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Debate
(Opinión) PRADO LIÉVANA: "ALMACENAR, O NO ALMACENAR (GAS). ESA ES LA CUESTIÓN"
31/05/2010
Hidrocarburos Bolivia
Bernardo Prado Liévana* - El pasado mes de marzo, el Gobierno boliviano asignó a YPFB la tarea de realizar los estudios para la instalación de tanques de almacenamiento de gas licuado de petróleo (GLP). Estos tanques tendrían la función de almacenar el GLP cuando la demanda es baja y existen excedentes, para utilizarlo posteriormente cuando la demanda sube y existe riesgo de desabastecimiento. Por otro lado, recientemente fue noticia la inminente llegada de un equipo de especialistas rusos para asesorar a YPFB (entre otros aspectos) en el almacenamiento de gas natural.

Al respecto, cabe hacer notar que el almacenaje de GLP es un tema completamente distinto al almacenaje de gas natural, esto porque el GLP sencillamente no es gas natural. Esta aclaración puede resultar obvia para muchos, pero para aquellos y aquellas que ante el desabastecimiento bloquean las calles con sus garrafas y se preguntan enfadados por qué Bolivia exporta su gas mientras el pueblo pasa ¨las de Caín¨ para conseguir una garrafa que les permita cocinar, la aclaración puede resultar útil.

Dicho eso, en el primer caso (el del GLP), el almacenamiento se puede realizar en un tanque construido cumpliendo una serie de especificaciones técnicas y normas de seguridad, este puede luego ser instalado bajo tierra (tanque enterrado) o sobre ella (tanque de superficie). En resumidas cuentas podemos comprender el almacenaje de GLP a gran escala como una ¨garrafa gigante¨ que puede o no estar enterrada.

Esas ¨garrafas gigantes¨ que algunos utilizan de manera pública o privada para calentar el agua de las piscinas y poner a punto sus saunas y jacuzzis son un ejemplo de GLP almacenado. Un almacenamiento y uso del GLP que a mi entender es irresponsable y desconsiderado. El GLP debería ser utilizado exclusivamente para uso doméstico, no para calentar piscinas y menos para el transporte público. Si en Bolivia se usará el GLP como corresponde probablemente serían menos frecuentes las imágenes de iracundos vecinos protestando en las calles por la falta de garrafas llenas, pero esa es otra historia.

El segundo caso (el del gas natural) es muchísimo más complejo, este se realiza introduciendo el gas para ¨guardarlo¨ bajo tierra ya sea en formaciones naturales de sal, yacimientos de hidrocarburos agotados o acuíferos, esto tras un complejo estudio que permite garantizar que las características y propiedades de la ubicación seleccionada son aptas para almacenar el gas natural por periodos prolongados, los expertos rusos vendrán para asesorar a YPFB en este tipo de almacenamiento justamente por su complejidad.

La pregunta surge inmediatamente, ¿se justifica el almacenamiento de gas natural en Bolivia?

En lo personal creo que no, y voy esbozar algunos puntos que me permitan sustentar esa posición.

El almacenamiento de gas natural en Bolivia no se justifica porque Bolivia ya tiene el gas almacenado bajo tierra de manera natural. Alguien dirá que también lo tienen muchos otros países y pese a eso han optado por almacenarlo. Conviene entonces considerar las particularidades del mercado del gas en Bolivia ya que son esas las que alejan a nuestro país de los factores que han llevado a muchos otros países a optar por el almacenamiento de gas natural.

En ese sentido cabe recordar que una de las principales funciones del almacenamiento de gas natural es la de nivelar un posible desbalance entre la oferta y la demanda del energético que se puede dar, por ejemplo, entre el verano y el invierno o incluso entre el día y la noche. Otro ejemplo que justifica el almacenamiento de gas natural se ve en el Golfo de México, donde la producción se hace intermitente durante la temporada de huracanes, época cuando las regiones que se abastecen de ese gas recurren al gas almacenado bajo tierra para satisfacer su demanda mientras ¨pasa la tormenta¨. Almacenarlo cuando está barato para comercializarlo cuando esta caro es otro de los motivos que inspira el almacenaje del gas natural en mercados más complejos como el europeo.

Creo firmemente que en Bolivia la solución al desbalance entre la oferta y la demanda de gas natural no radica en su almacenaje, radica en el grado de flexibilidad que se le pueda dar a su producción (oferta) y en la capacidad de logística y transporte por ductos que se pueda implementar para lograr distribuir el gas producido a los diferentes segmentos de consumo y uso (demanda).

Bolivia es un país que produce, consume y exporta gas natural, Bolivia no necesita importar el energético y esa es una de las particularidades que nos libera de la necesidad de almacenarlo.

Otra particularidad está en el hecho de que YPFB es el único protagonista en toda la cadena productiva de los hidrocarburos en Bolivia, el tamaño y las proyecciones de nuestros mercados (interno y externo) así como las distancias entre los yacimientos y los centros de consumo son también particularidades que se deben considerar.

Tal vez sería bueno además del asesoramiento ruso, contar con la opinión de los expertos noruegos. Noruega, después de Rusia es el segundo proveedor del gas natural que consume Europa (100 billones de metros cúbicos por año de gas noruego hacen funcionar gran parte de la economía europea). Noruega, aunque en escalas diferentes, se puede comparar con Bolivia en el hecho de que no debe preocuparse por importar el energético y como era de esperarse no precisa de una infraestructura para el almacenamiento subterráneo de gas natural.

Se podría incluso pedir a los expertos argentinos que nos cuenten sus experiencias almacenando gas natural en los yacimientos de Lunlunta Carrizal, Diadema y otros.

Pero vayamos más a fondo con la realidad boliviana. En base a datos oficiales certificados por YPFB, para la gestión 2009 tenemos las siguientes cifras que representan en todos los casos volúmenes promedio expresados en millones de píes cúbicos por día (MPCD):

La producción fué de 1.298 MPCD, 1.193,8 MPCD es decir el 92% de lo producido se destinó al consumo interno y a las exportaciones, se inyectaron 47,7 MPCD (3.7%) y se quemaron 13,2 MPCD (1%), el saldo de 43,3 MPCD (3.2%) se utilizó como combustible o se convirtió a líquido.

Si sumamos los promedios diarios que se quemaron e inyectaron, podríamos decir que 60,9 MPCD, equivalentes al 4.7% de la producción promedio diaria, fueron ¨desperdiciados¨ ya que al no poder ser comercializados estos tuvieron que ser, valga la redundancia, quemados, venteados o inyectados nuevamente al yacimiento.

Esos 60,9 MPCD equivalen, en unidades más familiares para la mayoría de nosotros, a 1,72 millones de metros cúbicos diarios (MMCD) de gas natural.

Multiplicando 1,72 MMCD por los 365 días del año llegamos a un volúmen total de 627,8 MMC que no se pudieron comercializar durante el 2009 por ¨falta de mercados¨ y que de haberse comercializado, a Brasil por ejemplo, hubieran significado un interesante ingreso adicional superior a los 115 millones de dólares, esto a ¨ojo de buen cubero¨ considerando que en diciembre de 2009 Bolivia exportó 624 MMC de gas a Brasil por lo que recibió 115 millones de dólares.

Ese monto no recibido y ese volúmen no comercializado podría ser algo menor si consideramos las quemas e inyecciones técnicas que pudieron realizarse y que las estadísticas de YPFB no reflejan en detalle.

Con las cifras en la mesa vemos claramente que 627,8 millones de metros cúbicos de gas natural excedentes en un año no justifican una infraestructura de almacenaje, y como dije antes, ese desbalance pudo tranquilamente ser nivelado comercializándolo mediante una mejor logística y con una red de transporte por ductos debidamente estructurada y optimizada.

Pueden estar seguros de que, por ejemplo, una red ampliada de gas domiciliario y un programa de reconversión vehicular al GNV plenamente implementado demandarían mucho más de 627,8 MMC de gas natural por año.

A largo plazo, pese a que se pretende incrementar considerablemente la producción, el almacenamiento de gas natural tampoco se justifica. No se justifica porque el incremento en la producción acompañará muy de cerca a la demanda, como ocurrió en el 2009.

En ese sentido, YPFB estima que hasta el año 2026 la demanda de gas natural boliviano alcanzará los 100 MMCD (entre consumo interno, industrialización, exportación, etc.) esa demanda no podría ser satisfecha almacenando gas, al contrario, esa demanda sólo podrá ser satisfecha mediante el incremento de la producción con planes de exploración y explotación eficientes y con inversiones agresivas.

Vamos por partes, no tomemos el postre sin antes terminar la sopa, cuando Bolivia produzca volúmenes de gas natural que superen su demanda interna y externa en un rango superior al 15% probablemente convendrá considerar el almacenaje de gas natural ya sea bajo tierra o criogénicamente (en estado líquido a bajas temperaturas).

Mientras tanto creo que invertir esfuerzo, recursos humanos, tiempo y dinero pensando en extraer gas natural del fondo de la tierra para luego invertir más esfuerzo, recursos humanos, tiempo y dinero en devolver lo extraído nuevamente al lugar de donde vino para ser almacenado no es precisamente lo que Bolivia necesita.

Almacenar, o no almacenar (gas). Creo que la cuestión es no almacenar.

*Consultor en temas energéticos y editor de HidrocarburosBolivia.com

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