Por Juan Fernández
En esta días que recordamos a Rómulo Betancourt, un líder de la democracia venezolana, cuyo legado entre otras cosas fue una clara visión de política y petróleo, lo que permitió horizontes para de la industria petrolera, solo basta mencionar los siguientes aspectos de la gestión de su gobierno en materia petrolera: No más concesiones, Esquema Fiscal para maximizar renta al estado, Fundación de la OPEP, Creación de la CVP y por ultimo investigación y desarrollo de los hidrocarburos. Hoy sin embargo a 30 años de la desaparición de Rómulo, nuestro país confunde el petróleo para la política, la industria petrolera no es un instrumento para el desarrollo, sino un instrumento político para el gobierno y PDVSA mermada en sus indicadores operacionales, financieros y distrayendo sus escasos recursos para atender juicios por arbitraje que cada día suman más, mala pagadora y con falta de los elementales criterios económicos para el negocio.
Hoy el mundo que vive una crisis económica, con estimaciones según los organismos multilaterales como el FMI o el Banco de Mundial de poder profundizarse y caer en lo que sería una indeseable recesión. El negocio petrolero no escapa a la crisis y lo vemos reflejado en la volatilidad de los precios. Pero además su rol como fuente primordial de energía se encuentra en su etapa final, los desarrollos para ser más eficientes y eficaces en el consumo energético, el uso de energías renovables y alternativas son realidades que el mundo petrolero enfrenta. Por ello en un mundo competitivo para poder desarrollar las reservas probadas petroleras se basa en tener condiciones claras, estables tanto para la inversión nacional como para la extranjera para obtener los recursos monetarios, tecnológicos, mercados, recursos humanos, la mayoría de los países tienen en muchos casos el 2020 como una fecha meta para sus planes de expansión petrolera. Por ejemplo; Irak planea llegar a 5 millones de barriles día, hoy produce 2.4 millones y tiene 110 mil millones en reservas probadas de petróleo, Kuwait con 101 mil millones de reservas probadas que hoy produce 2.8 millones de barriles día piensa llegar a 4 millones de barriles diarios y para ello construye es socio con China en el área de refinación y planea concluir la una refinería en la provincia de Cantón para procesar 300 mil barriles en 2013, Brasil que hoy es el primer productor de la América Latina con 3.0 millones de barriles diarios, unas reservas probadas de 12.9 mil millones de barriles en reservas tiene el mayor plan de expansión con participación de empresas petroleras de primera calidad de todo el mundo, hasta Colombia que piensa superar el hito del millón de barriles en el 2012 y cuenta con 1.1 mil millones de reservas probadas. Cabe señalar que tanto Brasil como Colombia han creado una organización dependiente del poder ejecutivo un ente encargado de los procesos y participación de empresas en el desarrollo de su industria. También Arabia Saudita y Rusia el primer y segundo productor hoy en día acometen planes de expansión en su negocio petrolero. La competencia para Venezuela, es múltiple tanto de países con tradición petrolera como los nuevos productores, la estabilidad, la confianza y el riesgo país son factores claves para la obtención de recursos.
Si adicionalmente las autoridades del país y por boca de Ministro-Presidente Ramírez, señala reiteradamente escudándose en la soberanía que “no aceptara que ningún tribunal venga a imponer una sanción”, como se espera ocurra con el caso Exxon-Mobil y por otro lado el enfrentamiento entre el procurador (el abogado del estado) indicando un monto de 6.000 millones de dólares como estimado del reclamo de Exxon-Mobil y luego Ramírez diciendo que estaría dispuesto a pagar 1000 millones, monto que luego fue desmentido. También se ha mencionado como el otro caso de Conoco-Phillips de mayor impacto económico que Exxon-Mobil, Ramírez habría estado dispuesto al retorno a sus actividades en Venezuela a cambio de cesar el juicio de arbitraje, lo cual Conoco-Phillips no acepto.
Lo anterior, a los ojos de los inversionistas del negocio petrolero serios tanto los que están adentro como los que evalúan a Venezuela desde afuera, ven al país con alto riesgo, PDVSA es una empresa que incumple con sus obligaciones, no cuenta con el flujo de caja para acometer inversiones y por ende el costo del endeudamiento es alto, no tiene como pagar las sanciones derivadas de los arbitrajes, y la especulación del incumplimiento la aísla como opción de inversión, sumándole la elevada corrupción en sus actividades.
Por todo lo anterior, son múltiples las tareas que se deben acometer para ordenar al país y hacerlo una opción de inversión que genere riqueza y al igual que Rómulo tengamos una visión compartida del petróleo para hacerlo un instrumento real del desarrollo sostenible y dejar atrás el desastre con el cual heredaremos a la industria petrolera de este gobierno atrasado, maula y corrupto.