Martín Lovece. Especialista en Regulación Energética (UBA)
El programa “Gas Plus”, lanzado por el gobierno nacional en 2010 contempla la investigación y explotación del “gas no convencional”; (Tight Gas). Se trata de moléculas de gas atrapadas en una roca sedimentaria rica en materia orgánica. Este recurso siempre estuvo presente, pero era muy costoso extraerlo. Las técnicas para explotarlo involucran la perforación horizontal y la fracturación hidráulica, lo que eleva el precio del gas a casi el doble.
En Argentina, hablamos de un valor promedio del Gas convencional (natural) para industrias del 0,41 $/m3. Si este año comienza la extracción de Gas Plus, el precio del nuevo gas rondaría los 0,83 $/m3. El nuevo gas sólo se inyectaría para que las industrias puedan consumir un mínimo técnico (consumo indispensable para poder mantener la planta en régimen “mínimo” en época invernal). Por consiguiente, el gas no convencional es una solución que permitiría a las empresas tener una holgura en la época de corte del suministro energético. Si bien este incremento en el precio del gas “nuevo” podría traer aparejado inflación debido a que los costos incrementales de energía se trasladarían al producto final, se debe tener en cuenta que el costo del gas importado de Bolivia ronda ronda los 1,1 $/m3; y el gas metano proveniente de buques tiene un precio de 1,33 $/m3.
Si la política de apostar a nuevos yacimientos de gas se afianza, el país se encaminaría a volver a ser autosuficiente en materia de hidrocarburos; y sería viable en un mediano plazo reconstruir la industria que hace diez años quedo congelada. En la última década, no solo se vio una declinación de la producción y explotación de energía, sino también los sistemas de transporte y distribución, los cuales a la fecha están lejos de poder satisfacer la oferta futura de nuevos yacimientos.
Actualmente el sistema está en déficit, ya que en promedio se producen por día 136 MM (mil millones) de m3 y la capacidad de transporte es de 124 MM m3, o sea que estamos un 8,8% por debajo del total producido. Esto, sin contar el gas importado. Las inversiones en exploración y producción deben ir de la mano con la construcción de nuevos gasoductos para que la oferta generada pueda calzarse en todo el mercado interno.
La explotación de Gas no Convencional es una tendencia que lleva varios años en Estados Unidos y la Unión Europea, naciones que han relevado inmensas reservas de este recurso. Expertos estiman que las reservas mundiales podrían duplicarse en los próximos años. Sólo en Estados Unidos se dispone de de 29,4 trillones de metros cúbicos (Tmc) recuperables. Esto permitiría una autosuficiencia para ese país por los próximos 50 años. En tanto, en la UE existirían reservas por 6,32 Tmc.
En Argentina, los principales reservorios se encuentran en la cuenca neuquina, y se estima que se podrán extraer alrededor de 2,21 Tmc.. Sin embargo, el Gas no convencional tiene un aspecto ambiental negativo, ya que las perforaciones para extraerlo, estarían en el primer punto de acceso a un acuífero. Su explotación requeriría importantes inversiones en infraestructura y materiales no contaminantes para reducir el impacto de posibles derrames. El segundo aspecto negativo es que aún no está asegurado el volumen para satisfacer la demanda, por lo que no se puede garantizar un servicio en firme.
