Los desafíos del gas, en el mundo y en la Argentina, según Ernesto López Anadón, el presidente de la International Gas Union.

En ocho días, un seleccionado de CEOs de las mayores empresas de petróleo y gas del mundo, además de ministros y especialistas, van a reunirse en Buenos Aires, en el mayor congreso mundial del sector gas que se realiza cada tres años y que por primera vez tiene lugar en un país del Hemisferio Sur. iEco dialogó con el presidente de la International Gas Union, Ernesto López Anadón, también presidente del Instituto Argentino del Petróleo.

–Los “desafíos del gas” son el tema del congreso ¿Cuáles son los principales desafíos de este combustible considerado más limpio que otras fuentes de energía fósil? ¿Son de orden técnico, o de orden político?
–Yo creo que son geopolíticos y regulatorios. No hablo de regulación específica para el gas, sino de cómo el país planifica la conservación del ambiente y el acceso a la energía. Si realmente se pusiera hoy un precio por el carbón que fuese adecuado, el gas competiría fácilmente con el carbón y el petróleo, tendría una mayor penetración.

–Sólo un 8% del gas que se usa en el mundo se transporta licuado; para el resto, el abastecimiento depende de gasoductos que implican relaciones políticas entre países proveedores y consumidores.
–Europa, por ejemplo, tiene una dependencia del gas ruso. No es que Rusia no haya cumplido, pero siempre hay un temor: los países no olvidan que Rusia está siempre dividida entre confiar y no confiar en Europa. Y está Estados Unidos, que tampoco quiere esa influencia rusa sobre Europa. Enormes reservas de gas, las mayores del mundo, están en Irán, Rusia y Qatar. Irán tiene un bloqueo por el desarrollo de armas nucleares. Irán no está produciendo gas, no está desarrollando sus reservas, motivado por una política internacional que no es afecta a los consumidores externos. Rusia sí está desarrollando sus reservas vertiginosamente, pero los problemas son otros: a nadie le gusta que tenga demasiado peso en Europa. De allí que Europa adopte políticas como la resolución 20-20-20 para reducir el consumo: para el 2020, un 20% más de renovables y un 20% menos de fósiles.

–EE.UU. ha descubierto enormes reservas no convencionales...
–Estados Unidos tuvo una política inteligente, se lanzó al desarrollo de reservas no convencionales, que son enormes. Arenas de baja porosidad (tight sands) y arcillas que producen gas. También están las cámaras de carbono, metano de carbono. Con una correcta legislación favorable, han incrementado la producción de gas al punto de que los pronósticos que se iba a tener que importar gas y GNL se han ido al piso. Y eso influye sobre el mercado global, porque EE.UU. tose y todo el resto se estremece.


–En la Argentina, la matriz energética no se parece a la del conjunto del mundo. Acá, el gas tiene un rol mucho mayor...
–Así es. En el mundo, un 51% de la energía primaria es petróleo y gas. Acá, el 89%. El gas es el 52%.


-¿Por qué tan alto?
– Si es alto o bajo depende del acceso que uno tenga a esas fuentes. Uno podría decir, 52% en participación del gas puede ser alto porque Argentina está consumiendo demasiado gas y se le van a caer las reservas. Pero el problema no es ése: es que Argentina con los precios que tiene no puede importar gas, pero tampoco puede importar carbón o petróleo: el mercado interno no lo paga. Entonces da lo mismo qué es lo que se ponga dentro de la matriz energética, todo es un problema y es un problema a futuro.



–Usted sugiere que el precio interno del gas es demasiado bajo.
–No tiene precio: tiene precio regulado. Cuando uno tiene precio regulado no hablamos de barato o caro. Si el precio regulado, comparativamente con otros precios del sector energético, es más bajo, la demanda se va a volcar hacia ahí (sin importar el derroche, sin buscar la eficiencia). Acá lo que se está haciendo mal es que en un mercado regulado no sólo hay que regular el precio, sino tambien la cantidad. Un mercado regulado raciona. Y entre nosotros el mercado es libre a efectos de los volúmenes pero regulado a efecto del precio. Acá lo que hay que hacer es, primero, ordenar relativamente los precios de los energéticos al nivel proporcional que tiene el resto del mundo. Hay que preparar a la Argentina para importar combustible. Porque si un país crece, el consumo va a crecer y los combustibles son bienes escasos, se van acabando.

–Solía hablarse de ampliar reservas y del autoabastecimiento como un ideal.
–Se hablaba de eso porque Argentina en aquella época consumía una determinada cantidad de energía y había reservas a desarrollar que permitirían el autoabastecimiento. Además, la Argentina tenía un problema en la balanza comercial, un saldo negativo enorme.


–¿En qué plazo piensa Ud. que la Argentina se convertiría, como efecto de su propio crecimiento, en importador de petroleo y gas?
–En algún momento dentro de los próximos diez años. Son reservas finitas y la Argentina lleva cien años explotando el petróleo y el gas. Fue creciendo y consumiendo sus propias reservas. las cuencas petroleras conocidas son las que se han explotado en los últimos cien años: la del noroeste, la mendocina, la neuquina, la del Golfo San Jorge y la del sur. No hay otra cuenca productiva. Se exploraron algunas cuencas de frontera, en la región chaqueña, ahora sin resultado.


-La Argentina tuvo uno de los primeros gasoductos largos del mundo. ¿Qué posición ocupa hoy entre los paises con gas?
–Las reservas a nivel mundial están en los 181.00 billones de metros cúbicos. Argentina tiene 400.000 millones de metros cúbicos, el 0,4%. La Argentina es un país relativamente chico en el mundo, que perdió muchas oportunidades de crecer más. Brasil era un país chico y creció, es uno de los países más industrializados. La Argentina creció como pudo, pero no gracias al petróleo y al gas, creció con lo que tenía para crecer. Es más, le voy a decir que gracias a los recursos naturales del petróleo y el gas no crece nadie. Ningún país. Los países que son ricos por el petróleo no son los más desarrollados, Y somos un país que tiene una serie de recursos pero que no los utiliza como debería. Debería ser mucho más eficiente, pero no lo es.