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Debate
MASSOT (USAL): LA ARGENTINA Y LOS CICLOS ECONÓMICOS GLOBALES
12/08/2011

La Argentina y los ciclos económicos globales

El Cronista

Por Juan Miguel Massot. Director del Instituto de Investigaciones Económicas de la USAL

Los ciclos económicos mundiales han tenido a lo largo de toda la historia argentina efectos significativos, tanto sobre la tasa de crecimiento económico anual como sobre su volatilidad. Tales efectos se han transmitido a la economía local tanto por la vía comercial (precios commodities de exportación; acceso a los mercados mundiales) como por la financiera (tasa de interés internacional; disponibilidad del crédito y de inversión extranjera).
Producto de un análisis estilizado de esta relación entre los ciclos mundiales y los del país se puede señalar lo siguiente:
1. Las tasas de crecimiento de la economía argentina entre 1895 a 1933 le permitieron reducir de manera notable la brecha entre su PBI y el PBI de las principales potencias económicas del siglo XIX (Reino Unido) y XX (Estados Unidos). Entre 1934 y 1975 esa brecha entre los PBI del país y los de ambas potencias se estabilizó, y a partir de 1975 y hasta el presente comenzó a ampliarse nuevamente.
2. Las tasas de crecimiento durante el período de menor apertura relativa de 1934-1975 fueron en promedio algo inferior a las del período 1895-1933, pero menos volátiles. Esto es similar a lo ocurrido en otras economías de mediano y alto desarrollo para ambos períodos de tiempo, y es coherente con lo esperado en términos de los modelos de desarrollo y comercio internacional: los períodos de mayor apertura comercial y financiera permiten tener iguales o mayores tasas de crecimiento a los de menor apertura relativa, pero a costo de una mayor volatilidad económica.
3. El escenario de crisis mundial entre la guerra de Vietnam y la poscrisis petrolera de 1973-81 modificó una vez más el contexto mundial para Argentina al iniciarse un proceso de liberalización comercial y financiera. Pero, a diferencia de lo acontecido con posterioridad a la crisis del año treinta, en este caso no se logró absorber positivamente los cambios en el patrón económico internacional, lo que se tradujo en un deterioro económico totalmente anómalo cuando se compara con su sendero de largo plazo, tanto en términos absolutos como en relación a las economías de referencia.
4. Producto de los cambios económicos mundiales, en los últimos quince años se observa una aceleración en la complementariedad entre el sector agropecuario y el industrial que podría ser sostenida por un largo período de tiempo. Este fenómeno no se presentaba desde la crisis de 1930.
5. Como corolario de lo expuesto, el escenario mundial -precios internacionales, tasas de interés, flujos de capitales- y la específica estrategia de inserción internacional comercial y financiera que Argentina adoptó en período de la historia económica fueron determinantes tanto para la tasa de crecimiento del país como también para su volatilidad.
Por ello es que para lograr una inserción exitosa en la economía global se requiere tener una estrategia definida para los escenarios mundiales relevantes, cualquiera sea el predominante en cada período del tiempo. Esto es, la situación económica de los argentinos ha dependido siempre de cuán exitosa fue la estrategia de crecimiento y desarrollo para un específico escenario mundial, y este período de crisis no es ni será una excepción.
Dado el nivel de apertura comercial y financiera de la Argentina actual, el ciclo económico mundial seguirá teniendo una importancia crucial, tanto en el nivel de la tasa de crecimiento del PBI como en su volatilidad. Se debe aprender de la historia que indica que los efectos de los cambios internacionales en el país dependieron de cómo Argentina los absorbió.
Por todo lo dicho se puede afirmar que la Argentina puede crecer en promedio a tasas elevadas en términos históricos y sin una excesiva volatilidad si se aplica de manera eficiente los instrumentos de política económica disponibles. Para ello se requiere diseñar y aplicar una política económica consistente que incluya: a) una estrategia de inserción global más sofisticada; b) una política de estabilización macroeconómica; c) una política de reordenamiento de los mercados de bienes y factores de producción.
Los desafíos de estos años están a la vista, pero también un conjunto de oportunidades que hay que saberlas aprovechar.


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