MARCELO BONELLI (CLARÍN): "GUIÑO DE EE.UU. PARA NEGOCIAR CON EL CLUB DE PARÍS"
Guiño de EE.UU. para negociar con el Club de París
Clarín, Buenos Aires
Por: Marcelo Bonelli
Earl Wayne eludió el exceso de diplomacia y directamente interrogó al ministro : "Washington quiere saber qué hará Argentina con la deuda impaga con el Club de París".
Hacía poco que había comenzado el encuentro y Martín Lousteau se esforzaba por entender el dificultoso español que el embajador se empeñaba en utilizar por cuestiones protocolares. El ministro respondió rápido y categórico: "Argentina quiere solucionar ese problema. Pero no a cualquier costo político". Fue ahí cuando Lousteau utilizó algunos términos en inglés para ser preciso en la reunión que ambos tuvieron el miércoles. Así lo dijo: "La decisión política es no utilizar reservas para cancelar al contado la deuda". Aclaró que ni un solo dólar se va a utilizar, cuando las reservas son un dique de contención frente a la crisis internacional. Y agregó: "Sólo vamos a negociar si se excluye como auditor del acuerdo al FMI".
Wayne —como se difundió intencionalmente— propuso una eventual colaboración de Estados Unidos para avanzar en la elaboración de una propuesta. Lousteau aceptó la salida por una clara conveniencia política. El titular del Palacio de Hacienda intenta revertir así el traspié que tuvo la misión financiera de la semana pasada al Club de París.
Como anticipó Clarín, el secretario de Finanzas, Hugo Secondini, tuvo una mala reunión con el titular del organismo. Xavier Musca, el jefe del Tesoro de Francia, le comunicó su malestar porque los funcionarios argentinos no llevaron una propuesta de pago y tampoco explicaron la estrategia que tendrá la Argentina.
Secondini también enfrentó momentos de tensión en Alemania. Ahí fue testigo de un endurecimiento del gobierno de Angela Merkel: Alemania comunicó que no habrá excepciones para la Argentina y volvió a hablar de la necesidad de una solución especial para los bonistas europeos que quedaron fuera del canje de la deuda. En otras palabras: se pidió la reapertura del canje de la deuda, una medida de alto costo para la Casa Rosada.
Lousteau —en este contexto— aceptó y agradeció el gesto político del embajador Wayne. Esto no fue casual, en medio de las críticas recibidas en Europa.
El ministro —en privado— reconoce las limitaciones del diplomático. Primero porque el Departamento de Estado influye poco sobre el Departamento del Tesoro. Pero también porque ahora Wayne representa a un gobierno de Bush que está dejando el poder en algunos meses y a una nación poderosa cuya campaña electoral congela muchas decisiones.
El Palacio de Hacienda también conoce la posición del Tesoro de los Estados Unidos. Henry Paulson tiene esta visión: está dispuesto a no entorpecer una negociación, en la medida que la propuesta sea viable mínimamente para el conjunto del Grupo de los 7. En otras palabras: Estados Unidos no entorpecería las negociaciones y acompañaría un programa holgado. Pero difícilmente sea el abanderado de la propuesta argentina, si ese plan no tiene consenso de las naciones industrializadas. El tema lo sigue de cerca Alberto Fernández, porque sería un gesto político a las naciones industrializadas.
El Ministerio de Planificación, por su lado, pidió varias veces solucionar la deuda con el Club de París, porque ese default traba la financiación de inversiones extranjeras hacia la Argentina. Cristina Kirchner no quiere repetir viejos errores y consultó en diversas oportunidades la cuestión con un economista de su confianza como Eric Calcagno.
Julio De Vido mantuvo discretas reuniones con los "popes" de las principales entidades empresarias. Fue el ministro quien ilusionó a la Unión Industrial y a la Cámara de la Comercio con una propuesta salarial. De Vido confesó que Hugo Moyano estaba dispuesto a pactar aumentos bianuales. El líder de la CGT lo confirmó en encuentros privados. Así lo dijo: "Ya hay varios gremios, entre ellos el de camioneros, que están negociado aumentos bianuales". La infidencia entusiasma a los hombres de negocios, pero en el movimiento empresario siguen aún descreídos: no confían y temen que alzas salariales considerables fortalezcan la inflación.
Juan Lascurain manifestó que para la Unión Industrial el problema de precios aún es manejable. Fue en reuniones que mantuvieron varios caciques fabriles, en las cuales se trabaja el armado del Frente Productivo.
El ex presidente Néstor Kirchner alienta la propuesta de integrar a los hombres de negocios al "movimiento nacional" que pretende liderar.
En esos herméticos encuentros se comentan con asombro las críticas del secretario de Comercio, Guillermo Moreno, ante empresarios de supermercados y energéticos. El secretario se vanagloria de haber contenido la inflación y cuestiona a Martín Lousteau y a Martín Redrado. Pero los hombres de negocios interpretan que Moreno utiliza esa estrategia para defenderse de los fuertes cuestionamientos por el INDEC.
La lectura entre líneas del informe del FMI que anticipó Clarín es precisa: en Washington consideran que Argentina manipula el índice del costo de vida. Dominique Strauss-Kahn, cada día que pasa, troca su actitud inicial y se parece más a sus ortodoxos antecesores. Ahora el jefe del FMI se empeña en una tarea increíble: pronosticar —y promover— que la crisis internacional se extenderá a naciones como la nuestra. Una prédica que no es inocente: hace un increíble llamado a extender los problemas, cuando un informe del Banco Mundial dice sobre nuestro país exactamente lo contrario .