(Opinión) FERRÁN (MINISTRO DE PRODUCCIÓN DE LA PAMPA): LA PROMOCIÓN GENERA FUERTE INEQUIDAD REGIONAL
La promoción genera fuerte inequidad regional
Ámbito Financiero.Por: Abelardo Ferrán
La promoción de un desarrollo industrial equilibrado desde el punto de vista territorial es hoy una política real y concreta que llevan adelante con mucho esfuerzo el Gobierno nacional y las provincias.
Las políticas de agregado de valor en origen, de sustitución de importaciones de los sectores hidrocarburifero y minero con la participación de empresas radicadas en los territorios donde se genera esta producción, de desarrollo de empresas tecnológicas, de desarrollo de la industria de insumos para la construcción y de apoyo al emprendedorismo, entre otras, son un ejemplo de un camino emprendido en que se toman en cuenta los recursos de las regiones en las políticas públicas.
Las disposiciones fiscales que generen arbitrariedad e inequidad en el desarrollo regional, no pueden ser permanentes, porque condenan a los territorios no beneficiados a un atraso relativo, afectando fundamentalmente a las nuevas generaciones. Esto lo conocemos bien por ser nuestra provincia una de las más afectadas por las modificatorias de la Ley nacional 22.021, las leyes 22.702 y 23.084. Por eso, hoy como nunca antes en la historia de nuestra provincia tenemos las condiciones para desarrollar las capacidades de nuestro territorio. Esta nueva realidad tiene las condiciones que necesitábamos para desarrollar nuestras potencialidades, así como para aprovechar las oportunidades que se presenten tanto en el mercado local, como en el nacional o el internacional.
Nuestra idea es pensar al territorio provincial no solamente como un soporte pasivo de localización de empresas, totalmente dependiente de estímulos fiscales y financieros, sino convertirlo en un contexto innovador activo, facilitador del cambio tecnológico y estimulador de la creatividad económica y empresarial, que pueda aprovechar las ventajas que presenta nuestra dotación de recursos naturales; todo ello con inclusión social.
En provincias de poca población como la nuestra, y por qué no, en un país relativamente poco poblado, el camino de la industrialización debe estar fuertemente asociado a desarrollos tecnológicos propios, y debe ser intensiva en capital, lo que se traduce en altos salarios reales. Esa visión está fuertemente afianzada en el Gobierno nacional en cabeza de nuestra Presidente, y es ejecutada mediante políticas concretas en los ministerios de Industria, de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y de Educación, entre otros.
Esta integración de acciones con objetivos claros, que buscan generar ventajas competitivas en nuestro país que permitan un crecimiento industrial sostenido y menos dependiente de los grandes países industrializados, muestra un camino virtuoso que no se debe abandonar. No tenemos que conformarnos con las migajas que nos quiere dar un mundo con grandes desequilibrios regionales, que siempre va a buscar la forma de desnaturalizar las iniciativas que consideren riesgosas a sus intereses. Debemos recordar que si bien muchas compañías del mundo desarrollado se han globalizado con inversiones en países periféricos, la gestión estratégica, la mayor parte de la investigación y el desarrollo permanecen en el país de origen, imponiendo su potencial técnico-organizativo, su poder innovador y competitivo a la economía mundial, y, en consecuencia, quedándose con la mayor parte de la renta. Este esquema de localización de la industria global, que deja el mayor valor agregado en los países centrales, está apoyado, no nos olvidemos, por socios internos, lo que en nuestra militancia juvenil denominábamos "cipayos".
El proyecto nacional con inclusión social tiene a la reindustrialización del país como uno de sus componentes más relevantes. Esta política económica pro-industrialista, tiene una herramienta fundamental, el Plan Estratégico Industrial 2020 (PEI 2020) que propone la profundización de este proceso mediante políticas de agregado de valor en origen, de reducción de la brecha de productividad con el mundo desarrollado, de sustitución de importaciones y de crecimiento de exportaciones con mayor contenido tecnológico.
Este plan nos impone un desafío como argentinos y como hombres del interior con responsabilidades sociales: hacer el esfuerzo por reconvertir nuestras economías, aprovechar al máximo nuestras ventajas comparativas y desarrollar las ventajas competitivas que den sustentabilidad a nuestras empresas y nuestros territorios. En definitiva, nos impone pensar todos juntos en un desarrollo armónico de mediano y largo plazo de nuestra Argentina, en la que la sustentabilidad económica regional no dependa de medidas arbitrarias que beneficien a algunos y perjudiquen a muchos otros. Una Argentina que se desarrolle en base al aprovechamiento de los recursos de sus regiones y con su gente.
(*) Ministro de Producción de La Pampa.