Confrontar y no ponernos de acuerdo. Esta ha sido sino la dinámica de este país en sus renombrados 200 años. Monárquicos y antimonárquicos, unitarios y federales, autonomistas y liberales, Sarmiento o Mitre, conservadores y radicales, Braden o Perón, peronistas y radicales, Educación Laica o Libre, Perón o la Libertadora, Azules y Colorados, Campo vs. Industria, Triple A y Montoneros, Acero o Caramelos, Alfonsín y los Sindicatos, Memoria u Olvido, Soja vs. Retenciones...
Como en un Boca-River sinfín, la sociedad argentina tiene una forma peculiar de crecer. Sin consensos, refregando en las narices oponentes todo tipo de agravios, a los gritos. Somos así, nos guste o no. Los argumentos son lo de menos, lo importante es desoírse, desunirse, no poder encontrar cauces comunes.
Por eso no extrañan, en nuestro devenir, días como el de hoy. Una jornada en la cual se podrían llegar a votar tres cuestiones claves para los diversos públicos interesados: la boda gay, los glaciares y la continuidad de Diego Maradona.