Tony Blair
Fuente: EX PRIMER MINISTRO DE GRAN BRETAÑA
Son tiempos difíciles para los que toman decisiones. Vivimos en una época de baja previsibilidad. ¿Cuál es la manera de achicar la brecha entre el corto y el largo plazo? Decidir cómo hacerlo es decidir en qué creemos y qué queremos para nuestro futuro.

En la economía, la percepción casi universal después del colapso del sistema bancario era que el mercado había fracasado y que el Estado tenía que intervenir. Se desempolvaron y se volvieron a leer ávidamente viejas copias de El Gran Crash de 1929 de John Kenneth Galbraith y tratados keynesianos. Y es verdad: el mercado efectivamente fracasó y el Estado tuvo que intervenir. Los estímulos fiscales y monetarios fueron importantes en sí mismos, pero mucho más porque indicaron que iba a utilizarse la fuerza del gobierno para impedir el contagio y un colapso aún mayor.

Pero si analizamos qué tipo de recuperación podemos esperar y qué tipo de economía futura intentamos modelar, no resulta claro que lo que necesitamos sea un rol continuo e intrusivo del Estado. Por el contrario, necesitamos que el sector privado recupere su sentido de empresa, innovación y vigor; necesitamos ocuparnos de regular para restringir la disponibilidad de crédito, y deberíamos evitar el proteccionismo. Es verdad, el sector privado tendrá que someterse a una intensa reestructuración y los grandes déficits que se acumularon durante la crisis deberán ser desarticulados. Esto implicará una reestructuración radical del Estado y sus servicios. Pero, al final, las empresas y no el gobierno sacarán a la economía global adelante.

En otras palabras, el argumento de que "el mercado fracasó" es excesivamente alarmante. En rigor de verdad, una parte del mercado fracasó, pero el gobierno y los reguladores fueron parte de ese fracaso. Si creemos que esto es verdad, en definitiva será la creatividad (en el mejor sentido) del sector privado la que nos haga regresar a la prosperidad. Necesitamos tomar decisiones en las próximas semanas y meses que ayuden al sector privado y no lo perjudiquen.

Copyright Clarín y Project Syndicate, 2010.