El Estado se haría cargo de la deuda de Aerolíneas
Clarín, Buenos Aires
Novecientos millones de dólares conforman el monto del pasivo generado por la conducción española, la cual moderará su protesta si se le exime de responsabilidad. Por: Marcelo Bonelli
Gonzalo Pascual, el titular del grupo español Marsans, fue directo en el diálogo telefónico que mantuvo con Buenos Aires: "Nosotros llegamos a esto por las trabas que nos impuso Ricardo Jaime y el continuo complot de los gremios aeronáuticos."
El ministro Julio De Vido escuchó pacientemente y respondió: Ustedes no cumplieron con ninguno de sus compromisos. Y agregó: No hicieron las inversiones, aumentaron en forma monumental la deuda pos-concursal y ni siquiera pagan los salarios. El tema de Aerolíneas Argentinas ya había explotado y el empresario tuvo que suspender temporariamente sus vacaciones --al borde de un yate en las costas francesas-- para dialogar con Buenos Aires. Fue en la tarde del 9 de julio. Pascual finalizó: Quiero que le comunique a la Presidenta que nosotros no vamos a hacer un escándalo diplomático por el tema, ni vamos a presionar al gobierno de España por la cuestión . La afirmación generó tranquilidad parcial en la Quinta de Olivos. Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferrán tienen trato diario con el rey Juan Carlos y son amigos personales del monarca. Ferrán es titular de la poderosa CEOE. En Madrid existe un ala dura, que ambos pretenden neutralizar. Los mandatarios son conscientes de una cuestión: la solución al conflicto terminará con la estatización de Aerolíneas Argentinas. Madrid no pondría objeciones reales (más allá de protestas formales), con una condición: que los empresarios de Marsans no asuman el monumental pasivo que concibieron de 900 millones de dólares y que sea el Estado argentino quien se haga cargo de esa pesada deuda. Una parte son obligaciones con el propio Estado. Hace una semana --el jueves 3 de julio-- comenzó este proceso de reestatización de la empresa, el cual terminará en forma definitiva con la actual privatización de la compañía aérea, un régimen polémico que empezó con la gestión presidencial de Carlos Menem. Ese jueves 3 hubo una durísima reunión de directorio donde los funcionarios españoles blanquearon las serias dificultades de la compañía frente a los nuevos directores estatales. Vilma Castilla --de estrecha relación con la Presidenta-- y Julio Alak reclamaban desde hace semanas un informe preciso después de la salida del controvertido ejecutivo español Enrique Melia. Ambos elaboraron un informe lapidario para conocimiento del ministro de Planificación, Julio De Vido. Según ese documento, Aerolíneas generó una deuda post-concursal no legal de 700 millones y en lo que va del año acumuló otros 200 millones de pasivo financiero. Perdió 10 millones en enero, 20 en febrero y 30 en marzo y también tuvo que pedir un auxilio adicional al Banco de la Nación por 100 millones de dólares para abonar los salarios en el semestre.
El fin de semana hubo una reunión secreta en la Quinta de Olivos. La Presidenta recibió el informe de manos de Julio De Vido y pidió el asesoramiento de Néstor Kirchner y Carlos Zannini.
Primero se evaluó una solución aún más drástica: pedir a la Justicia la quiebra con continuidad de Aerolíneas Argentinas. Semejante decisión, permite al país deslindar responsabilidad y obligaría al Grupo Marsans a hacerse cargo de la fabulosa deuda acumulada. Pero hubo consultas en Madrid y para evitar un conflicto político mayor la Presidenta optó por otro camino: pedir la intervención judicial, que conduce a la estatización.
La conclusión es obvia: ayer el Gobierno exigió ante la Justicia que el Grupo Marsans cancele sus compromisos financieros y los titulares del holding español ya adelantaron que no lo abonarán porque se sienten perjudicados por el Gobierno.
En otras palabras: frente a este conflicto y para garantizar el servicio, el Estado argentino se haría totalmente cargo de la compañía aerocomercial. Previamente la Presidenta pedirá una ratificación del Congreso.
En Madrid la cuestión tuvo muchísima repercusión. Las voces negociadoras fueron minoritarias en relación a las belicosas. A eso responden las reiteradas y duras críticas del embajador español Rafael Estrella. Esa corriente de opinión sostiene lo siguiente: que lo ocurrido en Aerolíneas forma parte de un plan del Gobierno argentino para estatizar en una primera etapa la compañía y después traspasarla a un grupo económico argentino. Ayer, Julio De Vido tuvo que atender a un llamado desde Madrid de una ministra del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Se trataría de la influyente vicepresidenta María Teresa de la Vega.
Para muchos funcionarios españoles la presentación judicial contra la actual dirección de Aerolíneas Argentinas los deja en una difícil situación frente a los tradicionales reclamos contra la Argentina del empresariado de ese país europeo. En esa posición se encuentran el ministro de Industria y Turismo, Miguel de Sebastián, y el de Hacienda, Pedro Solbes. Hace un par de años, Miguel de Sebastián fue el impulsor del relevo del anterior embajador español en nuestro país Carmelo Angulo, acusándolo de exagerar la defensa y los reclamos de las firmas españolas. Ahora le pasan factura las compañías ibéricas.
La problemática se volverá a tratar el martes, cuando el juez Jorge Scioli haga una audiencia de conciliación. Ayer, el magistrado rechazó el pedido de nombrar un interventor y envió a los síndicos del concurso para evaluar la situación.
El encuentro en sede judicial se hará una jornada previa al día del debate clave en el Senado de la Nación por la cuestión de las retenciones.
Existe una disputa voto a voto y el final parece abierto. Pero el senador Carlos Reuteman tuvo anoche una sinceridad brutal en una reunión que mantuvo con el líder de la protesta. Reuteman estuvo con Alfredo De Angeli y le hizo esta confesión: Tal como están las cosas, es casi imposible que pierda el oficialismo.