La economía argentina está sufriendo algunas debilidades. El frente cambiario muestra una de ellas. Y la relación comercial con el exterior es un significativo capítulo del frente cambiario (es el único modo de obtener dólares). Por ello, es un asunto de relevancia para Argentina que esté reduciéndose el superávit comercial en lo que va de 2013.
Las exportaciones argentinas muestran desde 2009 una desaceleración que impide mejorar el acceso a dólares. Esas exportaciones se triplicaron desde la caída de la convertibilidad, pero si se analiza una serie más corta resulta preocupante observar que midiendo volúmenes físicos las exportaciones en los últimos 5 años han crecido solo 12,68%. Argentina no ha podido mantener el alza de producción exportable en niveles anteriores a 2009 y la balanza comercial lo sufre.
En el primer semestre de 2013 la balanza comercial arroja un superávit de u$s 4.945 millones (fue en 2012 de 6.652 millones). Las exportaciones crecen el 5% pero las importaciones en un 11%. Y sabido es que la caída en el superávit contribuye a la escasez de dólares.
Ante la debilidad en el alza de las exportaciones el gobierno aplicó en 2012 fuertes límites a las importaciones que generaron un descenso de las compras desde el exterior (esto afectó seriamente el nivel de actividad), y parece que en inicios de 2013 esos límites no han sido tan estrictos porque las importaciones han vuelto a crecer. Sin embargo, la caída de las reservas internacionales, las tensiones cambiarias que motivan el denominado ‘cepo’ y el mantenimiento de ciertos límites a las importaciones y otras dificultades en este rubro llevan a pensar que en los próximos meses la administración, ante la dificultad de mejorar el acceso a dólares, acudirá –a menos que decidiera una muy improbable modificación del régimen cambiario– a limitar de modo más intenso importaciones nuevamente.
Por ello, resulta de interés descubrir qué sectores están contribuyendo a ese déficit comercial. Se sabe que la energía es un rubro crítico en la reducción del superávit comercial. Los combustibles minerales, por caso, han generado en los primeros 5 meses del año u$s 4.384 millones de importaciones y un déficit de u$s 2.662 millones en su balanza. Pero también el sector automotriz es deficitario, manteniéndose en un régimen particular ‘intramercosur’ (ambos sectores tienen para sus importaciones un estatus peculiar y cierto amparo por prioridades políticas).
Hay otros rubros que muestran significativos déficits y contribuyen a la escasez de dólares. Así, contribuyen generosamente al déficit los productos químicos (generan, aún considerando ciertos químicos que son superavitarios, u$s 1.978 millones de déficit) del plástico y caucho (1.025 millones), los textiles, los farmacéuticos, y también los metales en su totalidad (531 millones en éste último caso).
Pero el más destacado es el de las máquinas y aparatos y material eléctrico (u$s 6.624 millones de déficit), lo que muestra lo deficitaria que es la industria argentina a la hora de la inversión y a la vez las dificultades que habrá para que ella compatibilice la necesidad de seguir creciendo con el mantenimiento de la balanza comercial, en el actual sistema comercial y cambiario. En el mismo período de 2012 este sector había generado un déficit de u$s 5.707 millones, y en el de 2011, ya había alcanzado 6.395 millones de déficit (lo que muestra la estructura del mismo).
Esto es: si se mantiene el actual régimen de administración del comercio, las exportaciones no generan más dólares y el tipo de cambio y las operaciones cambiarias siguen reguladas como hasta ahora, no es difícil aseverar que la industria se encontrará ante la disyuntiva de la escasez de insumos, partes o bienes de capital (con el consiguiente perjuicio para su nivel de actividad) o la inminencia de alguna reforma en la política cambiaria, ante la escasez de dólares.