Por Mario Rueda Peña - Columnista
Al crecimiento económico acompaña siempre una mayor demanda de energía eléctrica. En Bolivia, particularmente en Santa Cruz , debido a que su producción agropecuaria e industrial registra un progresivo ascenso, tal correlación se ajusta a índices superiores a los de cualquier otra región del país. Los cruceños consumimos casi la mitad de la energía total que genera el SIN (Sistema Interconectado Nacional).
De las plantas de Corani, Guaracachi y Valle Hermoso parte la interconexión de energía eléctrica con las empresas locales de La Paz, Cochabamba, Oruro, Santa Cruz, Potosí y Chuquisaca. La finalidad de estos enlaces energéticos es garantizar la normalidad y potencia del suministro de la carga.
Aludimos a una tarea que exige un seguimiento estricto de variables relativas a la oferta y demanda de energía eléctrica. Los operadores del órgano de fiscalización tienen que estar pendientes de las cifras de crecimiento del PIB, tanto a escala regional, como decenal. Si aquel aumenta, quiere decir que se produce más, por lo que se incrementa el consumo de energía eléctrica aplicada a la producción (industrial, sobre todo) . En consecuencia, lo sensato es que se alerte al SIN y que éste haga todo lo posible para que sus plantas, acrecentando su potencia, satisfagan la demanda emergente, protegiendo así a todos contra molestias y perjuicios inherentes a racionamientos y cortes intempestivos.
Lamentablemente, todo parece indicar que la cuestión energética, en los últimos tres años, estuvo en cualquier parte menos bajo la lupa de los encargados de hacer seguimiento al tema en una proyección temporal de mediano y largo plazo. De modo alguno percibieron luces de alarma en el crecimiento económico de Santa Cruz , cuyo sector productivo es ahora el mayormente perjudicado por racionamientos y cortes intempestivos de energía eléctrica.
Lo peor es que no se registran inversiones en el rubro, en volúmenes requeridos para que la producción de energía eléctrica satisfaga plenamente a la demanda , no sólo de hoy, sino de mañana e inclusive de pasado mañana. Lo peor es que agrega lo suyo el hecho de que la empresa Guaracachi, uno de los principales circuitos de interconexión del SIN, fuera nacionalizada cuando se hallaba en virtual situación de quiebra. Las demás plantas integrantes del sistema no han sido mejoradas. Continúan produciendo en el mismo volumen de antes y quizás menos, según algunos analistas.
Ojalá que las cosas no pasen a mayores y que el Gobierno actual disponga ya de planes cuya aplicación nos ponga a cubierto de un grave colapso energético que algunos ya lo perciben a la vuelta de la esquina…