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Entrevista
EMILIO APUD: "TENDRÍAMOS QUE RETOMAR A LA PRODUCCIÓN DE ENERGÍA QUE NO CONSUMA PETRÓLEO"
02/03/2010

“Hay que volver a la energía nuclear”

Perfil
Con lluvias inusuales y amplios sectores de la Ciudad de Buenos Aires privados de energía eléctrica, es interesante replantearse unas cuantas cosas. Por supuesto que somos víctimas de años de inoperancia pero también son los expertos quienes han analizado sus razones.

Por eso la consulta, en este caso, a un ex secretario de Energía como es el ingeniero Emilio Apud, que ocupó la cartera en el 2001 y forma parte del Grupo 8 formado, justamente por ex secretarios de Energía cuyos nombres marcaron diferentes tiempos de la historia reciente: Daniel Montamat, Alieto Guadagni, Jorge Lapeña, Raúl Olocco, Roberto Echarte, Julio Cesar Aráoz, Enrique Devoto y el propio Apud.

“Somos un grupo de técnicos –explica el ingeniero Apud– que el año pasado presentamos un documento que consistía en una propuesta de política de Estado sobre el sector energético para salir, de una vez por todas, de los bandazos con que cada gobierno inaugura su política energética. El documento tuvo un consenso general después de varios renunciamientos, porque algunos de nosotros venimos de distintas convicciones políticas, pero llegamos a un acuerdo entre los ocho. Hay allí radicales, peronistas, liberales, gente de izquierda. Hay de todo. Y este documento se lo quisimos presentar a la presidenta Cristina Kirchner en marzo del año pasado. Solicitamos una audiencia y presentamos el documento en Mesa de Entradas de Presidencia pero no nos respondió ni tampoco nos derivó a nadie. Pasamos entonces al plan B, que era dar a conocer este documento en el Congreso. Fuimos a Senadores y Diputados. Estuvimos con el vicepresidente Cobos y nos reunimos con distintas comisiones. A nadie le pareció mal pero lo que a mí me preocupa es que tampoco nadie tomó la responsabilidad de ir hacia adelante. Nosotros, como le decía, somos un grupo de técnicos que a lo sumo podemos decir qué podría hacerse, pero son los representantes de los partidos políticos los que van a hacer el plan de gobierno del que gane. Y tendrían que ponerse de acuerdo. Si este plan se llevara a cabo las inversiones comenzarían a venir a la Argentina. Es decir que se abriría un horizonte de largo plazo. Hoy por hoy, ninguna de las empresas que a veces asesoro por mi profesión quiere hablar de nada antes de saber qué ocurrirá en el 2011.”

Y en este momento, ingeniero, estamos viviendo una situación insólita con una ciudad espléndida como es Buenos Aires, durante horas prácticamente bajo el agua después del diluvio que soportamos días atrás. Entonces el ciudadano se pregunta: ¿esto es casual? Revela años de inercia.

—Es también la falta de continuidad en los planes. Esta es una de las causas. El problema hidráulico en la Ciudad de Buenos Aires es de larga data. Cada gobierno trajo sus planes pero no llegaron a conseguir la financiación y entonces tuvieron que dejarlos de lado. Luego viene otro con otra idea y muchas veces, en Argentina, se lanzan proyectos sin tener toda la ecuación financiera resuelta, por aquello de “vamos para adelante y después veremos de dónde sacamos la plata”. Y las cosas no son así. En países con tradición de años de cumplimiento, de vinculación con todo el resto de la sociedad económica del mundo, quizá no tengan problemas, pero nosotros tenemos una historia que yo diría que es poco confiable, y entonces es necesario que, antes de lanzar los proyectos, se sepa fehacientemente de dónde va a salir el dinero. Una de las cosas que noto, sobre todo con este gobierno, es que se lanzan obras y después se van ajustando los precios a pesar de que el precio original suele ser bastante elevado. Pero, bueno, esto es algo circunstancial (suspira), siempre hubo problemas acerca de la falta de financiación. Recuerdo que apenas me recibí en la UBA comencé a trabajar en una empresa del Estado que se llamaba Agua y Energía, y recuerdo que en el último de los tres años que pasé allí nos encomendaron a mí y al ingeniero Lapeña que analizáramos las causas de atraso crónico en los plazos de ejecución de las obras. Y llegamos a la conclusión que todas las obras que contrataba Agua y Energía tenían un atraso de cuatro, cinco o seis años. El problema consistía, primero, en no tener definida la responsabilidad de las distintas áreas de Agua y Energía. ¡Se afirmaban todos pero nadie era responsable! Y, por otro lado, no tener resuelto el tema financiero. Llegaba entonces un momento de asfixia financiera y la obra se tenía que detener.

¿Por ejemplo?

Atucha 2 es uno de los paradigmas, y Yacyretá todavía más. Lo de Yacyretá es algo escandaloso. Se comenzó a hablar del proyecto en la década del 50. Se inició la construcción en la década del 80 y se terminó a mediados de la década del 90. Es decir, se habilitaron las primeras turbinas sin haber terminado toda la obra de despejar lo que luego sería inundado. Cuando se hace una obra de estas características se construye un embalse que inunda una cierta superficie, por lo cual hay que hacer obras, expropiar a los propietarios de la costa etc. Eso no se hizo. Entonces en vez de trabajar con la cota del proyecto para la que se compran las turbinas y el rendimiento de la Central, no se logró nunca esa cota de 83 metros. Se está trabajando con menos de 75. Y para asumir esos casi 10 metros hacen falta cerca de 800 millones de dólares. Y de esto llevamos ya casi 15 años. Este es uno de los temas que este gobierno está impulsando, pero, lamentablemente, no hace las cosas como debiera porque Yacyretá ya tendría que estar trabajando “a full”; debería estar terminándose Atucha 2, que es una obra que se paralizó en 1984. Son cosas que no pueden hacerse a los apurones. Yo noto en este gobierno que las cosas se hacen un poco por la urgencia llevándolas a un extremo, y se sabe bien que las urgencias justifican luego cualquier cosa. Se dice “vamos a contratar en directo”; “vamos a hacerlo sin licitación”; “vamos a arrancar sin financiamiento”, etc. La cuestión es que se hacen muchísimos anuncios pero no hay obras. En esto hay mucha cháchara. Hay dos obras térmicas (Santa Fe y Campana) que son centrales de ciclo combinado que queman gas o gasoil.

¿Y qué pasa con ellas?

Se hizo la parte menos rentable, como es la turbina de gas. Le explico: el ciclo combinado tiene una turbina de gas y una turbina de vapor. Cuando salen los gases de la turbina de gas se aprovechan para generar vapor para la turbina que está, tiene un rendimiento bajísimo. Se instaló la turbina de gas y falta terminar el ciclo combinado con la turbina de vapor. Son las máquinas térmicas que más se han usado porque son de un costo no muy alto, de instalación relativamente rápida y entonces pueden seguir mejor la demanda, pero tambien aumentan la dependencia que tiene nuestro sector energético de la parte hidrocarburos. O sea que el 89% de la energía que se produce en la Argentina es derivada del petróleo y del gas. Y esto es una barbaridad sobre todo si se tiene en cuenta que, en lo que va de la década, ha bajado la reserva de gas en 50% y la de petróleo en 34%. O sea que tenemos siete años a este consumo de gas y se nos acaba. Y tenemos diez años a este consumo de petróleo y tambien se nos acaba.

¿Y cómo terminó el tema del envío de gas a Chile?

Esto ocurrió en la década del 90 y fue muy criticado a posteriori. Se le comprometió a Chile una venta del orden de los 20 millones de m3 por día y, para que usted tenga una idea, el consumo en la Argentina es de 120 millones. Es decir que un 17% de la demanda local se exportaba. Y esto se hacía porque había muchas tareas de exploración y si bien se consumía más gas, se reponía generando nuevos recursos por las nuevas perforaciones, exploraciones y mayor inversión. Se autorizó entonces a las empresas a venderle a Chile. Para eso se hicieron dos gasoductos en el norte e hicieron depender a Chile de nuestro gas sobre todo para generar energía eléctrica y para la industria. Eso se cortó hace cuatro años y los chilenos hicieron lo que se debe hacer. Es decir, al reconocer que “no podemos depender de los argentinos” hicieron una planta de regasificación que vale 1.600 millones de dólares. Las plantas de regasificación son aquellas que bajan el gas licuado que viene en barcos. Le explico: el gas no llega a ser una “commodity” porque no se puede transportar como el petróleo. Ahora, con la tecnología y con los precios del petróleo, se enfría el gas natural hasta menos de 200º centígrados y allí se transforma en líquido Entonces ocupa mucho menos volumen y ese gas líquido, cuando llega a destino, debe ser regasificado. Es toda una técnica que se aplica en las plantas regasificadoras.

¿De dónde importa Chile ese gas líquido?

Lo traen de Centroamérica; de Nigeria en algunos casos. Hay países que necesitan no solamente el gas sino también las instalaciones para licuarlo. Muchos barcos vienen también de Trinidad y Tobago. Ahora quizá ocurra la paradoja que Chile comience a vendernos gas. Ellos tienen almacenado el gas que importan y como a veces tienen en exceso y ya están construídos los gasoductos, podrían enviarnos gas a nosotros. Ese gas, por más barato que sea, puede estar en 12 o 13 dólares el millón de unidades. A nuestras petroleras se les está pagando 3 dólares el millon de BTU. Yo no digo que les paguen a nuestros petroleros 12 o 13 dólares, pero sí que les paguen 6. Y usted va a ver que con esa tarifa se reactiva toda la producción y toda la exploración. La verdad es que la geología es algo independiente del partido que esté en el gobierno. Es la ley de la naturaleza. Es un tema de los gobiernos que fomentan la inversión y el desarrollo de los recursos propios y otros que, en cambio, se los comen. Gastan todo ese hidrocarburo, se gastan todo el capital y después el que venga que se las arregle. Hoy estamos en esta situación y el nuevo gobierno se va a ver en figurillas para resolver el tema energético porque no hay plata. Por más que haya gente que se entusiasme con la idea de que vamos a volver a tener empresas del Estado, que el Estado se haga cargo… bueno, sí, pero ¿con qué plata? Sin contar la experiencia. Recordemos lo que fue la experiencia de YPF, de SEGBA, de las telefónicas.

¿Se acuerda de las plataformas submarinas de YPF? Una naufragó en el Caribe y la otra se vendió, ¿no?

Sí. La que se vendió se usó en algunas partes del Mar Argentino pero no encontraron petróleo o faltó la plata. Los geólogos sostienen que no hay mucha expectativa de que se encuentre petróleo allí, en la plataforma. Es verdad que siempre se ha explorado en zonas cercanas como el golfo San Jorge o el Estrecho de Magallanes y no en los abismos marinos. Pero la realidad muestra que Brasil encontró mucho en las profundidades frente a San Pablo, Rio de Janeiro o Santos. En Malvinas, los ingleses están buscando 170 km al norte de las islas. Los uruguayos tienen en el mapa un espacio pequeño bajo su soberanía. Nosotros tenemos como 1.800 km sin explorar. Brasil ya exploró y encontró. Uruguay va a explorar y quizá va a encontrar. Me parece muy bien que se defienda nuestra soberanía en todos los Foros y denunciar el litigio, pero creo que, además, deberíamos tener una actitud pro-activa de un acuerdo entre Argentina y tal vez, ¿por qué no?, Gran Bretaña, con la idea de explorar esta inmensa longitud que bordea los abismos y es propiedad nuestra. Y aquí contamos con la ventaja que no tienen ni los malvinenses ni los uruguayos. Y es que somos un país con una tradición petrolera, conocimiento de la tecnología. Equipos, ingeniería, etc. El apoyo logístico es fundamental, por eso insisto en que, además de todas las denuncias, no se elabora una política de desarrollo intensivo de explorar los hidrocarburos en la zona que, sin discusión, es nuestra. Sobre esto veremos si nosotros, los ex secretarios, podemos sacar un nuevo documento, porque es un tema en el que somos conscientes de la limitación de los conocimientos necesarios para enfocar este problema en forma global. Vamos a reunirnos entonces también con ex cancilleres, ex diplomáticos que conocen bien el tema de las relaciones internacionales y con geólogos de experiencia reconocida en el mar. Entonces, conjugando el tema de política exterior con el tema geológico y nuestros conocimientos de economía y energía, vamos a elaborar otro documento para el que quiera leerlo (Apud se ríe). Es más: los ex secretarios (y me incluyo) no estamos trabajando para ningún partido político. Esta es una propuesta técnica que indica, digamos, los grandes deseos que tenemos de que cambien las cosas. A veces me parece que al público en general le está llegando una versión distorsionada de la realidad. Hay mucha propaganda del Estado como por ejemplo de que en la década anterior no se invirtió nada, que se llevaron toda la plata y demonizar entonces el tema de las inversiones. Es importante que la gente sepa cómo son las cosas. Si se confunde el remedio con la enfermedad… nos va a ir muy mal. Resumiendo, con la debacle de 2001/2002 se dejó de invertir y el gobierno de Kirchner, en cuatro años, no hizo una sola obra de magnitud dentro del sector eléctrico como para poder inaugurarla. Y en este tramo del gobierno de Cristina Fernández se han iniciado un montón de obras y se hizo, por ejemplo, la línea de alta tensión a la Patagonia. Una obra que en sí es buena pero me parece que el déficit más notable está en el tema de generación y distribución. Cosa que los porteños sufrimos. Nos salvamos porque los picos de calor vinieron en enero y no en diciembre, cuando está toda la gente en sus casas y en sus trabajos. El sistema está funcionando con el mínimo necesario.

Usted acentúa el tema en la falta de inversión.

Sinceramente no sé cuál ha sido el motivo de dejar caer tanto esta situación. Había un buen margen en 2002/03 porque había bajado el consumo por la crisis. Pero en 2003/04 ya se veía que se venían problemas para los tres años siguientes. Y las soluciones en el sector energético no son de un día para otro. Tienen una inercia de dos a cuatro años para poder implementarse. Y esto se dejó pasar. En 2002, si yo hubiera sido entonces secretario de Energía, tampoco habría aumentado las tarifas, y habría acudido a los subsidios, pero por una emergencia. Digamos seis o siete meses. Pienso que el hecho de que de 2003 en adelante se hayan congelado las tarifas hasta ahora, no tiene ninguna razón de ser. Salvo, no sé, demagogia o populismo.


Emilio Apud es un hombre vehemente que se expresa con claridad y convicción. Justamente por eso le planteamos los interrogantes que son habituales en el ciudadano común.

Me parece que hay que modificar un poco la ecuación energética. Tendríamos que volver a la producción de energía que no consuma petróleo. Por ejemplo, en la energía eléctrica se podría reducir mucho la participación que es térmica en casi 50%.

¿Térmica significa a petróleo y gas?

Sí. Creo que habría que volver a la energía nuclear (que es la energía del mediano plazo hasta que aparezcan nuevas energías), en la que nosotros tenemos un conocimiento importante. Recuerde que fuimos un país líder en América en la década del 70. Todo el potencial y el conocimiento nuclear que tiene Irán fue dado por Argentina en los tiempos del gobierno del sha de Persia. Nosotros exportamos y ganamos licitaciones en todas partes en lo que hace a reactores nucleares pequeños. Me refiero a Australia, Perú, Egipto. Tenemos toda la cadena: desde el mineral hasta dónde ubicar los residuos, que es uno de los problemas básicos de la energía nuclear. Tenemos que ir también a la energía eólica. Fíjese que somos el país que tiene la mayor reserva o calidad de viento.

Pero dicen que los vientos de la Patagonia son demasiado fuertes…¿Es cierto?

Sí. No conviene que sean demasiado fuertes. Lo que interesa es que sean permanentes. Hoy hay tecnología como para aprovecharla.

¿Por qué no se usa, entonces?

No se usa porque no hay una política para promover la energía eólica. Producimos 150 megavatios, nada más. En España ya tienen 15 mil megavatios de energía eólica. En cambio, toda nuestra potencia instalada, me refiero a la nuclear, la hidroeléctrica y la térmica, suma 20 mil megavatios. Los alemanes tienen 18 mil, los norteamericanos se van a 30 mil.

Y la eólica no contamina.

Desde luego. Insisto: tenemos 150 megavatios frente a los números de los países que le he mencionado. Es un despropósito. Aclaremos que no es una energía barata, aunque luego sí lo es porque no necesita combustible. Hay que volver a la energía hidroeléctrica y me parece bien lo que lanza el gobierno actual en el río Santa Cruz con Barrancosa, aunque me parece un poco cara y poco transparente la licitación. Fíjese que en cada consorcio aparece un amigo del Gobierno Y no tengo claro si tienen ya la financiación y no estoy de acuerdo con que el Estado tome de la educación, de la justicia o de la seguridad 15 mil millones de pesos para una central hidroeléctrica que podría hacer un privado. Con esto vamos a ir mejorando la ecuación energética. O sea, cambiando de paradigma: todo hidrocarburo a más energías limpias. Y luego están las no convencionales como los biocombustibles, la energía solar, etc.

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