¿Guerra fría por el gas?
Ámbito Financiero/ Por: Jorge G. Herrera
Mientras el novato Gobierno chipriota deambula entre el rescate de la eurozona y la salida del euro, entre gallos y medianoche intentó negociar con Rusia una salida alternativa. Si bien los inversores rusos se sensibilizaron ante la posibilidad de perder parte de sus depósitos en bancos chipriotas por la aplicación de un impuesto extraordinario (los rusos vienen utilizando el sistema financiero chipriota como banca offshore, y con gran intensidad desde 2009), hay detrás otros intereses que persiguen las autoridades del Kremlin en su afán por la supremacía energética.
Y la primera movida fue el lunes pasado, cuando la compañía Gazprom, el mayor productor mundial de gas natural, se ofreció para rescatar al Banco de Chipre, a cambio de un efectivo control exclusivo de las reservas de gas ubicadas en la plataforma continental. Se estima que las aguas circundantes a la isla podrían contener hasta 340.000 millones de m3 de gas natural (superaría a las reservas de Texas) y 235 millones de toneladas de petróleo. Si Gazprom llegara a controlar este recurso masivo, combinado con el hecho de que Rusia quiere participar de la explotación de los yacimientos descubiertos en Israel, el conglomerado ruso puede convertirse en el principal jugador en el Medio Oriente de gas natural y aumentar aún más su dominio energético sobre Europa.
También trascendió que en la mesa de negociaciones se habló de la instalación de un puerto ruso como otra prenda de cambio por reestructurar préstamos rusos a Nicosia. El Gobierno de Chipre parece haber rechazado inicialmente las ofertas, optando en su lugar por trabajar con la Unión Europea y mantener para sí el gas natural. Algunos analistas del sector especulan que en los próximos meses se puede ver a Chipre convertida en el campo de batalla de la guerra fría de energía europea.
El 36% de Europa depende directamente de los suministros de gas de Rusia y la amenaza o la limitación de éste es una carta muy fuerte en manos de, quizás, el principal perjudicado por las condiciones impuestas a Chipre por la Eurozona para ser rescatado. Rusia ya se mostró dispuesta a jugar antes esa carta fuerte. Vale recordar que en 2009 Gazprom redujo el suministro a Europa durante una disputa con una compañía energética ucraniana. ¿Por qué no cortarle el abastecimiento a Alemania, al parecer quien diseñó el rescate chipriota, hasta salvar a Chipre? Es el temor ahora de Europa.