
-Don Frank, muchas gracias.