(Opinión) SUSANA PERUYERA: "EL CO2 ES UN PROBLEMA MUNDIAL, SI NO SE HACE ALGO CON ESE GAS, NOS VA A COMER"
Susana Peruyera. Responsable de comunicación en el Comisariado de la Energía Atómica de Francia
«El CO2 es un problema mundial; si no se hace algo con ese gas, nos va a comer»
LNE.es
Susana Peruyera es periodista, licenciada en Ciencias Políticas en París y vive en Francia desde 1998. Nunca imaginó que sus pasos la llevarían a relacionarse a diario con científicos y a conocer la primera los últimos avances en investigación sobre energías renovables, pero los paneles solares y las bombas de hidrógeno forman parte de su vida desde que entró en el Comisariado de la Energía Atómica en 2002.
-¿Por qué marchó a Francia?
-Cuando estaba en tercero de Periodismo, en Madrid, hubo una huelga de profesores y tenía la sensación de que perdía el tiempo. Había ido cuatro veranos a Francia a cuidar a unos niños y a aprender el idioma, y me apetecía. Entré en el segundo curso del Instituto de Estudios Políticos de París y terminé las dos carreras prácticamente a la vez. En 1992 entré como periodista en «El Fielato». Estuve seis años en los que aprendí muchísimo, pero llegó un momento en el que me di cuenta de que ya había agotado todo lo que podía hacer aquí. Además, en 1998 me casé con un francés y me fui para allá.
-¿A qué se dedica en Francia?
-Trabajé en una editorial hasta 2002, cuando salió una plaza en el Comisariado de la Energía Atómica, dentro de la Dirección de Investigación Tecnológica. El puesto era para hacer el periódico interno. Estuve hasta 2006 en París y ahora en Grenoble y Chambery.
-¿Qué es el Comisariado de la Energía Atómica?
-Es un centro de investigación nacional en el que trabajan 15.000 personas. Con centros repartidos por el país, se divide en polos de investigación: defensa, energía nuclear, radiología aplicada a la biología, investigaciones en física y otras materias, y la Dirección de Investigación Tecnológica, donde yo trabajo, que se dedica a investigación aplicada. Trabajamos hasta el lanzamiento de prototipos y se crean patentes que se transfieren a la industria.
-¿En qué consiste, en concreto, su trabajo?
-Hablo a universitarios e industriales sobre los avances del rendimiento de las placas solares o de nuestra nueva pila de hidrógeno. Hago la memoria de actividades, actualizo la página web y organizo exposiciones y conferencias técnicas para expertos. También participamos en actividades abiertas al público. En la Semana de la Ciencia, por ejemplo, sacamos la investigación a la calle.
-¿Cómo está el asunto de las energías renovables en Francia?
-Francia empezó hace muy poco a preocuparse de ese asunto. En 1945 se eligió la energía nuclear y casi el ochenta por ciento de la energía eléctrica que se consume actualmente procede de la nuclear. Como es una energía que no produce gases de efecto invernadero, Francia se preocupó poco de las renovables, hasta finales de los años noventa. Los investigadores que se dedicaban a la energía solar o a los biocombustibles eran vistos como rarillos. Desde hace unos años el Estado impulsa ese tipo de energías con dinero público y desgravando impuestos a las personas que instalan paneles fotovoltaicos, por ejemplo. Los objetivos se fian en lograr que más del veinte por ciento de la producción de energía venga de renovables. Pero aún estamos lejos porque Francia eligió la energía nuclear, para bien o para mal.
-Sarkozy asegura que la nuclear respeta el medio ambiente.
-El problema de la energía nuclear son los desechos, que duran cientos de miles de años. Estudiamos cómo tratarlos y petrificarlos, por ejemplo. La nuclear es una energía que no produce CO2 y en ese sentido sí se puede considerar limpia. Hoy no se cuestiona su elección. De hecho, como estamos en una época de gran penuria energética y crisis, el resto de Europa se está cuestionando la idea de construir centrales nucleares.
-¿Está reñido lo nuclear con las energías renovables?
-Para nada. Está claro que el futuro energético va a ser mixto. Habrá que recuperar la energía allí donde la haya y utilizarla en el sitio en que se produce o donde se guarde. Sarkozy nos ha pedido que la misma cantidad de dinero que se emplee para estudios nucleares se dedique a las energías alternativas.
-Es una apuesta fuerte.
-Sí, pero porque viene con retraso. España, en energía solar, lleva ventaja. El problema ahora en el mundo es saber si vamos a volver al carbón, porque quedan muchas minas aún para explotar pero se emitirían gases de efecto invernadero. Habrá que elegir.
-¿Conoce el proyecto de una planta de captación de CO2?
-No, pero no me sorprende. En Francia también se está investigando porque el CO2 es un problema mundial. Si no se hace algo con ese gas, nos va a comer vivos.
-El anuncio de la planta de captación ha causado alarma...
-Cuando se tome la decisión, estarán hechos todos los estudios necesarios. Yo, antes de estar rodeada de científicos, también era muy suspicaz y me fiaba poco. Pero los científicos son gente como los demás y se preocupan de cómo van a vivir sus hijos en el futuro. No son kamikazes, sino profesionales muy apasionados que buscan soluciones.
-¿Cuáles son las últimas novedades en las que se trabaja?
-Por ejemplo, hemos conseguido rebajar a la mitad el coste de los paneles fotovoltaicos. También trabajamos para convertir el coche en un gestionador de energía. Tú vas a trabajar, tienes un parking solar, enchufas tu coche eléctrico para que se recargue y cuando llegas a casa puedes usar la batería del coche para activar los electrodomésticos.
-Suena a ciencia ficción.
-Pues en el Instituto Nacional de la Energía Solar tenemos un miniparking con coches eléctricos y una microrred de prueba que funciona. Por ahora estamos confiados y nadie se preocupa, porque hay gasolina y dinero para pagarla. Lo que hace la ciencia es preparar el futuro.
-¿Quiénes muestran mayor interés por sus prototipos?
-Los países de Oriente Medio y del Magreb, porque saben que en el futuro no va a haber petróleo para todos ya que hicimos con él lo que no debíamos: quemarlo tontamente. Ellos tienen dinero, pero saben que con dinero no harán caminar a los coches. Hay que buscar alternativas que no sean caras y que estén al alcance de todo el mundo, pero también que sean limpias de principio al final. Hace unos años se planteó el uso de la energía nuclear sin pensar en los residuos, esa preocupación llegó mucho más tarde. La diferencia es que ahora, cuando hablas de baterías o de paneles fotovoltaicos, ya piensas en lo qué hacer con ellos para reciclarlos.
-¿Nota el sector la crisis?
-Mucho. Se trabajó durante años en baterías sin que interesasen a nadie. Cuando hace un par de años subió tanto el precio de la gasolina, los constructores de automóviles nos vinieron a buscar. La crisis beneficia a la investigación.
-¿Qué es lo que mas echa de menos de Asturias?
-Cuando vengo aquí, una o dos veces todos los años, me da la sensación de que la gente tiene mucho tiempo. No sé lo que es tomar un café tranquilamente. No echo de menos la comida, porque la fabada la pongo yo, pero sí la vida de aquí; aunque cuando estoy varios días, siento como que me sobra el tiempo. Probablemente ya me haya hecho muy francesa.
Perfil
Susana Peruyera
Nacida en San Juan de Parres, en 1967, es una apasionada de su trabajo en el Comisariado de la Energía Atómica francés, donde se encarga de la comunicación científica y tecnológica de los avances que tienen que ver con las energías renovables. Licenciada en Periodismo en Madrid y con la carrera de Ciencias Políticas completada en Francia, se marchó al país galo hace doce años. Recuerda con cariño su paso por el semanario «El Fielato», el lanzamiento del semanario «Nora» y los ratos de café y distensión que ahora le resultan chocantes al haber perdido la costumbre. Casada con un francés, le encanta volver a su tierra, aunque reconoce que se ha vuelto «muy francesa».