La UIA pide medidas concretas, no sólo señales
Clarín, Buenos Aires
Para contrarrestar los desajustes económicos que pueden afectar al modelo productivo, los empresarios le plantearon al Gobierno la necesidad de impulsar una serie e cambios. Por: Marcelo Bonelli
La reunión fue secreta. Involucró sólo a la "mesa chica" de la conducción de la Unión Industrial Argentina.
Primero hubo una ponderación del apoyo que Cristina Kirchner le dio al sector industrial en la negociación de Doha por el comercio mundial. Pero después se alcanzó una conclusión unánime: para la industria, la Presidenta debe introducir correcciones al programa económico ahora para evitar que la Argentina tenga que enfrentar turbulencias.
Ocurrió en el despacho de Juan Lascurain. Estaban Ignacio De Mendiguren, Federico Nicholson, Cristiano Ratazzi, Héctor Massuh, Adrián Kaufmann, Miguel Acevedo y Luis Betnaza.
Los hombres de negocios decidieron exponer esta posición al Gobierno. Así lo dijo Lascurain: "Nadie duda de que apoyamos el modelo. Por eso queremos ayudar marcando sus deficiencias".
Ayer esa conclusión fue trasladada al máximo nivel del Gabinete. Un grupo de la mesa chica fabril tuvo un discreto y privado encuentro con Julio De Vido. Lo eligieron porque en la UIA consideran que el ministro de Planificación es el interlocutor más confiable de todo el Gabinete.
Allí manifestaron sus temores y expresaron que los "capitanes de industria" están decididos a trabajar juntos para facilitar una suerte de "service" del modelo.
Pero fueron claros al exponer la conclusión que sacaron el martes en la central fabril. Esa tarde en el despacho de Lascuraín hubo una suerte de catarsis.
Los hombres de negocios ponderaron los gestos de cambios que realizó en las ultimas semanas la Presidenta. Pero sostuvieron que los desajustes económicos requieren medidas concretas y no sólo "señales" mediáticas.
En otras palabras: en la intimidad de la UIA sostienen que se debe aplicar un paquete de iniciativas conjuntas, para evitar que naufrague el modelo productivo.
Entre esas iniciativas, los hombres de negocios proponen :
Revertir el proceso de caída del dólar y hacer más competitivo el tipo de cambio aumentando la cotización del billete.
Bajar las tasas de interés que están enfriando la economía. De Mendiguren afirmó en el encuentro: "Dólar bajo y tasas altas reestablecen la bicicleta financiera".
Para bajar el costo del dinero hay que generar confiabilidad y para eso hay que hacer cambios políticos.
Otra vez le apuntaron a la necesidad de reformular el INDEC y darle credibilidad a los datos de inflación.
Piden medidas antiinflacionarias.
Cuestionaron la ratificación de Guillermo Moreno y criticaron la pasividad de Carlos Fernández.
La cúpula de la central la fabril coincidió en su intimidad, que para la UIA era aconsejable un cambio de ministro y la designación de un equipo económico nuevo y completo para regenerar expectativas.
Todos estaban influidos por las insistentes versiones de las últimas horas. El lunes, en el multitudinario almuerzo entre Lula y la Presidenta, corrió la versión de un eventual alejamiento del ministro de Economía, que Sergio Massa -- en la misma reunión-- tuvo que desmentir frente a los numerosos industriales.
Según fuentes empresariales, el jefe de Gabinete dijo: " Carlos se queda. Esta más fuerte que nunca".
Esa reunión binacional fue un importante respaldo de Lula hacia la Presidenta, en el actual y difícil momento político argentino. Pero estuvo a punto de generar un serio conflicto diplomático.
Ocurrió por lo siguiente: Hugo Chávez intentó en medio de la comida irrumpir en el agasajo y participar del encuentro binacional. Itamaraty puso el grito en el cielo y la Cancillería argentina frenó el desatino diplomático de Chávez. El malestar de Lula sólo se reflejó en los medios de Brasil.
Los poderosos industriales de Brasil fueron testigos del episodio, así como los de la Argentina. Igual, no fue el único cortocircuito que tuvieron los argentinos.
Lascurain estuvo a punto de no concurrir a la inauguración de la Exposición Rural. Hasta el jueves la cúpula fabril no había recibido la invitación y tuvo que interceder el propio Luciano Miguens para salvar el desatino.
La resistencia inicial obedeció a que un sector ruralista, no le perdona a la UIA que haya tenido una posición equidistante durante la protesta del campo.
Carlos Cheppi hablo claro con la Mesa de Enlace y pidió algo valioso en un conflicto. Así lo dijo: "Señores, yo necesito tiempo."
El flamante secretario de Agricultura elaboró -- después-- un informe para la quinta de Olivos. En ese trabajo puntualizó que la Mesa de Enlace tuvo una posición exigente, propia de sentirse triunfadores en el conflicto.
Pero evaluó que sus dirigentes tienen en ciernes un problema: cómo seguir y cómo mantener su liderazgo. También puntualizó contradicciones internas, que van a profundizarse con el tiempo.
Carlos Garetto, el flamante titular de Coninagro, fue quien le respondió a Cheppi: "Vos sabés que hay cuestiones que hay que resolver ya". Eduardo Buzzi agregó: "Podemos esperar, pero el conflicto no terminó con la eliminación de la 125." Los duros de la Mesa --Hubo Biolcatti y Mario Llambías-- suponen que el Gobierno pretende alargar los plazos, para diluir y desgastar el fuerte poder de la Mesa de Enlace.
El problema para los dirigentes es que la agitación sigue en el interior. Hay encuentros regionales como el que Alfredo de Angeli lideró en Córdoba, pero Carbap prepara una masiva reunión para el 23 de agosto en la Sociedad Rural de Olavarría.
Ahí estará presente la cúpula de esa Mesa. Un agrupamiento en puja con la Casa Rosada que en su último encuentro reservado llegó a una conclusión inquietante: si no hay señales concretas del Gobierno, la situación económica se puede complicar.
