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Debate
(Opinión) CARLOS ORTÍZ: "LIBERALES Y TERMOELÉCTRICOS"
30/03/2010
Misiones Online
Escribe Carlos Andrés Ortíz, Ex Investigador y Docente

Puede ser redundante, pero para mayor aclaración, precisemos conceptos. En Economía, los liberales, hoy en su mayoría devenidos en neoliberales, son los partidarios del “libre mercado”; cerrados opositores e incluso contumaces detractores del accionar del Estado; pretenden eliminar o minimizar las barreras arancelarias;dan prioridad a lo financiero (especulativo) sobre lo económico (productivo); descreen y critican agriamente las políticas económicas activas; suponen que “el mercado” lo soluciona todo (sin pruebas que lo avalen, e incluso pretenden “no ver” de los desastres mayúsculos provocados por “los mercados” sin controles); ven con muy buenos ojos la privatización y extranjerización total de nuestra economía; son partidarios de arancelar fuertemente e incluso privatizar hasta la educación pública y la salud pública, así como la seguridad social (recordar las malhadadas AFJP); suponen la “igualdad total” en todas las contrataciones (ignorando entre otras la diferencia abismal entre un asalariado y una gran empresa transnacional); y de última, son partidarios entusiastas y promotores activos de la globalización a ultranza (la llamada “globalización salvaje”), la cual tiene como objetivo hacer desaparecer los Estados Nacionales y los valores culturales de cada país y región.

Sintetizando, la imposición como “pensamiento único” del neoliberalismo, fue la causante principalísima de la terrible crisis del 2001, consecuencia a su vez de un cuarto de siglo de aplicación de esas “recetas”, muy exacerbadas desde la década del ’90. Y la corrupción institucionalizada fue provocada por ese mismo proceso económico, tal como lo explican diversos analistas de la realidad económica, social y geopolítica mundial y nacional de las últimas tres décadas (desde la dupla Reagan – Tatcher, allá por los ‘80).

Por su parte, la termoelectricidad –como concepto general- es todo proceso de producción de electricidad utilizando el calor como fuente de generación. Pero básicamente el concepto se utiliza para referirse a la generación eléctrica en base a la quema de combustibles fósiles, o sea petróleo, gas o carbón, también llamados genéricamente hidrocarburos.

Analizando la historia política y económica argentina, y relacionándola con la historia energética de nuestro país, se advierte con notable nitidez que ha sido una constante casi inalterada que los gobiernos de orientación económica liberal han sido no solo marcadamente favorables a la termoelectricidad, sino que fueron muy “creativos” a la hora de poner “palos a la rueda” a toda alternativa que pudiera alterar la matriz energética predominantemente termoeléctrica, que ató acentuadamente a Argentina a la extrema dependencia del petróleo y del gas natural.

Antes descalificaban a las alternativas de generación como supuestas “obras faraónicas”, o pretextaban falta de recursos y/o créditos; hoy simplificaron las cosas: apelan a los ruidosos fundamentalistas de la ecología, siempre prestos a “estar en contra de”, de acuerdo a lo que les dicten desde Gran Bretaña, EEUU o el G 7.

Como por otra parte –tal como se explicó- dado que los liberales y neoliberales son dogmáticamente “privatistas”, de hecho han favorecido en forma leonina a las petroleras extranjeras –básicamente anglosajonas-, primeramente entorpeciendo la explotación petrolera argentina, luego demorando absurdamente la necesaria creación de una petrolera estatal argentina, después debilitando a YPF en la “década infame” (la del ’30).

Posteriormente, ya creada la empresa Gas Del Estado (modelo a nivel mundial y en especial de Gaz De France), se dedicaron a entorpecer y debilitar a la petrolera y la gasífera estatales.

A partir del “proceso” se debilitó sistemáticamente a las Empresas Estatales, poniéndolas bajo conducciones de antiestatistas confesos, y en muchos casos vinculados con las “privadas” extranjeras del rubro. Con una notable saña, se las obligó a endeudarse en montos siderales e innecesarios, con el agravante que los créditos extranjeros eran inmediatamente girados para “tapar baches” del Presupuesto Nacional, en las siniestras épocas de Martínez De Hoz. Finalmente, durante la orgía “privatista” (léase vergonzosamente extranjerizante) del menemato y el delarruato, se las malvendió, con el agravante que se permitió el virtual saqueo de las reservas, todo bajo el manto falaz de “las eficiencias privadas”, que por cierto fueron “eficientes” para instrumentar el despojo acelerado de nuestras riquezas hidrocarburíferas; llevándonos a la crisis energética general que salió a la superficie en 2006, pero que venía incubándose desde los citados años ’90.

Y es importante evaluar varias coincidencias en las “líneas de sucesión” de figuras que de uno u otro modo fueron las “primeras espadas” de los procesos económicos privatistas, extranjerizantes y termoeléctricos.

Apellidos como Martínez De Hoz, Pinedo, Krieger Vasena, Alsogaray, Cavallo; y otros tal vez menos conocidos como Wehbe, R. Fernández, Machinea, López Murphy, Estenssoro, etc., no solo se prolongan en el tiempo, resurgiendo con nuevos gobiernos liberales; sino que en varios casos forman unas suertes de “dinastías privatistas y antinacionales”, que se perpetúan de padres a hijos, e incluso a nietos; por no estudiar el caso “emblemático” de la Sociedad Rural Argentina; constantemente antiestatista, siempre antiindustrialista, y habitual “proveedora” de materias grises prestas a colaborar con cuanto gobierno liberal o neoliberal surja.

Casos emblemáticos pueden considerarse –entre otros- los de Federico Pinedo (homónimos el abuelo y el nieto), Alsogaray padre e hija, y Estenssoro padre e hija. (José A. y María Eugenia).

Pinedo (el abuelo) fue abogado de empresas británicas, para en sus últimos años servir a consorcios norteamericanos. Ministro de Economía de “la década infame” y de gobiernos antipopulistas posteriores, son recordadas sus acciones muy favorables a aquellas empresas extranjeras, así como los acalorados debates que él y Luis Duhau mantuvieron en El Congreso con Lisandro De La Torre, acusados de permitir diversas felonías perpetradas por los frigoríficos británicos. Debate que solo pudo acallarse con el asesinato –en pleno Congreso- del Senador Enzo Bordabehere, quien cubrió con su cuerpo a De La Torre. El sicario fue detenido, pero nunca los instigadores, si bien todas las sospechas coincidieron respecto a los grupos de poder que estaban siendo vapuleados por el vehemente luchador que fue Don Lisandro. Pinedo (el nieto) milita en el más descarnado conservadorismo neoliberal, se opuso a la estatización de las “muy desprolijas” (por no decir otra cosa) AFJP, y forma parte del mascarón de proa que pretende reinstalar el nefasto neoliberalismo de los ’90…eso si, ¡con un candidato “joven y simpático”!

Los Alsogaray (Álvaro y María Julia) tienen en conjunto medio siglo largo de constantes acciones antinacionales. Artífices intelectuales y fácticos de las vergonzosas “privatizaciones salvajes” perpetradas en el menemato; ya antes son recordadas sus acciones para frenar la industrialización durante el peronismo, y para desarticular la política de autoabastecimiento petrolero y fuerte industrialización del breve pero dinámico gobierno de Frondizi; amén de otras acciones de frenos a la economía, quita de salarios, emisión de bonos de desvalorizada aceptación forzosa; y muchas otras “lindezas” semejantes.

El “Pepe” Estenssoro fue uno de los artífices del desguace y venta a precio vil que fue la “privatización” de YPF, operación que fue el mayor latrocinio consumado contra el Estado Argentino en todo el siglo XX.

Su hija María Eugenia, suele ser muy locuaz e incisiva para argumentar las ideas privatistas, “librecambistas” (antiindustrialistas), y muy afín a las “oposiciones salvajes del Congreso”, partidaria de “la apertura a los mercados financieros” (léase más endeudamiento usurario), siempre “con muchas cámaras de TV” a disposición; pero notablemente se la vio muy contrariada pero sin capacidad de interpelar con fundamentos frente a la Presidente del BCRA Marcó Del Pont. ¿Simple portación de apellido, sin mayores soportes conceptuales?

Capítulo aparte los “privatistas privatizadores” de YPF, Gas Del Estado y otros entes energéticos; fallidos desguazadores de la Comisión Nacional de Energía Atómica; y por ende vinculados a las causas que provocaron la descomunal crisis energética “erupcionada” en 2006 pero instigada en los ’90. Entre ellos, los más recurrentes y críticos opinantes que hoy “se rasgan las vestiduras” como si “nada tuvieran que ver”, como Montamat y Lapeña, entre otros.

Quedan muy en claro los fuertes vínculos funcionales entre los más contumaces y antinacionales neoliberales, con los fogoneros de la generación eléctrica excluyentemente termoeléctrica, incluyendo en ello a los pseudo ecologistas “antirrepresas” y “antinucleares” como “fuerzas de choque” siempre prestos a luchar…por nuestro subdesarrollo y miseria crónicos. Esto no significa “suscribir cheques en blanco” a otras posturas que pueden ser en diversos grados positivas, pero incompletas o mejorables.




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