Si hay algo que no puede sorprender a nadie en el mundo del oil&gas es la avanzada del gobierno, vía YPF, en la mayor distribuiodora de gas por redes del país.
Intervenciones, default y una devaluación notable de la compañía creada, con otras siete en 1992, tornaban un secreto a voces que British Gas (BG), su principal socio y operador, quisiera salir del negocio. Lejos quedaron los excelentes resultados de la última década del siglo pasado. La desregulación del mercado del gas a fin de esa época y el crac del país en 2001, con la politización de las tarifas que asfixiaron sus balances, tornaron a Metrogas en una empresita, al punto que el 54,67% de sus papeles hoy valen la bicoca de US$ 10.000.000.
Anoche llovió abundante en Buenos Aires (curioso, también llovió l noche en que el Estado confiscó las acciones de Repsol en YPF) y hoy lloverán también abundantes preguntas en torno a una empresa que hoy costó poco pero que tendrá costos de gestión. El principal de ellos político, ya que la administración nacional se meterá de lleno en el berenjenal de subsidios y tarifas políticas cuya resolución impacta e incide en el bolsillo y en el humor del área metropolitana, sobre todo en la ex Capital Federal, no tan simpática a la adhesión K.
*Director de EnerNews
Para Miguel Galuccio y su board este puede ser un tema menor, en volumen de negocios, y más hubiera querido su nomenclatura no hacerse cargo de dar inicio al aparente operativo del rearmado de una Gas del Estado, después de su tupacamarización en el menemismo, en transcos y discos.
Anoche, sorprendidos, los empresarios de la energía se preguntaban varias cosas, una de ellas es quien se quedará con la manija de la distribuidora que acapara el 20% de los consumidores de gas natural del país, unos 2.000.000 de usuarios. La otra, más importante a los sentimientos corporativos, es cómo sigue la película de la “nacionalización” de empresas ex prósperas que surgieron de la fiebre privatizadora.
Algunos ejecutivos bromeaban, patéticamente, acerca cómo se vería su logo enmarcado por la escarapela argentina. No todas las compañías ¿en lista de espera? son iguales, ni su historia reciente parecida, pero a todas las afecta la misma asfixia y desconcierto. No sólo en gas, también en electricidad y otros rubros, como es evidente.
Cuando cesen los cánticos de La Cámpora y los afiches ad hoc des este kick out al capital británico, tan simbólico por estos lares, se verá qué es lo que sigue en esta ola de argentinización, tan parecida, como decía Jorge Luis Borges, a huir hacia adelante.
MetroGAS es una de las más importantes empresas de servicios públicos de la Argentina y la mayor en el sector de distribución de gas natural.
Por su número de clientes -2.000.000 aproximadamente- es la primera de América Latina.
Entre 1993 y 2000, cumplió con un ambicioso plan de inversiones, que ascendió a 462 millones de pesos.
En ese lapso, además, la Empresa logró resultados ampliamente satisfactorios en términos de eficiencia, confiabilidad y atención a sus clientes, lo que redundó en una alta calificación: MetroGAS es la Compañía con mejor imagen pública de todas las que prestan servicios esenciales en la Argentina, con más del 75% de imagen positiva entre sus clientes y entre los líderes de opinión.
El área de servicio de MetroGAS abarca una superficie de 2.150 km2, con 2.000.000 de clientes y una población consumidora de aproximadamente 7.000.000 de habitantes, que representa alrededor del 19 % de todo el país.
La red de distribución tiene alrededor de 15.800 kilómetros lineales de cañerías.
Como la distribuidora de gas natural más importante de la Argentina, con una participación estimativa del 24 % del total del mercado, MetroGAS tiene como objetivos: el de ser la empresa líder en la prestación de servicios públicos en el país, en términos de eficiencia, confiabilidad y atención al cliente; así como también, el de convertirse en el proveedor más innovador de servicios de gas natural y productos derivados.