El invierno complicado en términos energéticos que se vivió el año pasado por falta de lluvias para alimentar las represas del sur, es muy probable que se vuelva a repetir.

Las previsiones meteorológicas que se manejan en Gobierno reflejan que las precipitaciones serán un 10% menos que en 2007, que ya fue muy seco.

Un reflejo del mal momento hidrológico viene del otro lado de la frontera. El gobierno chileno amplió a vastas zonas de su territorio el estado de emergencia agrícola, en medio de la peor sequía que azota al país en cien años.

Esto impacta de lleno en la tranquilidad energética porque las principales centrales hidroeléctricas de la Patagonia (El Chocón, Piedra del Águila y Alicurá) depende del clima del océano Pacífico y no del Atlántico.

“Hace ocho meses que no llueve en serio en el sur y nos preocupa”, dijo una fuente de la Secretaría de Energía. Una precipitación considerable para recargar los embalses debería ser superior a los 50 milímetros caídos. “Llueve en el norte y centro del país, donde no tiene que llover”, se quejó la misma fuente.

La generación eléctrica con agua es la base del sistema energético del país. El año pasado, gran parte de la crisis vivida, tuvo que ver con que ya a fin de mayo, los embalses habían bajado a sus niveles mínimos por la fuerte demanda hogareña y las escasas lluvias.

Hoy, Piedra del Águila y Alicurá están en sus niveles normales luego del deshielo. El Chocón, que provee al sistema de 2.500 megavatios está en su nivel mínimo.

Sin embargo, la represa de Arroyito ya está recibiendo menos agua de la que está erogando para generar electricidad y cumplir con sus fines de riego en la zona.

La estrategia de Energía, al igual que el año pasado, es guardar el agua para cuando empiece a bajar la temperatura.

El año pasado, el frío tempranero de mayo complicó los planes del Gobierno que vació la reserva estratégica. Este año, con el pronóstico confirmado de un invierno aún un 10% más seco que el anterior, tiene a más de un funcionario mirando al cielo a la espera de lluvias.

Marzo y abril son los dos meses en los que la naturaleza debería dar una mano. En la Patagonia, esperan lluvias para estos días y rezan para que la primera quincena de abril sea lo suficientemente húmeda para que las represas se terminen de llenar. El clima del resto invierno, será la clave.