"Vamos a revisar el cuadro tarifario de Edersa"
Río Negro
Acaba de asumir la presidencia del
Ente Provincial Regulador de la Electricidad (EPRE) de
Río Negro, pero para
Mario López no se trata de un sitio extraño, ya que está en el organismo desde 1996 y hasta hace poco era el responsable del área técnica de tarifas. En esta entrevista reveló que el último aumento que recibió Edersa fue de entre el 28 y el 29% y que, con ese incremento, sus números deberían estar en orden.
–¿Cuál es la primera decisión que tomó en el EPRE?
–Ordenar la organización. Es lo primero que hay que hacer para poder atacar problemas urgentes, entre los cuales el más importante es la nueva concesión de la principal empresa de distribución de la provincia.
–La relicitación del paquete mayoritario de Edersa.
–Exacto. Hay que hacer el llamado al concurso público internacional, lo que implica múltiples tareas. En principio, éste es un proceso que la administración anterior dejó terminado hasta lo que serían los pliegos de licitación. Nuestra intención es revisar todo el proceso porque no participamos desde la posición de trabajo que teníamos, que era el área tarifaria, que es vital en este llamado a concurso. Queremos hacer una revisión porque es el momento de introducir mejoras tanto para los negocios de la distribuidora como para defender los derechos de los usuarios. Hasta donde se conoce no se ha revisado absolutamente nada de los primeros 15 años del negocio. Se continúa con el esquema tarifario que se ha seguido hasta ahora.
–¿Era preciso revisar la tarifa en el proceso de relicitación?
–Sí, aunque la revisión hubiera implicado que estaba todo bien y que no hay que cambiar nada. Se tiene un aprendizaje de 15 años y el país ha cambiado tanto en estos 15 años. Hay que sentarse y revisar las reglas de la concesión, no aquellas que afecten el negocio. Sí hay múltiples cuestiones, como por ejemplo lo que tiene que ver con la relación con el usuario, la calidad del servicio, que es muy importante, modelos tarifarios que se han utilizado hasta ahora, que son los que se usaron quinquenalmente.
–¿Estaba muy desorganizado el EPRE?
–El EPRE sufrió un proceso... Tuvo etapas muy marcadas. Soy socio fundador; éramos cinco nada más y ahora llegamos a ser 60. He visto cómo ha sido el proceso. La primera etapa fue en la que se aprendió, hubo que aprender regulación porque nadie en el país sabía. Fue un proceso largo, muy positivo porque si bien costó, aprendimos mucho. La prueba está en que el ENRE (Ente Nacional Regulador de la Electricidad) es más viejo que nosotros y no hizo ninguna revisión tarifaria. Nosotros llevamos tantas... Esa primera etapa fue de mucho aprendizaje, a los golpes; fue muy fructífera. Cuando llegó el momento de la segunda etapa, que para los que estábamos desde el principio era la de modificar e introducir cambios, ya de segunda generación, al marco regulatorio, ahí el EPRE se detuvo.
–¿Eso coincide con el 2003?
–Yo lo separaría por gestión.
–¿La gestión de Romero?
–Creo que en ese momento había que introducir esos cambios, qui-zás a los golpes también, porque había que aprender, proponer cambios al modelo. Creo que ahí fue que como organización fallamos.
–¿Por qué?
–Ahora soy presidente pero hasta hace unos días estaba en el área de tarifas. Y ahí veía muchas cosas que se podían estudiar, analizar, modificar. No se fue en esa dirección. Supongo que en otras áreas también podía pasar.
–¿Fue por una decisión política?
–Creo que los técnicos dejamos de ser protagonistas. Se priorizó otro tipo de gestiones en que las áreas técnicas no tienen influencia para revertir eso. Es más bien una gestión de conducción la que adopta esa determinada dirección.
–¿Usted rescata entonces el período de Enrique Oehrens?
–Rescato esa gestión, sí. Los primeros cuatro años fueron excelentes. La mayor riqueza del ente estuvo ahí.
–En el 2001 quedó instalado el problema del costo de abastecimiento, con la presencia de Turbine Power.
–Eso está en las más altas esferas judiciales. Es una carga que también llega al gobierno actual.
–¿Y cómo se protege al usuario?
–Cuando llegue el momento habrá que pensar qué medidas se arbitran, porque el usuario es inocente en esta cuestión. Habrá que ver qué responsabilidades hubo desde el Estado, desde lo privado, pero el que seguramente no tuvo nada que ver es el usuario.
–¿De cuánto fue el aumento promedio de la última revisión quinquenal de Edersa?
–Del 27 al 28% en promedio. La tarifa está compuesta por el valor agregado de distribución (VAD), que es el negocio específico de la distribuidora, y el costo de abastecimiento. Ese 27 a 28% que menciono tiene que ver con la unión de los dos, respecto de la tarifa anterior a ese momento. Lo que ocurre es que el costo de abastecimiento responde al último valor que se sancionó en el mercado mayorista eléctrico.
–¿Se puede revisar eso?
–No, eso ya está sancionado. Lo que sí vamos a hacer es revisar el cuadro tarifario en los pliegos de la licitación.
–¿Cómo diría usted que evolucionaron los precios de la electricidad en Río Negro en relación con otras distribuidoras?
–Creo que mejor, porque se le ha ido actualizando la tarifa de acuerdo con lo que establece la ley. Nunca se llegó a tiempo con los plazos, pero sí se respetaron las periodicidades. Por lo tanto Edersa, la CEB y Cearc podemos decir que están bastante a tono con lo que es su VAD.
–En la región hay tarifas mucho mayores, como la de CALF y el EPEN, en Neuquén.
–Pero tienen otro sistema de regulación. Eso implica un gran cambio en los controles y en cómo se hacen las cuentas.
–¿Van a revisar las inversiones de Edersa?
–El marco regulatorio actual no lo permite.
–¿Y quién lo controla entonces? Porque el poder concedente tampoco lo hace.
–Lo que ocurre es que la regulación que está prevista por ley es indirecta: es por resultados. Lo que tiene que hacer el ente es ser muy estricto con el control de la calidad del servicio, seguridad pública, atención del usuario, todo lo que representa la respuesta de la gestión de la distribuidora. El EPRE tiene que estar en el momento actuando sobre esa gestión, para darle a la distribuidora la señal clara de si está actuando bien o mal en determinadas cuestiones. Por ejemplo, si las sanciones en calidad de servicio son elevadas o muy frecuentes, se le está dando una señal a la distribuidora de dónde tiene que actuar. Por lo tanto no tengo que controlar las inversiones e indirectamente le estoy diciendo qué es lo que está pasando.
–¿Usted cree que este esquema funciona bien ahora?
–No, no funciona bien. Hay que ser rápido y contundente sobre la marcha porque, si las señales llegan dos años después, se perdió tiempo y el usuario estuvo mal atendido. Y hay una cuestión económica: si las multas no son acordes con las tarifas que van mejorando, estamos haciendo un descalce tal que lleva a que la distribuidora haga una ecuación lógica. Tenemos que actuar en los dos sentidos: valor económico de la multa y una acción muy rápida sobre la contingencia. Con esas dos señales se puede intentar revertir este proceso probable de desinversión. Si no funcionara, habría que modificar más e ir al marco regulatorio.
–Habló de desinversión.
–Sí, uno no habla solamente con la gente de acá adentro. Afuera, con el usuario, con los amigos, con la gente que trabaja en la calle: hay una sensación de que se podrían hacer muchas cosas más.
–¿La nueva tarifa que surja de la relicitación podría tener aumentos también?
–Va a tener componentes que ésta no tiene.
–¿Va a ser más progresiva la tarifa?
–Sí, queremos trabajar en esa cuestión.
"El sinceramiento de la quita de subsidios"
–Es concreto que había un desfasaje importantísimo con los costos reales de abastecimiento. La política nacional fue subsidiar fuertemente el consumo, hecho que aquí se reflejaba porque el costo de abastecimiento es pass through. Ahora ha empezado un proceso de sinceramiento de precios. Los resultados concretos vamos a empezar a verlos cuando empiecen a aplicarse. Entiendo que era necesario este sinceramiento, como lo que es el sinceramiento del VAD. Lo digo más para el resto del país que para nosotros, que estamos bastante cerca de lo que debería ser. Este desajuste de tarifas lo único que logra es que haya un mal uso de la energía, una exigencia de mayor generación a un costo que no es real y se empieza a desequilibrar todo el sistema eléctrico. El sinceramiento, acompañado de una política de ayuda a quien lo necesita, es lo más adecuado. ¿Cómo se va a instrumentar todo esto? Todavía está un poco difuso. La quita de subsidio se va a aplicar en Río Negro para algunos tipos de consumo, algunos a partir de diciembre y otros, de enero. Las distribuidoras todavía están recibiendo mejoras de los instructivos para la aplicación. Hay una zona muy gris, en la que el EPRE todavía no tiene intervención directa. Las distribuidoras tienen que hacer sus bases de datos en correspondencia con lo que les está pidiendo Nación.
–¿Para qué sectores se aplicaría?
–Se va a aplicar a determinadas razones sociales que tengan determinado objetivo empresarial. Por ejemplo mineras, por decir un caso, o casinos.
–¿A la fruticultura –galpones, frigoríficos, riego– llega esta medida?
–Entendemos que no, pero tengo que ser claro: no tenemos aún una normativa precisa.