La energía atómica está dejando de usarse en todo el mundo porque no es rentable, y su importancia será cada vez menor en el futuro, opina Mycle Schneider, ganador del Premio Nobel Alternativo.
Deustsche Welle: Sr. Schneider, usted es editor del Informe Mundial sobre el Desarrollo de la Energía Nuclear. ¿Qué nos puede decir sobre los cambios que se han producido en ese sector luego de la catástrofe de Fukushima?
Mycle Schneider: La energía nuclear está perdiendo significancia en todo el mundo, eso es un hecho. En resumidas cuentas, se puede decir que la tendencia a dejar de usar la energía atómica se está expandiendo de forma acelerada. El número de centrales nucleares disminuye cada vez más, y el porcentaje de energía atómica en la matriz energética también es cada vez más bajo: en todo el mundo, hace 20 años era del 17 por ciento, y hoy está en un 11 por ciento.
¿Cuál es, en su opinión, el motivo de esta tendencia decreciente?
El motivo principal es el cambio que se dio en la opinión pública al respecto, además de factores económicos. La energía atómica se encarece cada vez más, y hay otras fuentes de energía que se vuelven cada vez más competitivas.
¿Cuál es el motivo del encarecimiento de la energía nuclear?
Por un lado, las mayor complejidad de las instalaciones, además de las exigencias en cuanto a seguridad, es decir, para la protección contra ataques o accidentes, que son cada vez más altas. Eso también tiene que ver, por supuesto, con la opinión pública, que, con algunas diferencias, hace que, en general, se refuercen las medidas de seguridad. En muchos países hay centrales nucleares cuyo funcionamiento debería estar prohibido, tal y como se las opera actualmente.
¿Cuánto cuesta una hora kilovatio producida a través de energía atómica, con todos los gastos incluidos?
Eso no se puede calcular exactamente, porque no hay un precio definido para el depósito final de desechos radiactivos. En todo el mundo no hay un solo depósito de ese tipo, es decir, que después de 50 años de utilizar la energía nuclear, aún no conocemos el costo total de la misma. A eso se suma el interrogante sobre el monto para asegurar una central en caso de accidente. Las estimaciones para la catástrofe de Fukushima oscilan entre los 130 y los 650.000 millones de dólares. Si se las asegurara por esas sumas, entonces una hora kilovatio costaría aproximadamente más de un euro. (…) Pero el costo final no se conoce, y eso dificulta a las empresas la toma de crédito, que ya de por sí será de varios miles de millones de euros.
Mycle Schneider, al recibir el Premio Nobel Alternativo, con el químico nuclear Jinzaboro Takagi.