A lo largo de todo su mandato, la presidenta Cristina Kirchner pagó el costo de defender la actividad minera de las críticas ecologistas porque considera que es un sector clave para generar divisas. Este año, sin embargo, será el que menos dólares aporte a la economía desde 2010. Por una combinación de baja de precios internacionales de los metales que extrae y vende, y problemas domésticos, este 2014 caerían las exportaciones y hasta hay riesgo de que se pierdan puestos de trabajo, según advirtió Martín Dedeu, presidente de la Cámara de Empresarios Mineros en el marco del acto del Día de la Minería en Catamarca.
“Estamos haciendo lo imposible para que no se pierda empleo, pero sí se puede perder”, dice Dedeu. El sector emplea 100 mil personas según las empresas y más de 400 mil según el Gobierno. En 2010 se exportaron más de US$ 4.500 millones. El año pasado, unos US$ 4.100 millones. “Este año no será superior y puede ser menos”, dice Dedeu.
“La devaluación de enero mejoró un perfil casi insostenible”, apunta el abogado, quien durante su discurso aclaró que las empresas que representa no están en condiciones de prometer un crecimiento en la producción como les pide el Gobierno. El miércoles próximo el Poder Ejecutivo pretende anunciar un convenio con metas de producción, exportaciones y puestos de trabajo como los que la jefatura de Gabinete ya firmó con otras áreas. Pero no hay acuerdo.
La CAEM afirma que las trabas para girar dividendos e ingresar insumos frenan la producción. En diálogo con PERFIL, el secretario de Minería, Jorge Mayoral, rechazó las críticas.
“La estimación de producción muestra que no es así, porque si no tuvieran insumos no podrían cumplir esas metas”, agregó. Sobre el no giro de utilidades, contestó: “Lo dice Dedeu, pero no los accionistas: estuve con John Thornton, de Barrick, con John Smith, de Silver Standard y con accionistas de Glencore, y ninguno me dijo nada porque lo reinvierten”
Cada año ocurre lo mismo en el Día de la Minería. Con mayor o menor ímpetu, los empresarios aprovechan la ocasión para plantear sus dificultades a la hora de invertir y mejorar el perfil económico del sector. Y luego reciben la respuesta del crónico secretario de Minería de la Nación, Jorge Mayoral, quien ya no sorprende con sus discursos de tribuna y abundantes en elogios al Gobierno nacional. El miércoles último, en el almuerzo realizado en un predio de Valle Viejo, no fue la excepción, pero esta vez se sumaron otros ingredientes.
En primer lugar, el presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros, Martín Dedeu, insistió con la necesidad de establecer canales de entendimiento y medidas fiscales como la devolución del IVA, apuntó al costo del transporte como un freno al desarrollo del sector y pidió un "mayor acompañamiento del poder político” a las empresas mineras. Ante eso, Mayoral reclamó a los empresarios que no se queden con la "foto del día”, sino que observen la película, y a partir de allí desgranó una serie de números favorables a la minería argentina en las últimas tres décadas, en particular, claro, desde 2003 en adelante. "Como decía el General Perón, la única verdad es la realidad”, les enrostró. La "foto” que Mayoral prefiere ocultar con su vieja película es la caída abrupta de las exportaciones mineras desde 2012. Ese año, alcanzaron los 5.012 millones de dólares, en 2013 se redujeron a u$s 4.300 millones y este año las expectativas son de valores aún más bajos.
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En el tramo final de su defensa, el funcionario invitó a los "economistas presentes” en el almuerzo a que dejen a un lado los estudios de laboratorio y presten atención a los datos de la "economía real”. Éstos serán las próximas inauguraciones de proyectos mineros a lo largo del país y en distintas etapas del proceso, y allí desgranó una docena de emprendimientos, el último de los cuales será la puesta de marcha de los trabajos de exploración en Bajo El Durazno, Catamarca, a cargo de la UTE YMAD-Minera Alumbrera. "Esto es para todos los que creían que la minería se agotaba con Bajo La Alumbrera”, dijo eufórico. En efecto, Alumbrera arrancó hace ya 17 años y se encuentra en la última etapa de su producción.
Ocupa a unos 1.800 trabajadores en forma directa, su flujo de ingresos anuales a la economía argentina ronda los u$s 30 millones, aporta otros 12 millones a la recaudación tributaria provincial y municipal, representa uno de los principales yacimientos metalíferos del mundo a cielo abierto y fue durante años el más grande productor de oro y cobre del país. Sin embargo, Mayoral nunca lo conoció en vivo y en directo en ese tiempo, por meras diferencias personales con la empresa. La primera visita que hizo al emprendimiento fue hace poco más de un mes, y no por lo que representa Alumbrera en sí, sino para conocer más acerca de lo que puede venir en Bajo El Durazno. En suma, no le vendría mal al funcionario acompañar a los economistas a conocer "la economía real” que pregonó con tanto entusiasmo el miércoles pasado.
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Pero Mayoral no fue solo un buen ejemplo de "haz lo que digo, pero no lo que hago”, sino que también cumplió a rajatabla con otro mandato del relato: silenciar al rival. Lo hizo al impedir que el gobernador bonaerense Daniel Scioli, invitado especial en el Día de la Minería, se pusiera al frente del micrófono para cerrar el acto, tal como estaba previsto al principio. Según se supo, la orden había sido impartida por el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, jefe directo de Mayoral. Si bien los allegados a Scioli negaron el episodio, los presentes entendieron perfectamente que se trataba de un capítulo más de la guerra fría que viene sosteniendo la Casa Rosada contra el bonaerense. Scioli, de hecho, partió raudo desde el predio chacarero al aeropuerto apenas se levantó la mesa principal.