Las dos alas del Gobierno: "empresarios" vs. "patriotas"
Gaceta Mercantil
En los últimos días parece avanzar la idea de que en el Gobierno nacional coexisten dos "alas": las llamaremos para que todos sepamos de qué hablamos el ala "empresarial" y el ala "patriótica". En esta línea binaria de pensamiento, la primera sería la liderada por el ex ministro de Economía y actual vicepresidente,
Amado Boudou; y la segunda, la del "supersecretario" de Comercio,
Guillermo Moreno.
Como todo planteo rudimentario, esta descripción resulta atractiva, aunque no sea completamente cierta. Pero sigamos avanzando por este sendero, que muy pronto –se verá– se bifurca.
Decíamos, Boudou sería uno de los representantes del “ala empresarial” y, a la luz de las revelaciones –no todas ciertas pero algunas muy embarazosas– no parece necesario ahondar demasiado en explicaciones. Las declaraciones de la mujer despechada de un amigo salpicaron al ex titular del
Palacio de Hacienda, que no parece haberse preocupado demasiado por evitar que sus acciones fuera del Ejecutivo dejaran algunos cabos sueltos. Quienes conocen ese microclima, el de la impunidad que rodea a la cima del poder, advierten que Boudou se ha venido manejando como si pensara irse rápido, como si no imaginara que podía tener algún futuro político. En rigor, la vicepresidencia puede ser entendida como el fin de un camino meteórico o como una plataforma de lanzamiento al más allá, me refiero a la Presidencia.
Todo indica que la señora que habló, antes pasó por la oficina de un ministro. El camino al 2015, según estará comprobando Boudou ahora, está plagado de obstáculos. Y todo indica, también, que ese ministro actuó por cuenta propia y no de la Presidente.
Claro, Boudou no es el único integrante del “ala empresarial”. El ministro en cuestión tampoco es ajeno a esas inclinaciones pero, probablemente por su vuelo bajo, aún no entró en la mira de los medios opositores. Todo llega y sería saludable que no se creyera exento. Un senador con enorme protagonismo, en el pasado, también lee con atención por estos días los informes de prensa que se preparan en el Congreso –y otros que le preparan para él, especialmente– en busca de indicios que le permitan establecer si es el que sigue en la lista.
Sucede que el “caso Boudou” debe entenderse en la nueva lógica del poder que concentra
Cristina Kirchner. Con el triunfo del 23 de octubre pasado llegó el final de la “temporada de caza”, sólo que algunos estaban cebados y ahora, parece, no pudieron parar. O el “stop” fue muy abrupto, y en algunos casos sus consecuencias no son “a partir” de aquella fecha sino que se aplican por rama de servicios.
En fin, ya se verá cuáles son las consecuencias políticas del terremoto que desataron en el Gobierno las revelaciones del "Amadogate", pero corresponde hacer algunas precisiones. Por ejemplo, en el caso de la licitación para la impresión de papel moneda, no es cierto como asegura el diario "Clarín" que habitualmente tuvieron cinco o seis oferentes. Al menos desde 2000 en adelante, la única proveedora de ese servicio fue la Casa de la Moneda. La excepción es parcial y fue la fabricación de monedas en una UTE con la
Casa da Moeda do Brasil. La salida del gerente general del Banco Central, Benigno Vélez, no es una buena noticia para Boudou en este contexto, pero es un premio menor para Mercedes Marcó del Pont, que lo que necesita es ingresar algún integrante al directorio de la entidad, en la que no cuenta con ningún aliado. Esto no significa que no vaya a intentar de nuevo con
Matías Kulfas, un economista al que ya trató de ingresar como director, terminó con ese puesto en el Banco Nación y ahora podría recalar en el Central en reemplazo de Vélez. El comunicado de la entidad monetaria sobre la salida de Vélez tiene dos lecturas. La primera dispara una pregunta: ¿Quién recomendó a
Marcó del Pont que informara sobre la renuncia de Vélez y, en el párrafo siguiente, desmintiera a "Clarín"? Según aclara el comunicado, las decisiones sobre el proceso de impresión de papel moneda "no son resorte de la gerencia general del BCRA sino del Directorio de la institución". ¿O es que Del Pont decidió jugar fuerte contra Boudou y entonces buscó resaltar de este modo las razones de la eyección de Vélez? Todo el mundo sabe que esas decisiones "no son resorte" de la
Gerencia General que ocupaba Vélez, tanto como que él dio su aval técnico a la contratación de la ex
Ciccone, la empresa sospechada desde siempre de tener vinculaciones con Boudou. Apenas con ese dictamen jamás habría alcanzado para forzar la adquisición de 600 millones de billetes de cien pesos, pero la revelación del intento derrumbó cualquier posibilidad. No obstante, el vicepresidente tiene en Sergio Chodos a su verdadero “alfil” en el directorio del Central. Y Vélez era un actor secundario.
Ahora podemos darle unos párrafos a Moreno, la espada flamígera de la Presidente para advertir sobre los nuevos tiempos que corren en el burgo. Una anécdota, habitualmente, sirve para contar con brevedad algo que de otro modo insumiría más tinta. Un empresario que depende de la firma de Moreno para hacer funcionar su negocio –hay miles–, se mostró sorprendido por este caso. Cuenta que un hombre muy cercano a la Presidente fue hasta Moreno para pedirle que liberara unos contenedores con unos artículos que él había importado y que no se fabricaban en el país. A pesar del estrecho vínculo laboral del demandante, el secretario lo despachó de mala gana: "Esta vez te los libero, pero de aquí en más arreglátelas para hacerlos acá". El hombre de negocios buscó subrayar con el cuento el carácter casi incorruptible de Moreno, algo que a la media empresarial de la Argentina le resulta un exotismo.
El inocultable poder que la Presidente le otorgó a Moreno va de la mano con el avance de "
La Cámpora" en varios espacios esenciales del poder. Y los "neocamporistas" no deben ver con buenos ojos que haya resquicios del modelo que puedan ser aprovechados por algunos "ventajeros". En este punto habrá quienes deban optar entre seguir aliados al ala "empresarial", aunque no hayan sido visualizados como miembros, o tomar prudente distancia de situaciones que, con el tiempo, pueden ser muy difíciles de explicar.
Por ejemplo, el jefe de Gabinete,
Juan Manuel Abal Medina, goza, como goza Boudou, de la más absoluta confianza de la Presidente. Abal Medina y Boudou, con la ayuda del director ejecutivo del
ANSES,
Diego Bossio, ha venido desarrollando una intensa tarea política en la provincia de Buenos Aires. Moreno no parece guardarles ningún respeto a Boudou y Bossio. Al primero le refriega su presunta condición de "empleado" del banquero
Jorge Brito. Tal nivel de violencia verbal y casi física dentro del entorno de la primera mandataria no augura nada bueno para la consistencia del equipo de gobierno.
Brito y otros empresarios que tuvieron gran protagonismo con
Néstor Kirchner, son considerados por Moreno, sin matices, como unos "traidores", unos "buitres" que, a la primera de cambio , trataron de doblegar a la compañera Presidente con un "golpe de mercado".
En cuanto a las dos alas, está claro que la realidad es bastante más compleja.
De cualquier modo, la vicepresidencia de la Nación parece tener un sino casi trágico en la Argentina. Nadie ha salido de allí para llegar mucho más allá.
*Director de gacetamercantil.com