(Opinión) DELGADO: SUPERAR LA "DOBLE I", EL DESAFÍO DE LA ECONOMÍA 2010
Ricardo Delgado Economista y Director de Analytica
En 2010 vuelve el crecimiento a la economía argentina, luego de la moderada recesión del año pasado. Analytica proyecta un aumento del PIB de 3 a 3,5%, una expansión inferior a la del promedio 2003-2008. Si bien la recesión de 2009 no provocó un profundo desorden macroeconómico, marca el fin de las “tasas chinas”.
Una característica es que estará compuesto por bajos niveles de inversión y con una inflación en aumento. El problema de la “Doble I”, que ya se percibía en 2007, ahora es muy claro.
Entre las recomendaciones usuales para inducir el aumento del producto está la de destinar crecientes recursos a la inversión de modo de acumular capital físico. Si bien la orientación es razonable, hay que decir que en el análisis empírico no hay un vínculo evidente ni directo entre acumulación de capital y crecimiento; esto dificulta así la posibilidad de determinar niveles óptimos de inversión. A nivel internacional, existen numerosos ejemplos de economías con elevadas tasas de inversión que, sin embargo, no logran consolidar procesos de crecimiento sostenido del producto bruto.
El caso argentino no es la excepción. A lo largo de la historia, hubo períodos de un gran dinamismo inversor sin que esto se tradujera finalmente en un sostenido incremento del PIB. Más aún, curiosamente la relación entre tasa de inversión y crecimiento no parece tener significatividad estadística alguna, sugiriendo que niveles más elevados de inversión no predicen, necesariamente, un mayor aumento del PIB.
Sin embargo, esta aparente ausencia de relación entre inversión y crecimiento puede asociarse a cómo está compuesta la inversión. Es decir, en términos de crecimiento de la productividad de mediano plazo no es lo mismo invertir en construcción que en la incorporación de equipo durable (ED) al proceso productivo. Distintos estudios muestran que un aumento equivalente a un punto del PIB en inversión en ED, incrementa 0,33 puntos anuales el PIB.
En 2008, la inversión en ED alcanzó un máximo histórico (algo por arriba de 10% del PIB). Sin embargo, en la crisis de 2009, la inversión en ED cayó fuertemente (-18% a/a), de modo que la relación se derrumbó a 8,5% del PIB. Aun cuando estos niveles son todavía elevados en términos históricos, la necesidad de sostener la expansión del producto sin presiones inflacionarias importantes exige profundizar la inversión en equipo durable.
En verdad, las condiciones no están dadas para proyectar una significativa recuperación de la inversión en ED. Analytica calcula un crecimiento de la inversión total (IBIF) cercana a 10% a/a, con un aumento de ED de 8,7% a/a. Esto significa que la relación ED/PIB se mantendría por debajo de 9%, sin recuperar el pico de 2008.
En paralelo, la inflación seguirá siendo uno de los problemas macroeconómicos centrales. En parte, la recesión de 2009 moderó las alzas en los precios al consumidor, pero no lo suficiente: la tasa de inflación pasó de picos cercanos al 30% a/a en el primer semestre de 2008, a variaciones del orden del 13-15% a/a a fines de 2009.
En esta dinámica fueron los bienes los que impulsaron la desaceleración de la inflación. Esto ha concluido; con una demanda en recuperación, la inercia de los aumentos colocará los índices levemente por debajo de 20% en 2010. El gobierno anticipó que habrá nuevas actualizaciones en tarifas de electricidad y gas, perdiendo el “ancla” que significaron los precios regulados en los últimos años. Aumentos similares a los de 2009 tendrían un impacto directo sobre el IPC de unos 3 puntos en 2010.
Los incipientes indicios de estabilización de la crisis internacional y el repunte de los principales precios agrícolas marcan que al menos en 2010 no hay que esperar tendencias deflacionarias importantes a nivel global. A eso, debe agregarse que la tendencia del dólar sigue siendo a la depreciación. Entonces, aún cuando el tipo de cambio nominal no se devalúe en forma significativa, puede esperarse que los precios internacionales sigan presionando al IPC.
Por último, las negociaciones salariales tendrán un rol clave en las tendencias de precios. Algunos sindicatos han anticipado demandas salariales en el rango de 20-25% nominal. La “inflación del supermercado” , no la del INDEC, es la que se utilizará, según Hugo Moyano. De no haber cambios en los niveles de empleo o de rentabilidad empresaria, la discusión salarial pone el piso para el aumento de precios en 2010.
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