Guidotti: "No hay política económica"
LA NACION
Martín Kanenguiser
El ex viceministro de Economía Pablo Guidotti advirtió que, aunque la economía se recupere en 2010, el atraso del país y la ausencia de política económica ponen en riesgo el crecimiento de mediano plazo.
Director de la Escuela de Gobierno de la Universidad Di Tella, Guidotti sostuvo en una entrevista con LA NACION que la tasa de riesgo país sólo bajará en forma sustancial cuando se acerquen las próximas elecciones presidenciales y haya certeza de que el kirchnerismo no tiene posibilidades de seguir en el poder.
-¿Cree posible una recuperación fuerte en 2010?
-Si uno observa la historia reciente, la Argentina tuvo contracciones serias con restricciones del lado del mercado de capitales. Y exhibió una gran capacidad para crecer, aun con distorsiones microeconómicas fuertes. En el caso de la crisis global, al haber estado aislada, sufrió menos. Por eso no veo complicaciones financieras en 2010 ni para que termine 2011 en forma más o menos cómoda, con la posibilidad de volver al mercado de capitales.
-¿Y qué factores le generan preocupación?
-Soy pesimista en el crecimiento de mediano plazo por el atraso del país con relación a otros de la región, con un gobierno de muy baja calidad, en términos de tecnología y productividad, que limitan la innovación. En los 90 estaba en la punta en esos campos; ahora está en la cola. Otro síntoma es el tamaño del Estado, pero no en un sentido ideológico, sino en términos de presión fiscal. Ya en los 90 la calidad del gasto era bastante baja e inflexible. Desde entonces, la capacidad de recaudar, que tenía que aumentar, subió del 18 al 34 por ciento, pero sin una mejora en la calidad de los servicios para la población. Pese a esto, la Argentina crece sorprendentemente al 4 o 5 por ciento anual, sin inversión.
-El Gobierno justifica el aumento de la presión fiscal por la "desigualdad" generada en los 90.
-Pero esos recursos que se aumentaron no vuelven a la gente, más allá de los planes clientelares. Esto se debe a la concepción del poder del justicialismo, que tiene la habilidad de generar diferentes caras. Ahora muestra una realmente retrógrada. Y la peor noticia que podría haber es que tenga alguna oportunidad en 2011.
-¿Cómo califica el uso de reservas para pagar deuda?
-En un sentido económico no era una sorpresa que el Estado usara reservas para su programa financiero, y en principio no es negativo. Lo que es malo es que no hay una política económica y, por lo tanto, la clase política lo va a interpretar como una señal para poder financiar más el gasto improductivo. Y desde el punto de vista instrumental es absurdo, porque el concepto de reservas excedentes sólo tiene sentido en un sistema de convertibilidad y con tipo de cambio fijo.
-¿Esta medida le permitirá al Gobierno volver al mercado?
-Los títulos argentinos son menos riesgosos que los de Ucrania o Venezuela, nada más; el resto de la región tiene un nivel de spread mucho menor. Y eso se debe al costo enorme que sigue pagando el país por el default y la pesificación de 2002. Pero en el corto plazo, los bonos son atractivos porque tanto el Gobierno como el BCRA están transmitiendo voluntad de pago y tienen los recursos.
-¿Pero entonces será difícil emitir a una tasa de un dígito?
-Puede emitir con una tasa cercana al 10%, que puede parecer baja, pero frente a otros países es enorme. Puede tener una reducción del riesgo mayor cuando, más cerca de las elecciones de 2011, empiecen a discutirse los planes del futuro gobierno, que va a ser mejor.
-¿Habrá más inflación con la reactivación del año próximo?
-Me preocupa, pero no es el principal problema, a diferencia de la calidad del desarrollo. Al ser un país sin política económica, el BCRA tiene un rol limitado; sin embargo, al haber mantenido un tipo de cambio semifijo, pudo mejorar la salida de capitales, pero se trata de la única política económica estable.
-¿Por qué la discusión por el Indec perdió relevancia?
-Porque el nivel de la discusión general bajó mucho y éste es un elemento más de un gobierno con el que ni vale la pena discutir; hay que tomar como un hecho que seguirán las cifras adulteradas. Con el nuevo gobierno, habrá que revisar y rehacer todas las estadísticas. De todos modos, será uno de los problemas más fáciles de resolver para el próximo presidente.
-¿Es malo en sí financiar déficit corriente con deuda?
-No tiene nada de malo; la situación fiscal de la Argentina no se deterioró tanto como en otros países de la región frente a la crisis. El problema, repito, es la calidad del gasto.
-¿Qué pasa si se mantiene la negativa a realizar la revisión del artículo IV con el FMI?
-Es patético. Lo único que logrará es que saquen el país del G-20, algo que, a esta altura, el Gobierno se merece ampliamente.