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Debate
(Opinión) MONTAMAT. PETRÓLEO Y MALVINAS: LA LECCIÓN DEL LARGO PLAZO
26/02/2010

Petróleo y Malvinas: la lección del largo plazo

El Cronista
Si hay petróleo en Malvinas es muy posible que los ingleses se amparen en el principio de autodeterminación de los isleños para mutar el estatus colonial del archipiélago al de estado libre “asociado”. La Argentina mantendrá el reclamo soberano sobre su territorio irredento con más dificultades para hacer valer sus razones ante la comunidad internacional. Durante décadas, el pragmatismo inglés correspondido por políticas de largo plazo enfrentó el idealismo argentino menoscabado por políticas coyunturales.

Hasta la década del ochenta la declinación económica de las islas presagiaba malos augurios para la vocación de los isleños de ser tratados como ciudadanos de primera por parte de Gran Bretaña. La economía de las islas dependía de la explotación ovina y el precio internacional de la lana se había desplomado entre 1974 y 1980. El PBI del archipiélago cayó un 25%. A la crisis económica se le sumaba una de tipo social, producto del aislamiento, de lo reducido de la colonia y del abandono político por parte de Londres. O Gran Bretaña se movía para salvar a las islas y sus habitantes, o no habría más remedio que ceder a los reclamos argentinos, se decía. El pragmatismo inglés fijó el objetivo de la autosuficiencia económica y financiera de las islas. Fue así que el gobierno británico decidió enviar una seguidilla de misiones a Malvinas con el objetivo de relevar y comprobar la presencia de recursos naturales comercialmente explotables, remplazando así, progresivamente, a la lana como medio fundamental. En ese tiempo, Argentina decidió la invasión y vino la guerra.

La recuperación de la soberanía de las islas es una causa nacional que convoca a la gran mayoría de los argentinos. La prensa extrajera se sorprende cómo el tema “Malvinas” está a “flor de piel” en la sociedad argentina. El ideal de Malvinas une, cuando otros temas dividen. Pero cuando el régimen militar decidió la invasión que desencadenó la guerra, quiso usufructuar el ideal en función de necesidades coyunturales. Así nos fue.

Tras la guerra, y el consecuente aumento del presupuesto de defensa, el objetivo británico de buscar el auto sostén de los isleños se volvió obsesivo. El abanico de opciones incluía los derechos de pesca, la exploración de hidrocarburos y el turismo. Con la concesión de las licencias de pesca ya en el 2006 los isleños habían superado el ingreso per cápita de la madre patria. Gran Bretaña sigue costeando el presupuesto de defensa de las islas, que representa alrededor del 1% del presupuesto de defensa inglés.

La investigación del potencial petrolero de las islas iba a tomar más tiempo, pero, consistentes con el objetivo de la autosuficiencia económica-financiera, los ingleses empezaron a avanzar desde principios de la década del noventa, sin prisa y sin pausa. Otorgaron licencias exploratorias desde principios de los noventa, cuando los precios del barril no justificaban demasiados riesgos. En esta década, en cambio, el precio del crudo no dejó de subir, y aún con la crisis mundial consolidó nuevos pisos de cotización. Todavía no se puede hablar de reservas probadas en Malvinas. Pero si las nuevas perforaciones pueden establecer la existencia de petróleo en la zona, los isleños agregarán a sus ingresos por licencias de pesca los correspondientes a la apropiación de renta petrolera. Una perpetuidad que les aseguraría sustentabilidad financiera, presupuesto de defensa incluido.

Argentina nunca dejó de formular sus reclamos de soberanía en los distintos foros, pero su ideal de recuperar las islas no fue correspondido por políticas conducentes a lograr que los ingleses se sentaran en la mesa de negociación. Vaciló entre la seducción y la reacción retardada. En estas décadas deberíamos haber “sembrado” de derechos (permisos exploratorios) el Mar argentino. Por un lado, habríamos intensificado la exploración para averiguar si hay petróleo en nuestras aguas, y si el talud continental ofrece perspectivas promisorias como creen algunos geólogos. Por otro lado, con empresas trabajando e invirtiendo en nuestra geología, y, en aguas no conflictivas, tiene más sentido la opción diplomática de la Resolución 407/07: “o con nosotros o con ellos”.

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