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Debate
SCIBONA, "PICANTE": "LIFTING, BOTOX Y MAQUILLAJE" Y "EL OTRO DESABASTECIMIENTO: INSUMOS IMPORTADOS"
07/07/2013

Lifting, Botox y maquillaje

La Nación. Por Néstor O. Scibona
Todo va mejor para la economía según el relato oficial: el dólar blue bajó $2,50 en dos meses; los precios en los supermercados están congelados y vigilados; en estas semanas el consumo se verá tonificado por el pago de aguinaldos, aumentos de salarios y asignación universal por hijo; el PBI crece más que en 2012, mientras que el blanqueo de dólares evadidos resucitará -vía Cedin- el mercado inmobiliario y la construcción privada.

Casi todo esto es o puede ser cierto. Pero las apariencias engañan. Como en una cirugía estética, la economía está bajo tratamiento intensivo para que muestre su mejor cara antes de las cruciales elecciones de octubre. Sin embargo, ni la aplicación de anestesia, lifting , B otox y maquillaje alcanzan para disimular las verdaderas causas de su deterioro.

Economistas ortodoxos y heterodoxos, como Miguel Ángel Broda y Jorge Todesca, coinciden por separado en que el objetivo del gobierno de Cristina Kirchner es conjurar dos riesgos letales para las expectativas preelectorales: que se disparen la inflación y/o el dólar paralelo. Para ser más gráfico, Todesca bautizó incluso esta estrategia oficial como "Plan Octubre". Uno y otro también concuerdan, como muchos de sus colegas, que lo que pueda ocurrir con la política económica después de ese mes es una incógnita similar al resultado electoral.

Todos los componentes del tratamiento para que la economía luzca un mejor rostro también tienen sus bemoles.

La caída del dólar blue y de la brecha cambiaria por debajo del 50% (llegó a 100% a comienzos de mayo) ha sido producto de fuertes dosis de anestesia sobre el mercado paralelo. Se aplicaron con la venta de bonos dolarizados en poder de la Anses para deprimir el "contado con liqui" y una inusual ortodoxia por parte del Banco Central, que desaceleró la expansión monetaria (de 37% a 27% anual), subió las tasas de interés (a casi 17% anual) y aceleró el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial (al equivalente de 25% anualizado). Ahora, el desembarco de Axel Kicillof en el BCRA sugiere que tenderían a diluirse estos componentes ortodoxos; a la inversa de los aprietes de Moreno sobre "cuevas" y casas de cambio para restringir operaciones, mientras esperaba el blanqueo y el debut del Cedin.

La consigna oficial es que cualquier huida del peso debe canalizarse hacia el flamante "cuasi dólar" para revitalizar la actividad económica. Sin embargo, como hay plazo hasta el 30 de septiembre -después de las PASO- para blanquear dólares negros, el canje por Cedin comenzó, como era presumible, en cámara lenta. Incluso porque la propia ley prevé una prórroga del plazo. O sea, que hay tiempo para "orejear" las cotizaciones y ver hasta dónde llegan los primeros atisbos de intervención oficial en el mercado secundario. El problema es que el propio Gobierno creó una fuerte expectativa con el Cedin pese a que su punto de partida es una incógnita: cuántos dólares habrán de depositarse para ser blanqueados. Sin este dato, todo es conjetural. Más previsible, en cambio, es que en el ínterin el BCRA deba emitir más pesos para financiar el aumento del gasto preelectoral (y los subsidios a la energía), a riesgo de mayores presiones cambiarias e inflacionarias. Mientras tanto, las reservas no dejan de bajar. Su actual stock de 37.200 millones de dólares ya implica una caída de 6100 millones en lo que va de 2013.

El minicongelamiento de 500 precios en las grandes cadenas de supermercados también muestra sus primeras grietas. Hay productos básicos con precio fijo que escasean y hay aumentos en numerosos rubros descongelados. Y aquí Moreno, más que como cirujano plástico, actúa como un carnicero de temer, y no sólo por sus repudiables ataques a periodistas. Al desempolvar la ley de abastecimiento, sancionada hace 39 años, inyecta más desconfianza a los empresarios. Aunque haya sido un gesto hacia la militancia oficialista, la clausura casi simbólica de cuatro locales de otras tantas cadenas de supermercados descolocó a quienes hasta ahora habían sido obedientes socios. Más complicada es la aplicación de esa añeja y discrecional ley a la cadena triguera, conminada ahora a vender sus stocks al mercado interno bajo amenaza de multas o cárcel. Pero la escasez de cereal y sus precios récord son producto de otro error de cálculo que el Gobierno no admite. Cuando hace un año anunció la ampliación de cupos exportables para estimular la siembra de trigo, muchos productores ya habían optado por volcarse a la cebada o reducir superficies. El resultado fue la peor cosecha triguera en 111 años, afectada además por plagas que bajaron la calidad del cereal. Ahora, Moreno optó por volver a cambiar las reglas, para bajar precios y evitar que el "granero del mundo" deba importar trigo.

Pese a estos parches irritativos, el problema es que la inflación volvió a empinarse en junio a una tasa anualizada de 25/26%, más allá del maquillaje que vaya a aplicarle el Indec. Y este repunte erosiona el salario real, ya que los aumentos de 24% promedio pactados en paritarias se abonarán fraccionadamente, lo cual debilita -junto con la mayor presión tributaria- su impacto sobre el consumo en el trimestre preelectoral.

Más previsible, en cambio, es que el PBI haya repuntado en el segundo trimestre debido a dos factores largamente esperados - la mayor cosecha de soja y maíz y el aumento de la producción y las exportaciones automotrices a Brasil- junto con una incipiente mejora de la construcción, que habría tocado piso en abril. Pero esta buena noticia también tiene sus bemoles. Por un lado, porque la liquidación de "agrodólares" no permitió al BCRA recuperar reservas, a raíz de la mayor salida de divisas por importaciones energéticas y turismo al exterior, entre otros rubros. Por otro, porque la escasez de dólares motivó un endurecimiento de las trabas para importar insumos, repuestos y equipos que afecta a numerosos sectores industriales y comerciales.

Un relevamiento realizado por Miguel Ponce, gerente de la Cámara de Importadores (CIRA) sobre la base de datos aportados por empresas socias y no socias, revela un freno en los permisos previos (DJAI) para importar insumos para la construcción y muebles (herrajes, cerraduras, patas regulables, siliconas especiales para doble vidriado de edificios, carpintería de aluminio); informática y telefonía (pen drives, mouses, teclados, CD y DVD, cartuchos de impresión, toner, baterías y cargadores); automotores (partes electrónicas y repuestos); gas (cilindros para GNC; aislantes para gasoductos y tanques); revestimientos de PVC y resinas para fabricación de calzado, asientos para automotores y hasta insumos para medicamentos oncológicos.

Esta situación agrega más incógnitas sobre cuánto crecerá la actividad económica en 2013. Así como el Indec maquilla el IPC para disimular la inflación, aplica Botox al cálculo del PBI, que se ubica muy por encima de las estimaciones privadas. Según el Estudio Broda, estas últimas promedian 2.7% frente a una proyección oficial de 4.6%, (que gatillaría en 2014 el pago del Cupón PBI por unos 3000 millones de dólares). Aún así, esta disparidad no alcanza a ocultar que la economía acumulará en dos años -2012 y 2013- un crecimiento inferior al de uno solo cuando lo hacía a "tasas chinas".

El otro desabastecimiento: insumos importados

Río Negro. Por Néstor O. Scibona

Isidro A. vive en el barrio porteño de Villa Urquiza, uno de los más castigados por las descomunales lluvias del 2 de abril que inundaron su casa y también su auto casi nuevo, estacionado en la puerta. A más de tres meses de aquel fenómeno climático, todavía sigue de a pie. Aunque tiene seguro contra todo riesgo, no pudo recuperar su vehículo de marca alemana y fabricación nacional. La razón es que la concesionaria adonde lo llevó a reparar sigue a la espera de repuestos importados, sin los cuales no funcionan varios dispositivos electrónicos como la apertura y cierre de puertas o ventanillas. Cada vez que pregunta cuándo estará listo, le responden que pase la semana siguiente, siempre con el mismo resultado. Ya sabe que nadie le compensará el lucro cesante en su actividad, ni el costo de usar taxis o remises como transporte sustituto.

Esta complicación se replica actualmente en numerosas actividades industriales y comerciales. La persistente caída en las reservas del Banco Central, que se ubican ahora en un escalón cercano a los 37.000 millones de dólares, tiene su correlato en un nuevo endurecimiento de las trabas a la importación de insumos, repuestos y maquinarias. Se trata de otra vuelta de tuerca al mecanismo que el gobierno de Cristina Kirchner aplica desde comienzos de 2012, como una manera de contrarrestar el aumento de las compras externas de gas y combustibles debido al creciente déficit energético.

Hace unos dos o tres meses que muchas empresas no obtienen autorizaciones de la Secretaría de Comercio Exterior (SCE) cuando piden permisos previos para importar, bajo el controvertido régimen de Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI), o bien reciben la misma respuesta que Isidro en la concesionaria. En el mejor de los casos, sólo consiguen el visto bueno para comprar menos que lo que necesitan. Y quienes ven reducir su stock de repuestos importados prevén que deberán subir los precios para preservarlos. Malas noticias también para sus clientes, mayoristas o minoristas.

Como la SCE nunca informó con qué criterio aprueba o rechaza las DJAI presentadas, el sistema ha vuelto a convertirse en una lotería, como ocurrió durante buena parte de 2012. A tal punto que son frecuentes las consultas entre empresas de un mismo sector para verificar quién tuvo suerte y quién no. Por ahora, sólo se salvan las intensivas en mano de obra; las que exportan mucho más de lo que importan; las que sustituyen importaciones o aquellas que elevan pedidos de reconsideración a través de cámaras industriales de buena relación con Guillermo Moreno.

Pero esto no evita que se agraven los problemas en el mercado de reposición de muchas actividades. En el caso automotor, el caso real citado al comienzo es un ejemplo elocuente. Otro, más conjetural, es que el robo de vehículos en todo el país se incrementó algo más de 8% durante el primer trimestre de este año (con respecto al mismo período de 2012), con un pico de 15% en la zona oeste del Gran Buenos Aires. No pocas compañías de seguros atribuyen el motivo a que los desarmaderos clandestinos puedan ofrecer piezas faltantes.

A partir del cruce de información entre sus empresas asociadas y otras no socias, la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA) elaboró un informe cuyos resultados revelan que el problema afecta a numerosos sectores y les impide no sólo planificar su actividad, sino también mantener niveles de producción o de ventas internas o externas. Incluso en equipamientos para la construcción, que el propio gobierno de CFK busca promover a través del blanqueo de dólares y el uso de Cedin.

Según esos datos oficiosos, actualmente se hacen sentir los faltantes en piezas importadas como herrajes, cerraduras, patas regulables para muebles, rueditas, imanes, siliconas especiales (para doble vidriado de edificios, aeropuertos y juntas para obras viales) y carpintería de aluminio, así como accesorios y partes para bañeras de hidromasaje. Esta escasez afecta la fabricación de muebles para oficinas y cocinas, mientras que otro tanto ocurre con plafones de iluminación y decoración, luminarias LED y de uso en seguridad hogareña o industrial.

En materia de computación, a su vez, el freno alcanza a las importaciones de pendrives, mouses, teclados y matrices para CD, DVD, en tanto la escasez de cartuchos de impresión, inyectores y toner viene incentivando la actividad de recargas con tintas no originales, en este caso a precios mucho más bajos. Más complicado resulta suplir, en telefonía, la falta de baterías, cargadores portátiles y repuestos de celulares.

Otro rubro afectado es la industria del gas, donde habría problemas para importar cilindros metálicos para GNC, así como recubrimientos y aislantes para instalaciones industriales, gasoductos, oleoductos y tanques. Y tampoco está exenta de problemas la industria textil por la falta de revestimientos de PVC y resinas que se utilizan para la fabricación de calzado, asientos para automotores, embalajes, muebles y hasta colchones hospitalarios.

Las restricciones también alcanzarían a insumos para medicamentos destinados a tratamientos oncológicos que, si bien sustituyen importaciones, revelan que las prioridades para autorizar o denegar DJAI resultan bastante difusas. Según algunas versiones, la SCE abre o cierra el grifo de las DJAI en función de la disponibilidad de divisas y la necesidad de preservar un superávit comercial del orden de 10.000 millones de dólares este año, a fin de no comprometer aún más las declinantes reservas del BCRA. En este sentido, las estadísticas oficiales resultan engañosas ya que revelan en mayo una suba interanual de 17% en las importaciones totales, pero ello incluye las importaciones de energía y compras estatales de material ferroviario a China.

Sin embargo, frente a la escasez de insumos importados imprescindibles para la actividad industrial y comercial, llama la atención la reaparición de productos extranjeros, que podrían considerarse de consumo suntuario, en las góndolas de algunas grandes cadenas de supermercados. Es el caso de agua mineral de origen francés; fideos italianos o chocolates suizos, cuyos precios llegan a triplicar o cuadruplicar a sus equivalentes de producción local. Aparentemente, obedecerían a acuerdos de Moreno con supermercadistas para que puedan sobrellevar mejor el congelamiento de precios, limitado ahora a 500 artículos.

Muchas empresas ahora dudan que se cumpla el vaticinio de Moreno, quien tiempo atrás prometió una "fiesta de importaciones" a medida en que se acercara la fecha de las elecciones, para no frenar aún más la actividad económica. Con la caída de 6.000 millones de dólares en las reservas del BCRA en lo que va del 2013, podría asemejarse a la "lluvia de gasoil" que el polémico funcionario había pronosticado sin éxito hace un par de años.


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