(Análisis) PÁGINA 12. GARABÍ-PANAMBÍ: UN SALTO DE CALIDAD
Juan José Carbajales
Un salto de calidad
Página 12
Hace pocos días, el
Ministerio de Planificación anunció la apertura de la licitación de los estudios de factibilidad técnica y proyecto básico de los aprovechamientos hidroeléctricos de
Garabí y Panambí, ubicados en la cuenca del río Uruguay en el tramo compartido entre Argentina y Brasil, uno de ellos en la provincia de Corrientes y el otro en la de Misiones.
Si bien se cuenta con algunos antecedentes como el puente
Santo Tomé-Sao Borja o significativos avances en cooperación nuclear, este proyecto evidencia la concreción de una nueva etapa en la integración binacional, a partir de una serie de decisiones presidenciales, cuya revitalización reciente podría ubicarse en el Acta de Copacabana de marzo de 2004 firmada entre
Néstor Kirchner y Lula.
Lo más relevante del anuncio, en esta etapa de estudios previos, es que este proyecto fomenta la integración intangible entre ambas naciones, al generar un ambiente de trabajo binacional entre los diversos actores involucrados, a saber: las presidencias, los ministerios y secretarías con competencia en materia energética, las cancillerías, la Comisión Técnica Mixta del proyecto y las empresas eléctricas del sector público.
Estas últimas desempeñan un papel relevante en la ejecución del rol empresario del Estado en sectores estratégicos, cuyo fin no es la obtención de lucro, sino la concreción directa e inmediata del bien común, a través del desarrollo de infraestructura física que genere energía para el crecimiento económico de ambos países, así como el desarrollo urbano de las provincias y municipios de la región.
Se trata de un emprendimiento cuya finalidad no es sólo proveer a cada país la mitad de la energía generada, que se estima en 2000 megavatios, gracias a una inversión de 4200 millones de dólares que generará 7500 puestos de trabajo directos. También se persigue, al incorporar obras de interconexión, habilitar el uso total de esa energía para alguno de los dos países, alternativamente, según las demandas coyunturales de ambos mercados.
Dada la importancia del desarrollo de la infraestructura energética en la integración con Brasil, no puede dejar de resaltarse este paso firme en la alianza estratégica con nuestro mayor socio político y comercial, en tanto este proyecto marca un salto de calidad en la consolidación de un Mercosur palpable y de una Unasur energéticamente integrada