EE.UU. se convier- te en 2020 en el principal productor mundial de petróleo, y deja atrás a Arabia Saudita; y en 2015 también asume la primacía en la producción de gas y coloca a Rusia en un segundo y crecientemente retrasado lugar. La Agencia Internacional de Energía (AIE) ha establecido esta semana un tercer punto fundamental: EE.UU. logra el autoabastecimiento energético en 2035, y si el marco de referencia es Norteamérica (EE.UU./Canadá/México), el autoabastecimiento llega antes, quizás en 2020/2025. Las reservas de shale gas en la Provincia de Alberta (Canadá) equivalen a la totalidad de las existentes en 22 Estados norteamericanos.
Este extraordinario logro de EE.UU. es el resultado de la revolución del shale gas/shale oil, que ha transformado en los últimos 10 años la agenda energética estadounidense, y por extensión, la ecuación estratégica mundial. El shale gas pasó de ser 2% de la producción gasífera norteamericana en 2000 a 37% en 2011.
En la próxima década, las importaciones estadouniden- ses de petróleo caerían a la mitad. EE.UU. importa hoy 10 millones de barriles de petróleo por día (bd), la mitad del consumo doméstico, y en 2022 serían 4 millones b/d.
EE.UU. se convierte en el primer productor mundial de petróleo debido a que su producción ha aumentado 25% desde 2008, y crecería un adicional de 30% para 2020. Por eso, mientras las importaciones de petróleo eran 60% del consumo doméstico en 2005, se han reducido ahora a 42%.
El boom del shale gas aumenta cualitativamente las ventajas comparativas de la industria manufacturera norteamericana frente a la de sus grandes competidores (Alemania, China, Corea del Sur, Japón). El costo del gas natural en EE.UU. es ya 1/3 del alemán y 25% del nipón, y 35%/40% de los valores de China. La ventaja de la manufactura estadounidense en
El futuro ya llegó. Planta de shale gas en Waynesburg, EE.UU.