(Análisis) RICARDO YOMAL: DESARROLLO ECONÓMICO Y REDES ELÉCTRICAS INTELIGENTES EN AMÉRICA DEL SUR
La Nación
Por Ricardo Yomal (*) Especial para lanacion.com Para nuestras economías del cono sur cada dólar de aumento en el PBI requiere un centavo en costo de electricidad. ¡Pero sí que vale la pena ese centavo! No existiría la actividad económica como la concebimos sin la electricidad. Aumentar el empleo, un objetivo digno, requiere de energía. Se usaWhen people work they need electricity for their jobs in industry or commerce; and they spend their earnings on goods and services that need electricity. cuando las personas trabajan en la industria o el comercio y cuando luego gastan sus ingresos en bienes y servicios.
Una empresa eléctrica es un complejo sistema a lo largo de amplios espacios geográficos. Es un entramado de cables, mástiles, subestaciones, transformadores, medidores y plantas de generación de energía que se esparcen a lo largo de una ciudad (CHILECTRA en Santiago de Chile), de una provincia (EJESA en Jujuy, DPEC en Corrientes) o incluso en todo un país (UTE en Uruguay). Incorporar tecnología inteligente a este entramado ?que genera, transporta y distribuye electricidad - presenta beneficios para toda la comunidad.
La región de América del Sur presenta una oportunidad de negocios y desarrollo económico. La actualización de las redes, adoptando las nuevas tecnologías de red inteligente (REI) por parte de la empresa eléctricas, generan impactos positivos y beneficios en un sinnúmero de clientes, facturación y producción eléctrica.
Hemos estimado que mejorar las redes del Cono Sur aplicando REI demandaría, en una primera fase ? medidor inteligente y red de comunicaciones -, US$ 250 de inversión por cliente residencial. Empresas como CISCO, IBM, ITRON, Accenture, Oracle y Siemens tienen una oportunidad: un mercado casi inexplotado de US$ 10 mil millones para vender sus equipos, software y "know how", si las eléctricas adoptan esta visión para la mitad de sus clientes.
La inteligencia busca cambiar conductas con información. El "cerebro" tecnológico contribuye a saber qué pasa en toda la red ? miles de subestaciones, hogares y artefactos ? e intervenir generando los beneficios. Se hace aplicando una dosis de IT: comunicación de doble vía, poder de computación, censores digitales y controles remotos a la transmisión y distribución. La REI se puede implementar en dos fases de inversión: primero en la red de la empresa eléctrica; luego en hogares y empresas usuarias.
¿Qué cambia con la REI?. Hoy la eléctrica manda un empleado al domicilio a registrar el consumo ? una vez al mes. Esto se hará automáticamente varias veces por minuto. La tecnología permite anticipar las fallas y efectuar reparaciones evitando los costosos cortes de luz. En una segunda etapa, medidores y termostatos inteligentes administrarán los consumos del lavarropas, del acondicionador de aire, conociendo sus consumos y derivándolos a las horas del día con tarifas más baratas. Además, será posible la venta de electricidad del cliente que la disponga, por usar paneles solares, en exceso. Los edificios públicos serán excedentarios y proveedores de energía cuando instalen los paneles en sus techos.
Los beneficios
En un futuro inmediato si las eléctricas adoptan la nueva tecnología se generará valor y desarrollo económico con beneficios para todos. Beneficios para la eléctrica (a) reduce los cortes y por ende los costos de dejar de facturar, de reconexiones y multas; (b) reduce las pérdidas de energía habituales en la operación y debidas al robo; (c) pospone la construcción de plantas de generación, al balancear excesos con sobrantes de energía tanto en distintos lugares como en horas del día. Esto significa mucho dinero. Alrededor de US$ 2.700 millones se ahorrarían en conjunto las eléctricas en esos siete países, anualmente.
El consumidor puede ahorrar hasta un 10% si reemplaza artefactos por otros con inteligencia. Esto equivale hasta 6 mil millones dólares anuales o US$ 96 por cada familia Además, los gobiernos sostienen con la REI la racionalización de consumos y una política ambiental limpia y verde. Menos dióxido de carbono a la atmósfera al incorporar paneles solares y más adelante hasta la carga en red del auto eléctrico. Se generarán empleos y desarrollo económico.
Existen cuatro terrenos para avanzar, levantando barreras: (i) Ecuación financiera: responder quién y cómo se paga el reemplazo de tecnología; (ii) Regulaciones: cambiar políticas tarifarias e impositivas y generar incentivos para la inversión y el consumo eficiente; y (iii) Estándares. Ahora las tecnologías no son abiertas como en Internet. Se requiere integrarlas y ponerse de acuerdo cómo; y (iv) Cultura y difusión, que es lo que intentamos con esta nota: comunicar los conceptos y los beneficios.
Las compañías eléctricas están sumergidas en problemas de corto plazo. En Argentina enfrentan el retraso en tarifas e inversión (Ver Diego Cabot). En Perú y Bolivia procuran dar cobertura a 23 de cada 100 habitantes que no cuentan con servicio eléctrico. En Paraguay y Brasil buscan reducir pérdidas de electricidad que superan, en ciertas empresas, el 32% y 20% de su producción respectivamente.
Sin embargo pueden anteponer la visón, conocer este know how y tomar la decisión de darle para adelante. CHILECTRA, UTE y ENERSA entre otras lo están haciendo. Varias lo están considerando. Requieren un plan de implementación de REI, mostrar la generación de valor en el plan de negocios para motivar a inversores y gobiernos. Compartir los beneficios del desarrollo y pasar a la red del siglo XXI.
(*) Economista de infraestructura, director ejecutivo de Tel Eco