La presidenta Cristina Fernández de Kirchner volverá a inaugurar el viernes la central hidroeléctrica Yacyretá. La mandataria ya estuvo cortando cintas allí en noviembre de 2007, cuando era mandataria electa pero todavía no había asumido. Y, en 1998, fue Carlos Menem el que anunció el funcionamiento de una turbina en la represa binacional (con Paraguay), a la que antes había definido como un “monumento a la corrupción” .
El costo definitivo de la obra sigue siendo un misterio . En 2009, quienes dirigían la represa lo estimaban en US$ 13.000 millones, pero ese número cambió. La última etapa consistió en la elevación de la cota de llenado (que define la cantidad de agua puede tomar el embalse) de 76 a 83 metros de altura. El presupuesto asignado por el ministro de Planificación Julio De Vido para esa tarea era de US$ 600 millones, pero en el sector creen que ese número se quedó corto y que escaló, como mínimo, a una cifra entre US$ 1.500 y US$ 2.000 millones. El ente binacional que se encarga del proyecto todavía no difundió la cifra .
Néstor Kichner había anunciado que Yacyretá iba a terminarse en 2007. Después, el plazo se corrió para el 2008 y, posteriormente, a fines de 2009. El oficialismo más tarde habló de mediados de 2010 y, ahora, dice que es definitivo .
Aunque los especialistas están satisfechos con el funcionamiento pleno de Yacyretá, también plantean varios desacuerdos . “El anuncio de que se llegó a los 83 metros es una formalidad. Hace varios meses que viene operando con ese nivel de cota”, explican tres ex secretarios de Energía consultados por Clarín .
“La dilación de las obras supone mayores costos que todavía no se conocen”, apunta Jorge Lapeña, ex funcionario del área energética. “Agrega potencia hidroeléctrica a la matriz de generación, que sólo estaba en base a centrales térmicas, pero faltan más iniciativas estatales y privadas de este tipo, aunque mejor planificadas”, dice Daniel Montamat, que también fue secretario de Energía. “El gobierno pretende arreglar con dos obras (la finalización de Yacyretá y Atucha II, prevista para fin de año) el descuido con el sector eléctrico de muchos años ”, destaca otro ex funcionario.
Yacyretá despacha unos 20.000 gigavatios por hora. Cuando estaba con cota parcial, generaba 13.000 gigavatios. “El aporte reciente es de 7.000 gigavatios adicionales sobre unos 120.000 gigavatios/hora que consume el país. Eso significa que la mejora es de un 5%: es insuficiente, porque sólo cubre un año de crecimiento de económico, cuando la economía viene de 8 de viento favorable”, critica Lapeña.
“Ni aún con Atucha II se llega a poder abastecer la demanda” .
Montamat también ataca desde ese costado. “La capacidad eléctrica argentina creció de 23.278 megavatios en 2003 a 28.143 megavatios en 2010, subió un 21%. Pero la demanda eléctrica creció un 41% en ese período. La demanda creció el doble que la oferta, faltan iniciativas públicas y privadas que acompañen. Son proyectos costosos, y no hay estímulos para que los privados puedan hacerlos”, puntualiza. Aunque las centrales Condor Clift y La Barrancosa podrían aliviar algo, su impacto sería menor y despiertan controversia por su financiación.
Yacyretá no sienta un buen precedente para esta clase de empresas. “Estuvo mal hecha, sin planificar, faltó el financiamiento, hubo muchos problemas, algo que excede a este Gobierno”, precisa Lapeña. “Hubo que pagar indemnizaciones a quienes vivían en las zonas aledañas, hacer costaneras, negociar con mucha gente”, agrega.
¿Aquí no podemos hacerlo?, le preguntó Clarín.
“Si, El Chocón, Piedra Grande y Atucha I son centrales que se hicieron bien”.
Este viernes, los presidentes Cristina Fernández y Fernando Lugo celebrarán en Misiones la terminación de los trabajos sociales sin los cuales no podía funcionar a pleno. Aportará el 22% de la electricidad que se consume en el país.
Tras 37 años de frustraciones, concluye una obra que marcó una etapa en la historia nacional. El próximo viernes en Posadas, Misiones, los presidentes de Argentina, Cristina Fernández, y de Paraguay, Fernando Lugo, celebrarán la finalización de los trabajos del complejo hidroeléctrico de Yacyretá.
En rigor, la obra civil se concluyó hace más de diez años, pero el nivel de las aguas en el embalse que contiene la represa nunca había alcanzado la altura para la cual había sido diseñada la central hidroeléctrica. Es que si se subía el nivel de las aguas, se incrementaría la extensión del agua represada. Si bien en el diseño y los estudios anteriores a la obra civil estaba previsto este proceso, la falta de las obras complementarias impedía el aumento de la cota del nivel de agua. Hacían falta trabajos vinculados con lo social, con la relocalización de personas que vivían en zonas que quedarían bajo el agua con el aumento del nivel de la represa y la construcción de nuevos barrios con servicios públicos; y con las actividades productivas que los pobladores desarrollaban y que serían afectadas, como la pesca artesanal que muchas familias practican en el lugar.
Como estas tareas no se habían concretado no se podía subir el nivel de las aguas y, por lo tanto, la central hidroeléctrica no podía generar electricidad a toda potencia. Durante años este círculo vicioso impidió avanzar.
Pero el sábado 12 de febrero, las autoridades de Yacyretá pudieron llenar el embalse hasta la altura para la cual había sido diseñado, 83 metros sobre el nivel del mar, o cota 83, en la jerga de los técnicos. Con este nivel, se podrán aprovechar a pleno los 3100 megavatios de potencia instalados en la central y producir casi el 60% de la generación hidroeléctrica del país, o lo que es lo mismo, un 22% del total de la electricidad consumida en el territorio argentino. Además, Yacyretá atenderá un nivel similar de la demanda del Paraguay. En términos de generación eléctrica, a partir de ahora, la central hidroeléctrica producirá un adicional de 8000 gigavatios hora (GW/h) anuales de energía que se entregará al sistema, y agregará un plus de 1600 megavatios (MW) de potencia a la capacidad instalada en el país.
Roberto Pons, director del Centro de Estudios de la Economía y Gestión de la Energía, explicó que “más allá de razonables complicaciones en los impactos sociales y ambientales, durante años la obra de Yacyretá permaneció inconclusa. Con el primer cimbronazo del Tequila (la crisis de la moneda de México, en 1995), el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo propuso privatizar la gestión de venta de la energía, pero de alcanzar la cota de 83 metros, ni palabra porque, se decía, no había financiación. Sin embargo, desde su puesta en marcha hasta el año 2006, la central ha trabajado con la cota reducida lo que implicaría dejar de generar aproximadamente 8000 GW/h adicionales. Esto suscitó la pérdida de ingresos por casi U$S 1000 millones, cuando paradójicamente las obras de ampliación que se encararon a partir de 2006 para alcanzar la cota de 83, habían sido valuadas en U$S 650 millones”.
El proyecto Yacyretá se completará con el agregado de una usina adicional, Añá Cuá, que ampliará la potencia instalada en 270 MW, para generar 1600GW/h anuales adicionales. Aña Cuá –cuya construcción se licitará este año– permitirá ampliar la capacidad de generación de la central binacional en un 8%, y será instalada en el vertedero existente en uno de los brazos de la represa.
El avance desde la cota 76 hasta la cota 83 se realizó entre 2004 y 2011, con la implementación del Plan de Terminación de Yacyretá (PTY) impulsado por el ex presidente Néstor Kirchner. Tras reiteradas interrupciones –la última en 1998 cuando se puso en funcionamiento la última turbina– la construcción fue retomada en 2004. Kirchner encargó al ministro de Planificación Julio De Vido el diseño del PTY, en acuerdo con el por entonces presidente del Paraguay, Nicanor Duarte Frutos.
El PTY incluyó la liberación de áreas y la compra de tierras afectadas por el creciente embalse, la construcción de 8300 viviendas, y la recomposición de la trama urbana de las ciudades paraguayas de Encarnación, Cambyretá y Carmen de Paraná, y de Posadas-Garupa y Candelaria, del lado argentino.
También abarcó acciones de protección ambiental, saneamiento y reposición de obras ferroviarias, embarcaderos de lanchas, y la construcción de nuevos puertos en Posadas y Santa Ana.
Entre los expertos de energía, la culminación total de Yacyretá es un hito. Para Marcelo Lascano, especialista en infraestructura, “la finalización de la represa Yacyretá es de gran importancia, no sólo porque aumenta la oferta de energía eléctrica sino que se trata de una obra estratégica en tanto posee una vida útil indefinida”.
En el mismo sentido se expresó Gustavo Calleja director del Instituto de Energía de la Fundación Illia, quien señaló que “es razón de festejo que se haya finalizado el proyecto Yacyretá tantas veces anunciado. Pero es necesario que se resuelvan aún las consecuencias de los afectados por inundaciones y destrucción de viviendas que son muy grandes, tanto en localidades argentinas como paraguayas”.
Este viernes, Cristina y Lugo cerrarán un ciclo de obras inacabadas y desprestigio de la inversión estatal. Las actividades oficiales se desarrollarán sobre la Avenida Costanera de la ciudad de Posadas, con la presencia de ambos presidentes, funcionarios de los dos países, gobernadores e intendentes de las comunidades involucradas. Tras finalizar el acto protocolar, se desarrollará un festival artístico que contará con la participación de músicos de la Argentina y Paraguay, y como cierre habrá un show de fuegos artificiales.
En 1998, Menem anunció el funcionamiento de una turbina en la represa binacional