L a expropiación de YPF despertó una gran expectativa social respecto de la posibilidad de que la centenaria petrolera, de nuevo en manos del Estado, pueda revertir el mal desempeño del sector energético en los últimos años. Sin embargo, si se analiza la performance de este sector, el pensamiento no es sino mágico.
Las reservas netas de petróleo y gas en la Argentina cayeron sistemáticamente de un máximo de 3.171,1 millones de barriles de petróleo equivalente (BOE) en 2001, a 977,6 millones de BOE en 2011.
La reducción más importante corresponde al gas natural. Por su parte, la producción de petróleo y gas natural en YPF cayó entre 2009 y 2011 un 9% y un 19% respectivamente, mientras que el giro de dividendos a los accionistas promedió los 1.300 millones de dólares en los últimos tres años.
La producción de hidrocarburos exhibe desde hace varios años una tendencia declinante. La reducción de la actividad exploratoria no se concentra sólo en YPF: de hecho, el estancamiento en la capacidad de procesamiento de crudo y de producción de derivados difícilmente pueda ser atribuido a YPF.
Es el resultado de condiciones económicas y de abastecimiento poco atractivas para la inversión .En este contexto, la combinación de producción local en baja y consumo de energía creciente asociado con la expansión económica provocó una brecha progresiva que se cerró con crecientes importaciones de gas natural, gasoil, fueloil y electricidad. El abaratamiento relativo de la energía, que desvinculó los precios locales de los internacionales es una de las explicaciones centrales del pobre desempeño del sector, porque desincentiva la inversión y la producción.
Aunque los precios locales del petróleo muestran una cierta recuperación en los últimos años cerca de los US$60 por barril, todavía están lejos de los niveles internacionales, que rondan los US$100. Por otro lado, mientras que los precios del gas natural para los productores locales rondan los US$2,90 por millón de BTU (British Termal Unit), las importaciones desde Bolivia superan los US$10 por la misma medida.
Así, la brecha entre el consumo y la producción local no sólo impacta en las cuentas externas, con importaciones anuales que se proyectan en torno a los US$1.000 millones. Hay más: el fisco a través de ENARSA y otras áreas del sector público absorbió la pérdida generada por las operaciones de importación de energía. Y, durante 2011, los subsidios presupuestarios al sector energético alcanzaron los $4.100 millones, un 67% más que en 2010.
Si el desafío del sector energético en su conjunto ya resulta lo suficientemente grande, no menor es el que asume la nueva gestión de YPF. La conducción estatal anunció recientemente un plan para revertir el deterioro productivo. Entre otras cuestiones, la estrategia productiva apunta a rejuvenecer los yacimientos maduros de reservas no convencionales. Además, busca aumentar en un 50% la cantidad anual de pozos perforados en sólo dos años, y duplicarlas en cinco.
Vaca Muerta. Gigantesca formación de hidrocarburos no convencionales shale oil y shale gas en la provincia de Neuquén.
Así, las proyecciones prevén mantener los niveles de producción de petróleo y gas en 2012, incrementarlos un 3% en 2013 y llegar a un aumento acumulado del 35% en 2017. También apunta a ampliar la capacidad de procesamiento de las refinerías para, en cinco años, incrementar la producción de combustibles líquidos en un 43%.El licenciado Raúl Cuello, ex secretario de Finanzas de la Nación y especialista en temas de política energética, entre otros aspectos, consideró que “en esta nueva etapa de YPF es fundamental que se planteen bien las cosas” y es necesario “que entre Galuccio (CEO de la compañía) y Kicillof (viceministro de Economía) debe haber mucha empatía para llegar a los objetivos planteados”.
Sostuvo además que “en caso de que las cosas fracasen en la petrolera el primer fusible será el propio Galuccio”. Cuello fue director general de la DGI, entre 1966 y 1969, y secretario de Finanzas de la Nación, entre 1989 y 1990. Además presidió el Centro Interamericano de Administradores Tributarios en Panamá; profesor de Microeconomía, Macroeconomía, Finanzas Públicas, Política Económica y Sistemas Económicos en varias universidades; y profesor consulto de la UCA, entre otros cargos.
¿Cómo ve el plan de inversiones de YPF y el acuerdo con Gazprom?
Bueno, esto está dentro del plan que según la cabeza de YPF, el ingeniero Galuccio, habría de presentar en el término de 100 días. Y esto de alguna manera va a cubrir algunos aspectos sobre todo lo que tiene que ver con exploración y explotación, yo supongo, del yacimiento de Vaca Muerta que es potencialmente el mas rico que tiene la Argentina. Pero que al mismo tiempo demanda mas inversiones. De cualquier manera no se tiene que perder de vista que lo que pueda hacer YPF forma parte de un todo, en el que la petrolera es una parte, ya que contribuye con la tercera parte de la provisión de combustibles en la Argentina...
Debe adecuarse a esta nueva etapa?
Sí, pero además debe primar una política a largo plazo por parte del Gobierno, que aun no está definida, pero que está corporizada en dos personas.
¿Quiénes son?
Uno de ellos es el viceministro de Economía, Axel Kicillof y el otro es el actual CEO de la compañía YPF, Miguel Galuccio. Yo pienso que debe haber mucha sintonía y mucha onda o empatía entre ambos para que esto se corporice en una política efectiva.
¿Por qué?
Porque el técnico es Galuccio y el político, el que maneja los recursos y las políticas inclusive de precios e impositiva, es Kicillof. Desde el punto de vista de Galuccio hay que entrar en una estrategia de liberación de precios. De hecho ya se está anunciado que YPF va a aumentar el valor de las naftas, posiblemente en un 15 por ciento, porque están retrasados. De allí viene también una parte sustantiva de los recursos que requiere YPF que son 37.500 millones.
Pero hay que ver en qué medida los requerimientos que plantea Galuccio para atraer capitales de riesgo en el mercado internacional hacia la Argentina, se compatibilizan con la visión de la economía que va a tener Kicillof, que es el hacedor.
¿Debe haber conexión entre los dos?
Sí. Vayamos sumarizando: precios, que cubran costos con una rentabilidad apreciable pera las empresas convocadas. Posibilidad de girar los dólares que surjan de las utilidades libremente. Facilidad para la importación de los equipos. Un sistema impositivo que no ponga el acento en cuestiones que tengan que ver con retenciones a las exportaciones si finalmente los costos, en términos nacionales, difieren de los internacionales. Así que yo veo en el futuro una veta muy importante para el desarrollo económico de la Argentina. Es decir, Argentina sin energía no puede crecer. Como en cualquier país del mundo la demanda o la inversión se apoya en el gasto energético, sea de exploración sea de explotación, sea el refinamiento, sea el transporte, en forma de combustibles líquidos, gaseosos o eléctricos. Es un andamiaje muy complejo, pero Argentina lo tiene que tener si quiere un crecimiento sustentable...
¿Necesita socios para esta etapa?
Claro, como sola no lo puede hacer, lo tiene que hacer con el concurso del capital extranjero que entiende en el tema. Pero hay que ver si se compatibiliza con la visión que tiene del tema el equipo político del Gobierno. Y yo ahí veo en el futuro una cierta desincronización en los objetivos que pueda plantear Galuccio. Entonces si de alguien deberán prescindir, será seguramente el propio Galuccio, que es el técnico. Dicho en otras palabras. Si las cosas no salen como se planea en YPF el fusible seguramente será su actual CEO.
Especialistas dicen que en YPF hay muchos economistas y pocos petroleros.
Mire, si ese tipo de situaciones se van a plantear, mejor que se planteen ahora. Porque una vez que el proceso esté en marcha... Por ejemplo si viene Gazprom acá, no vayamos a hacer el papelón de cambiar el caballo a mitad del río.
Eso sería muy grave...
Sí, porque este es el gran tema y la cuestión vital para la Argentina. El gran tema es el de la energía. En orden de prioridad para el crecimiento lo primero es la energía.
“Será como ponerle una bombilla más al mate”
Sobre la importancia de que se desarrolle el sector energético en la Argentina, Raúl Cuello fue claro: “Es fundamental para que garanticemos un crecimiento sustentable desde el punto de vista económico que desarrollemos la energía dándole la importancia que se merece”.
Resaltó asimismo que si bien hay otros aspectos en la vida económica y política del país, debemos considerar que en orden de prioridad la energía es número uno. Hay que pensar que este año vamos a gastar 11 mil millones de dólares que podríamos haber no gastado, simplemente porque se decidió una política equivocada en materia energética”.
Dijo además que “acá hay que poner las cartas bien sobre la mesa y darle un muy fuerte apoyo político a quienes tienen que llevar adelante la tarea. Corresponde que si YPF es una empresa petrolera, en el directorio haya mayoría de gente que entiende de petróleo. O vamos a repetir la historia de cuando estaban los militares que ponían médicos o generales que no tenían ninguna experiencia ni especialización en la materia”.
El economista sostuvo más adelante que “en este momento el compromiso es aumentar la producción, pero como el partido ya se está jugando, el aumento de la producción no puede venir de la exploración porque requiere mucho tiempo. Entonces ¿de dónde se lo hará?. Será de los pozos que ya explorados que son secundarios. Como dice mi amigo Daniel Montamat, “es como ponerle una bombilla más al mate, con lo que vamos a vaciarlo mas rápidamente”, concluyó el licenciado Raúl Cuello.