Satisfecho con el discurso de la presidenta Cristina Fernández al reasumir al frente del Gobierno y con los cambios de gabinete y de estructuras oficializadas ayer, el titular de la UIA, José Ignacio de Mendiguren, aplaudió la creación de una Subsecretaría de la Competitividad y minimizó el poder concedido al secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. “Se hace mucho foco en la personalidad, en el funcionario y creo que son las políticas que la Presidenta decide”, dijo el empresario en una entrevista con El Cronista TV.
–Hernán Lorenzino como ministro de Economía; Axel Kicillof, viceministro; Moreno supersecretario ¿Cuál es la visión empresaria del nuevo equipo de Cristina?
–Agregaría un nombre, y es el de Augusto Costa, quien va a ser el subsecretario de Competitividad –efectivamente ayer salió publicado en el Boletín Oficial–y que para nosotros es un tema muy importante. Es positivo que la Presidenta haya tomado a la competitividad como tema, que tiene que ver con la sintonía fina. Es la verdadera solución de fondo de los problemas de Argentina. El país trabajó siempre en la competitividad sistémica, entonces después, al no poder corregirlo, se acudía sistemáticamente a las magias devaluatorias o a las magias de endeudamiento. Lo que nosotros vemos, y la Presidenta lo dijo, es que hay que atacar el problema que la Argentina hasta ahora nunca hizo con eficiencia. Y la Presidenta fue clara en la definición cuando dijo que iba a formar y trabajar en la competitividad y que no iba a ir ni al club de los devaluadores ni al de los endeudadores.
–¿A quienes se refería?
–A estas dos vertientes que siempre la Argentina manejó. En vez de hacer lo que se debía hacer, el club de los endeudadores decía “no se preocupen, no corrijan esto, yo les voy a imprimir un bono, les voy a facilitar otros”, y ya conocemos esta experiencia. Llegamos a endeudar a la Argentina hasta la insolvencia en la década del ‘90 y no corregíamos los problemas de competitividad. El otro es el club de los devaluadores, que cuando llegan al problema, apelan a la magia de la devaluación.
–En 2001 apoyó la devaluación ¿se sintió aludido?
–A ver, la devaluación del 2001 era parte del 1 a 1. No confundamos causa y efecto.
–Entonces no se sintió aludido...
–Al contrario, nosotros venimos diciendo “no a la devaluación”. No es la devaluación la que corrige este tema, como tampoco es la deuda.
–¿El tipo de cambio actual es el adecuado?
–Si se toma como relación el tipo de cambio con los países con los que el país comercializa, en los que aparece Brasil, el tipo de cambio está bien, pero la doctrina te va a discutir si es que está bien por el retraso cambiario de Brasil o está bien por nosotros. Más allá de esa discusión, la más seria es que la Argentina debe poner el problema donde está. La competitividad no se pierde de la noche a la mañana; se va perdiendo por problemas de infraestructura, por el problema tributario, por la ligitiosidad laboral.
–¿Puede tensarse la relación entre el Gobierno y el empresariado a partir del discurso de Cristina y el mayor poder otorgado a Moreno?
–Me parece correcto que Cristina haya dicho que no va a gobernar para las corporaciones. Si algo ha tenido claro la Presidenta es que la política la conduce ella y las entidades son instituciones que tienen un rol en la sociedad que precisamente no es gobernar. Y creo que ninguno de nosotros aspiramos a eso.
–¿Le preocupa la ausencia de Hugo Moyano en el acto del sábado?
–La verdad que sí, me preocupa porque creo que tenemos que encaminarnos a un 2012 con consenso. El mundo pegó un cambio muy grande, no solamente en lo económico, sino también en las respuestas sociales. Hoy la gente va muy por delante de la respuesta de la dirigencia.
–¿Espera un discurso duro de Moyano el 15?
–Yo espero y aspiro a que no. Creo que Moyano es una persona muy importante para la Argentina, tengo una relación personal con el, sé que es una persona dura, sé que le cuesta flexibilizar sus posiciones, pero creo también en su responsabilidad y apelo a que esto va a surgir. Puede tener algunas molestias por ciertas situaciones en las que la Presidenta marcó la cancha, pero no lo hizo solamente con el poder sindical; también lo planteó con nosotros. La Presidenta tiene claro que la política la conduce el Ejecutivo, y nosotros tenemos roles importantes pero no son sustitutivos del poder político.
–Respecto de Moreno, ¿cree en el dicho de ‘mejor bueno conocido que bueno por conocer‘?
–Con Moreno nos conocemos mucho, ya sabemos lo que piensa, pero creo que nos equivocamos si creemos que esto es un tema de él, es un instrumento que ejecuta las políticas que le ordenan, yo creo que hay que mirar más arriba. Esta es una decisión que la Presidenta creerá que para esta etapa es la más adecuada.
–¿Pero controlar caso por caso como se hace con las importaciones y exportaciones?
–Creo que circunstancialmente el país puede tener un problema puntual ante lo que hoy en el mundo está pasando. No creo que deba ser un sistema permanente, porque para aprovechar esta nueva etapa es clave retener inversiones; y hay mejores medidas para retener utilidades.
–¿Qué es lo más difícil que tiene Cristina por delante?
–Insisto en la competitividad porque me parece que es la solución de fondo.