Este año que finaliza ha sido poco tradicional. Si bien nuestro país nos tiene acostumbrados a los permanentes cambios; el 2012 especialmente nos deparó, además de las idas y vueltas en el ámbito energético, un nuevo paradigma.
Cuando mencionamos cambios, en estos últimos 12 meses, ellos no sólo han sido repentinos, sino en varios casos estuvieron muy lejos de modificaciones propias de una sintonía fina.
La expropiación de YPF sancionada por ley del Congreso, la llegada de nuevos actores y organizaciones en las autoridades de aplicación, control y toma de decisiones dieron vuelta el tablero de juego en Argentina.
El cambio de paradigma geológico, irrupción de yacimientos no convencionales focalizados en Vaca Muerta de la cuenca neuquina, fue acompañado de un nuevo paradigma regulatorio.
Frente a los abruptos cambios, las personas y las organizaciones, adaptadas al status quo anterior, se sienten vulnerables hasta conocer, comprender como funcionan los nuevos mecanismos.
Esta adaptación lleva un tiempo en regenerar un clima de confianza y que se atenúen los temores (que en muchas ocasiones paralizan, propios de situaciones análogas en la naturaleza) generados por los cambios. El "wait & see" es propio de estas situaciones.
Sumado a la nueva estructura de YPF, han aparecido cuestiones que los operadores esperan sean coyunturales.
Como lo son: el Decreto 1277 que relega como autoridad a la secretaría de Energía de la Nación, la restricción de poder girar divisas de dividendos de las empresas que invierten a riesgo y genuinamente en el país, el reciente embargo de Chevron en nuestro país, y de la fragata libertad en Ghana, el juez Thomas Griesa y la discusión con los holdouts, la negociación pendiente con Repsol, los juicios del Ciadi y del club de París aún pendientes de pago, la pesificación de deuda en algunas provincias y las vísperas de un 2013 electoral han abonado esta postura de cautela empresarial.
Asociado a esta cautela y "cambios" aparece una dificultad y encarecimiento del financiamiento de todo el sector, que es clave para el desarrollo intensivo de cualquier "play" petrolero No Convencional.
Es por ello que el reciente anuncio de mejoras del precio del gas natural en boca de pozo establecido en 7,5 u$s/MMBTU renovó las expectativas de todo el ámbito del "oil & gas", en particular de aquellas empresas que han centrado su actividad en la Provincia del Neuquén.
El largo plazo está hoy más vigente que nunca en las perspectivas del desarrollo hidrocarburífero: demanda creciente, infraestructura ociosa disponible, altísimos precios de importación, los buenos resultados geológicos de la cuenca neuquina y los precios internos del gas crecientes.
Desde la joven empresa Gas y Petróleo del Neuquén continuamos mirando, trabajando y apostando con optimismo a este futuro promisorio, apoyando y creando condiciones favorables para que se desarrollen las riquezas energéticas de Neuquén, "tradicionales" y "no convencionales" en este 2012 que finaliza con buenas noticias.