Enap: una situación compleja que amerita evaluación

LA GOBERNACION de la provincia argentina de Chubut caducó la licencia de explotación de hidrocarburos a una empresa filial de la española Repsol-YPF, en que la petrolera estatal chilena Enap tenía el 50% de los derechos, aunque en calidad de socia pasiva, con una inversión de US$ 47 millones.

No están claras las razones por las cuales la autoridad transandina habría tomado la decisión, pero en el trasfondo pueden estar las tensiones del gobierno argentino con la empresa española, habiéndose mencionado la intención del primero de nacionalizar YPF.

Este hecho mueve a preguntarse por la conveniencia que una empresa estatal se dedique a realizar inversiones en otros países y sobre el futuro mismo de Enap, creada en 1950 para explotar los hidrocarburos hallados en Magallanes, que hoy se encuentran virtualmente agotados. Es comprensible, desde una perspectiva interna, que la empresa busque alternativas de sobrevivencia cuando su negocio principal decae, pero no así cuando el Estado es el propietario.

Enap no es un operador de primer nivel en el negocio mundial de los hidrocarburos, lo que lo lleva a contentarse con actividades que quizás son marginales y políticamente más riesgosas, como ha sido invertir en Ecuador, Egipto y Argentina. Sería importante conocer las evaluaciones que se hicieron de esos negocios y cómo se conjugó la variable riesgo político en ellos, para determinar la exigencia de rentabilidad que justificó tales emprendimientos. De hecho, el carácter de empresa estatal parece haberle jugado en contra en el caso actual, porque la defensa de sus eventuales derechos pasa por consideraciones propias de las buenas relaciones que es necesario mantener con Buenos Aires, lo que no sería igual si se tratase de una empresa privada. El anuncio de caducidad tuvo lugar días antes que la Presidenta de Argentina visitara nuestro país y no se sabe si el tema fue efectivamente tratado, pero de haberlo sido, no parece haber tenido mayores efectos.

El otro negocio que explota Enap es la refinación de hidrocarburos, que originalmente era complementario de la explotación petrolera, que tampoco es evidente deba ser una actividad empresarial del Estado, en un rubro que es complejo en el contexto mundial y en que -nuevamente- Enap no tiene un tamaño significativo. Al respecto, siempre han existido dudas sobre la incidencia que tiene esta actividad en los precios finales de la bencina, habiendo cuestionamientos ante eventuales protecciones implícitas dado su carácter de empresa del Estado. A todo ello, se agrega que Enap ha vuelto a tener pérdidas, las que a septiembre del año pasado -último dato oficial conocido- alcanzaron los US$ 50,8 millones. Esto da cuenta de dificultades sustanciales en su quehacer, que deben ser enfrentadas con decisiones de fondo.

Ya durante la administración del Presidente Ricardo Lagos, el Ministerio de Hacienda, en consideración a la realidad de los problemas antes mencionados, planteó avanzar en la incorporación de capitales privados, pero ello fue desechado por el propio Mandatario en supuesta defensa de los intereses de todos los chilenos. El tiempo transcurrido sin que la situación haya cambiado demuestra que el mejor interés del país exige reestudiar el asunto con seriedad, más allá de defender el mito del patrimonio nacional sobre recursos naturales que hoy ya no existen.