"Hemos progresado” decía un destacado actor del sector en la reciente Arminera 2013, aludiendo a que hoy la suerte de la minería en el país y en el mundo son analizados como dos cosas inseparables.
Hay una razón de peso: la depreciación de los activos ha sido tal que hoy hasta el último contratista minero del Interior hoy sabe de la debacle, que el Metal Economics Group ha valuado en más US$ 60.000 millones entre enero y abril de este año. En consecuencia, lo que ocurre con Vale, Barrick, Xstrata, Goldcorp, Yamana, AngloGold Ashanti, incide en forma directa en la suerte de proyectos y minas de la Argentina.
Sin embargo hay quienes insisten en no enterarse, para amargura de los mineros, como es el caso del gobierno de Santa Cruz que, pese a sus intentos, no ha podido entonar la melodía de su canción desesperada. El asfixiado (por CFK) Daniel Peralta intentó otra vez en la última semana juntar voluntades y votos para sancionar como leyes proyectos polémicos: la Ley de Fortalecimiento Fiscal, que intenta desde septiembre, incluye para el sector minero tres nuevos impuestos: el Derecho Real de Propiedad Inmobiliaria Minera (similar al Impuesto Inmobiliario Rural, para destinarlo a financiar el sistema previsional local); la eliminación como actividad no gravada con el Impuesto sobre los Ingresos Brutos a los ingresos por exportaciones de recursos naturales no renovables; y la aplicación del máximo porcentaje de regalías a todos los emprendimientos mineros actuales y futuros, para llevarlo al 3% sobre el valor boca de mina.
Alivio para las mineras, ma non troppo, ya que sobrevive la inquietud de qué hará la provincia que el año pasado ya pretendió que la actividad solventara el rojo provincial en las áreas de salud y educación. Con absoluta lucidez, la agencia de noticias mineras AIMSA ha recordado el agujero que se ha producido en la confianza y en las inversiones mineras en la provincia. “Cerro Vanguardia disminuyó la inversión en exploración para este año en más de un 30%; Minera Santa Cruz en alrededor de 12 millones de dólares; Minera Triton bajó de 11 a 1 millón de pesos su inversión en perforaciones para este año; Patagonia Gold disminuyó sus perforaciones a la mitad; Goldcorp Cerro Negro bajó alrededor de 12 millones de pesos la inversión en el rubro para la próxima campaña; Mariana destinó solamente un tercio de lo originalmente previsto, y Samco Gold decidió que de los 40.000 metros que planeaba perforar en este año, sólo sondeará 2.000 metros”.
Día de la Minería. Greenpeace alteró el almuerzo tradicional
AIMSA ha recordado la queja avinagrada del peraltismo: dos de cada diez morlacos tributados por el sector (y otros sectores productivos) se los lleva la Nación, algo que las mineras vienen diciendo desde lúcidos análisis como el de Daniel Jerez, de OLAMI, esta semana en Arminera.
Las tres mineras en operaciones en la provincia han abierto el paraguas frente a la embestida (que en versión santacruceña suele tomar la forma de un mix de hostigamiento a través de inspecciones y clausuras y de salvajes y de salvajes aprietes sindicales). Las compañías no descartan recortes de producción y reducciones de personal en caso de que la presión gubernamental complique la curva de rentabilidad hasta lo insostenible.
No es el único caso de fricciones e incomprensiones entre la política y la inversión minera. Sino preguntarle a los chinos de MCC Minera Sierra Grande, quienes vienen pasando sofocones con el gobierno nacional, a propósito de los fletes nacionales impuestos por la Resolución 12/12 de la Secretaría de Minería de la Nación. La minera reveló que con estos fletes made in truchargentina (porque los barcos no son nacionales sino que se trata sólo de un by pass) su negocio del hierro dejó de ser tal y dio detalles de cómo es la trama montada por Maruba, la naviera del sindicato de marítimos y el empresario Rodríguez. “No es sustitución de importaciones, es una intermediación en la que ganan US$ 400.000 por barco, nos triplicó el flete y con esto la proyección de la mina”, dicen los chinos, quienes llevaron su reclamo a su vicepresidente Li Yuanchao, reciente visitante de Cristina y a la oposición política rionegrina.
El haber ventilado este problema le valió al gerente de la minera, el chino Fernando Zhou, un maltrato memorable en las oficinas de Julio A. Roca, episodio que hoy comenta todo el sector. En público (como en el Senado contra los directivos de Vale) o en privado, el secretario de Minería parece haber elegido el papel del duro y castigador frente a los argumentos de inversores que simplemente dicen que los números no cierran. El otro comentario es el rol de los funcionarios de Río Negro, que en privado escucharon con gestos de comprensión a la minera y ante la patoteada porteña hicieron mutis por foro.
Sierra Grande. Los "fletes nacionales" complican a MCC
Argentina no es el único lugar del mundo donde la política y la minería se sacan chispas, sino que lo diga Barrick, y sus desencuentros con el gobierno y la Justicia de Chile. La canandiense, frenada en Pascua Lama, decidió dar un giro de 180º y reconocer que su gestión ambiental en Lama no fue de las más felices. La comunicación no ha sido oficial, pero los yerros ya tienen cifras y fechas: le costarán US$ 23 millones y por lo menos siete meses de demora. En los cuales, del lado argentino se comerán las uñas unos cuantos funcionarios y empresarios. “Si vas a Lama, verás que se trabaja normalmente, pero la procesión va por dentro de todos y cada uno”, decía a este diario un proveedor asiduo visitante del proyecto.
Otra cosa es lo que ocurre con Glencore y su absorbida Xstrata. Tras la fusión, la multinacional líder en commodities recibió en la bolsa un castigo del -38% en sus acciones, que luego ha recuperado progresivamente. Un buen signo de el poco apego de los inversores bursátiles de hoy al riesgo minero. En el nuevo management ya estará un conocido de la Argentina, Charlie Sartain, quien tuvo sus encuentros y desencuentros con el gobierno nacional, pero que conocía como pocos el potencial, cuánto cuestan y qué significan Pachón y Agua Rica.
Política y Minería, como nunca están face to face. Para muestra, sólo basta ver qué pasó en la feria Arminera 2013, que estuvo bordada por expresiones e intercambios variopintos.
Desde el mismo inicio, en el que el marketing protestón de Greenpeace concentró la mirada de los medios, hasta los debates sesgados, conforme la voz de sus protagonistas. Además de la irrupción de la multinacional verde hablaron, como siempre, Martín Dedeu y Jorge Mayoral. El primero historiando dificultades y apelando a confiar en un futuro inexorable para la minería en el país. El segundo (el más pasivo e indiferente de la mesa de honor frente a la movida ecologista), evocando viejos logros y volviendo a enumerar proyectos maduros de la carpeta argentina, pero con dos matices: las cifras de inversión hoy están pesificadas y los plazos de concreción hoy aparecen indefinidos.
En la feria, Mining Press celebró sus 10 años con un debate de conocidos exponentes: Julio Ríos Gómez, Carlos Saravia Frias, Mario Capello y Ricardo Alonso, a quienes une una mirada crítica acerca del devenir y de la gestión pública de la minería en el país. Hemos perdido competitividad y urge restablecer la confianza perdida, fue el mensaje coincidente. Trascartón llegó el panel de la Mesa de Homologaciones Mineras que ha impulsado sustituciones de importaciones cifradas en $ 600 millones. “Nosotros no nos quejamos, hacemos minería”, dijo a Mining Press uno de sus mentores, en obvia alusión a los disertantes precedentes.
No vendría mal, entre tantos gritos y susurros, un debate cara a cara entre los que creen que todo va bien y los que opinan que estamos mal pero no vamos tan bien.
*Daniel Bosque es Director de Mining Press