La decisión de la petrolera Chevron de invertir en la cuenca neuquina de shale gas de Vaca Muerta obedece más a un posicionamiento estratégico en proyectos de “clase mundial”, como se los denomina. En principio, no implica que la petrolera vaya a desarrollar el yacimiento en forma inminente, sino que su intención parece ser más una apuesta al negocio en el largo plazo. La visión corresponde a Roger Tissot, analista canadiense independiente del sector energético que suele canalizar sus conocimientos sobre el tema de los hidrocarburos asesorando a empresas y también en ámbitos académicos, como el Instituto de las Américas, en Estados Unidos.
Consultado por Clarín, sobre el acuerdo entre YPF y la petrolera norteamericana, el experto opinó: “la jugada de Chevron habla de una percepción — muy pragmática y oportuna- del riesgo país en los mercados de América Latina donde opera, como Venezuela, Brasil y Ecuador. En la Argentina, seguramente, Chevron también tiene temores de que le suceda algo similar a lo de Repsol.
Sin embargo, parece sortear la dicotomía entre la retórica política y la realidad económica. Es decir, entre el discurso nacionalista fuerte o subido de tono, incluso, de los gobiernos, versus la realidad económica, que plantea la necesidad de inversiones extranjeras para la extracción de los recursos.
Para Chevron, según el analista, “el acuerdo es una señal positiva sobre lo atractiva que podría ser la Argentina si las reglas de juego se mantuvieran mas estables en el tiempo. Es un proyecto interesante, que no le implica un desembolso demasiado importante y lo asume como capital de alto riesgo y de alta rentabilidad.
Para la Argentina, el Gobierno es el más beneficiado en el corto plazo.
Porque, demuestra que está haciendo algo, que no va en contra de la inversión privada, y al mismo tiempo, le da un mayor poder de negociación sobre todo con los países de quienes importa combustibles”.
“Claro que, luego, entra en juego también la cuestión social”, aclara Tissot. Se refiere al planteo de las comunidades aborígenes sobre la contaminación que implica el “fracking”, el método mediante el cual se extrae el shale gas. “ En Francia, por ejemplo, está totalmente prohibido porque lo consideran riesgoso, a pesar de que es uno de los países con reservas muy importantes.
En EE.UU., en cambio, consideran que el temor es infundado”.
Y agrega: “ Tal vez, es necesario un punto medio, que contemple regulaciones claras en materia ambiental, una supervisión estricta y la participación de las comunidades locales para que se mantengan informadas”.
Cumplida la primera etapa de desarrollo sobre la formación Vaca Muerta, YPF alcanzó en el presente mes de julio una producción de 10 mil barriles diarios de petróleo no convencional. Con alrededor de 100 pozos perforados –equivalente a tres veces la actividad de perforación del resto de la industria en el mismo período–, la empresa petrolera renacionalizada en mayo de 2012 ya está obteniendo los primeros resultados en un modelo de producción que promete darle a la Argentina una chance de conseguir el autoabastecimiento de modo permanente. El desarrollo de la producción no convencional en Vaca Muerta es un eje central del Plan Estratégico lanzado por YPF a mediados de 2012. El acuerdo firmado el último martes con Chevron Corp. implica la perforación de más de 100 pozos adicionales en el área hasta ahora operada por YPF (Gral. Enrique Mosconi), de 20 kilómetros cuadrados, fase inicial del desarrollo de un área mayor, de 395 km cuadrados, que requerirá inversiones totales, en los próximos cinco años, superiores a los 16 mil millones de dólares.
Vaca Muerta es un yacimiento que abarca un área de 30 mil km cuadrados en la provincia de Neuquén. YPF tiene un área asignada de 12.075 km cuadrados, de los cuales la zona de Loma La Lata norte-Loma Campana ocupa 395 kilómetros. De los 1500 millones de dólares que requerirá esta primera etapa de desarrollo en la misma, Chevron comprometió una participación de 1240 millones. Los restantes 260 millones fueron aportados por YPF y destinados al desarrollo del yacimiento ejecutado hasta ahora.
En mayo de 2012, cuando se produjo el desplazamiento de las anteriores autoridades en YPF –reemplazo de Repsol como accionista principal y de la familia Eskenazi de la dirección ejecutiva–, YPF tenía en actividad cinco equipos de perforación en Vaca Muerta. Esa cantidad se elevó a 9 para enero de este año y alcanzó a 15 en junio. Para el mes de octubre de este año se proyecta llegar a 20 equipos de perforación activos. Este incremento en el número de pozos en actividad se reflejó en la evolución de la producción del área, que pasó de 4000 barriles diarios a fines de 2012 a cerrar el primer trimestre de este año en el orden de los 7000 y alcanzar, en este mes de julio, los 10 mil barriles diarios de crudo, con más de 90 pozos en producción.
Los resultados obtenidos hasta ahora en la zona por YPF –confirmados por otras compañías que operan en la misma formación– corroboran el enorme potencial de Vaca Muerta para la obtención de gas y petróleo. Del primero se estima una existencia de 117 trillones de pies cúbicos potenciales, mientras que la proyección de reservas probables de crudo alcanzan a los 40 mil millones de barriles, que representaría multiplicar por diez las reservas actuales de la Argentina. Estas cifras deberán ser probadas por estudios posteriores que determinen la posibilidad de acceder al recurso y extraerlo en forma económicamente viable.
En el mismo sentido de hacer económica la explotación, uno de los logros que las autoridades de YPF destacan de esta corta etapa de desarrollo de la producción es haber podido reducir los costos por pozo perforado a través del lanzamiento de la denominada “operación en modo factoría” –un diseño complejo de operaciones continuas–. Un informe de la compañía al respecto señala que el costo promedio de perforación de los primeros ocho pozos en yacimiento no convencional fue de 11 millones de dólares (entre abril y diciembre de 2011). A partir de junio de 2012, con la aplicación de la nueva metodología de operación, ese costo bajó a un promedio de 10 millones de dólares por pozo y han seguido en descenso durante este año: 8,5 millones de dólares en el primer trimestre y 7,8 millones en el segundo. La proyección es poder estar perforando a un costo de 6,8 millones de dólares hacia el cuarto trimestre (proyectando perforar más de 130 pozos con esa técnica durante todo este año), para alcanzar hacia 2015 costos de perforación cercanos a los promedios internacionales, en torno de los 5,7 millones de dólares por pozo.
Sobre la base de este desarrollo de los yacimientos no convencionales neuquinos, YPF encaró la asociación con capitales extranjeros para abordar las etapas siguientes de su Plan Estratégico. El primer acuerdo alcanzado es con Chevron, para el desarrollo completo de la zona Loma La Lata norte-Loma Campana. El compromiso inicial de Chevron es una inversión de 1240 millones para participar en la perforación de poco más de 100 pozos adicionales, pero el desarrollo completo del área (395 km2) requerirá una inversión superior a los 16 mil millones de dólares, contemplando la perforación de más de 1500 pozos de desarrollo. La proyección es que, al cabo de cinco años (para 2017), se alcance una producción de más de 50 mil barriles de petróleo con una extracción asociada de gas natural de tres millones de metros cúbicos diarios. Pero este sería sólo uno de los múltiples desarrollos que podría encarar YPF en los 12 mil km cuadrados que tiene asignados en Vaca Muerta.