Afirman que la Argentina no merece permanecer en el G-20
La Nación
"La
Argentina no merece estar en el
G-20." La dura frase pertenece a
James Roberts, experto en libertad económica y crecimiento de la fundación Heritage, ligada al partido republicano de los
Estados Unidos. En diálogo con La Nacion en
Buenos Aires, tras disertar para el foro republicano, indicó que el Gobierno tiene derecho de criticar al
Fondo Monetario Internacional, pero debería aceptar la revisión de su economía, como cualquier otro miembro del organismo multilateral.
En el último ranking de libertad económica, la Argentina cayó tres puestos, hasta ubicarse en el 138° lugar, sobre 179 países incluidos en la medición, que releva la situación del comercio, fiscal, el gasto y la política monetaria. Además, el especialista de la Heritage subrayó que el país mantiene un alto nivel de corrupción, responsabilidad tanto del Estado como de los empresarios.
Por otro lado, aseguró que la crisis en su país "no pasó".
- ¿Qué costo paga el Gobierno por el alto nivel de corrupción?
-Para los países en desarrollo, es muy importante la cuestión de la estabilidad de la ley, y eso es algo que deberían entender los políticos y los jueces, en lo que se refiere al respeto a la propiedad privada, el pago de la deuda que sigue en default y las reformas estructurales abandonadas. Acá se culpa a las reformas del problema de los 90 o al consenso de Washington, pero en realidad las reformas no se completaron y fue culpa de los políticos. Además, por supuesto que no estamos de acuerdo con este gobierno y la Argentina no merece estar en el G-20.
- ¿Por qué?
-Porque siguen los problemas en la relación con el FMI, por sus relaciones con el gobierno de Irán y por la deuda en default. También pensamos que la Argentina debería "graduarse" y dejar de recibir los beneficios del sistema de preferencias comerciales de Estados Unidos y de los bancos multilaterales, porque ya es un país desarrollado (ver Pág. 2).
-¿Es posible que la Argentina sea expulsada del G-20?
-No sé, creo que para funcionar con eficacia, el G-20 debería funcionar con menos miembros; tal vez, como dijo el presidente francés, Nicolas Sarkozy, con 14 países, entre el G-8 más las potencias emergentes, incluida Brasil, más uno africano.
- ¿Los dos canjes de deuda y la idea de pagarle al Club de París no muestran compromiso?
-No soy experto en temas financieros, pero el mercado debería ser el que solucionara estos problemas. El default de 2001 fue una lástima, pero ya pasaron muchos años como para que no se haya solucionado.
- El Gobierno no acepta la evaluación del FMI por considerar que este organismo causó parte de sus crisis en el pasado.
-El FMI está lejos de ser perfecto, pero si el Gobierno quiere cambiarlo, debe hacerlo desde adentro, sobre todo como miembro del G-20.
-¿Qué responsabilidad tienen los empresarios en la cuestión de la corrupción? -También la tienen; es un problema cultural. Tiene que haber una dirigencia responsable, limpia y con un proyecto.
-Usted sugirió que EE.UU. proponga cambios a la Argentina, pero parece que no hay una estrategia clara hacia la región
-Sí, formalmente el gobierno en Washington, desde el ataque a las Torres Gemelas en 2001, no tiene claridad sobre lo que debe hacer la región, pero hay muchos contactos de empresarios, organizaciones no gubernamentales, que permiten un intercambio fluido y saber qué hacer. De hecho, los flujos de dinero privado son muy fuertes cada día.
-Entre otras medidas, propuso un tratado de libre comercio con la Argentina. ¿Hay un ambiente favorable en EE.UU. para promoverlo, tras el fracaso del ALCA?
- Con Obama no, porque ni siquiera pudo ratificar el tratado bilateral con Colombia. Nosotros queremos más libre comercio y eliminar subsidios a los agricultores de nuestro país, como el etanol y el maíz.
-¿Cree que los inversores y los bancos aprendieron algo sobre la crisis internacional?
-No. Además, creo que la crisis no pasó y que hay que cambiar el modelo tan dependiente del consumo.
-¿Y cuál es la responsabilidad del mercado? -Ninguna. Es una cuestión del gobierno de Obama, es su culpa, tal como lo demostró con sus intervenciones sobre las financieras Fannie Mae y Freddie Mac.