POR CARLOS ANDRÉS ORTÍZ. Investigador de temas económicos y geopolíticos
Recientemente un vocero del neoliberalismo vernáculo (misionero) firmó una muy poco fundamentada nota, en la cual por medio de enrevesados argumentos pretende presentar como “la gran solución” a la energía eólica, y de paso a otras de las llamadas “energías alternativas” (solar y biomasa).
Ese opinante, a la sazón legislador, debería seleccionar mejor al redactor de las notas que rubrique sobre temas energéticos, pues mezcla groseramente Potencia Instalada con Generación Anual, al expresar “…comparados con los cerca de 22.000 MW que ‘genera’ (SIC) en total Argentina…” Si menciona una unidad de Potencia (MW) no puede expresar “que genera”. Ese detalle revela el profundo desconocimiento de la temática, y el propio muy pobre desarrollo de sus endebles argumentos (no llegan ni a rozar la categoría de FUNDAMENTOS científicamente elaborados), evidencian que no sabe del tema, y peor aún, mezcla y confunde, sea adrede o por supina ignorancia.
Insertar como burda comparación los totales eólicos de EEUU y de China, respecto a Argentina, sin considerar las muy diferentes magnitudes de los mercados, es solo un “ejercicio de confusión”, si se omiten ¿por desconocimiento o por que?, otros datos que precisen el contexto.
En 2007, el mercado eléctrico argentino representaba el 2,77 % del norteamericano, y el 3,69 % del chino. Pese a ello el mercado argentino no es nada despreciable (ocupábamos el 28ª lugar mundial); pero en lugar de citar descolgadamente los totales eólicos de las dos primeras potencias mundiales, hubiese sido más serio considerar la importancia de la eólica en esos países, y en el mundo. ¡La eólica es una energía marginal, y es simplemente complementaria, nunca sustitutiva de las energías de base, precisamente por sus conocidas limitaciones técnicas!
EEUU relanzó con fuerza su plan nuclear, sigue quemando mucho carbón, petróleo y gas, siendo esas tecnologías las bases de la expansión eléctrica. No instalan más hidroeléctricas por no disponer de más lugares donde construir nuevas presas; algunas estadísticas –de difícil obtención- precisan en varios miles el total de presas de todo tipo en EEUU.
China basa su generación eléctrica en el carbón (único hidrocarburo abundante en su territorio), pero también quema petróleo y gas; tiene un fuerte plan de construcciones nucleares, y uno de los más ambiciosos planes hidroeléctricos del mundo.
Tan grandes mercados eléctricos apelan a todas las tecnologías disponibles, pero la eólica en particular, y las “nuevas fuentes” (solar, hidrógeno, etc.) son absolutamente marginales…¡y no sirven como energías de base!
En el caso concreto de Misiones y todo el NEA, no tenemos vientos constantes, por lo que plantear la “sustitución” de las grandes hidroeléctricas con los “ventiladores”, es un disparate técnico que movería a risa, de no ser por los nada inocentes intereses que se vislumbran detrás del machacar de algunos voceros de las confusiones institucionalizadas.
Mostrando falsas alternativas de generación (eólica – solar – biomasa), los fundamentalistas de la ecología y sus “compañeros de ruta” (neoliberales, marxistas y oportunistas varios) intentan dilatar o impedir las imprescindibles construcciones hidroeléctricas y nucleares, y de ese modo juegan a favor de las instalaciones de más usinas devoradoras de petróleo y gas…¡más caras por KWh y mucho más contaminantes!
Es de recordar la alianza tácita de los políticos, economistas y operadores varios neoliberales (los que destrozaron literalmente a Argentina), con los poderosos lobbies de las petroleras anglosajonas, y con sus “escuadrones de choque” que son los militantes del ecologismo cavernario.
Detrás de los intereses de esas petroleras transnacionales, están los vinculados intereses de los fabricantes e importadores de usinas termoeléctricas, los proveedores de repuestos, fleteros de combustibles, asesores y “especialistas”, etc.
Hay que tener memoria histórica para recordar la sangría de recursos que eran los costosos fletes de combustibles, cuando Misiones no tenía las energías hidroeléctricas de Urugua-Í y de Yacyretá, amén las enormes contaminaciones vinculadas con todo eso.
Supongo que el legislador opinante conocerá del tema, aunque él y su entorno nunca lo mencionen.