El horario y la vida de la gente

Tras cumplirse el primer mes con el nuevo horario, los catamarqueños están en condiciones de afirmar que la medida dispuesta -entre otras varias- por el Gobierno nacional para paliar la crisis energética no ha reportado ningún beneficio y, por el contrario, ha generado más de un dolor de cabeza adicional en este verano lluvioso y destemplado. El pretendido ahorro que se pretendía obtener con adelantar en una hora los relojes, por lo menos en esta provincia y seguramente en la gran mayoría de las que se recuestan sobre la cordillera de Los Andes no ha sido tal. Desde los organismos oficiales que controlan el consumo ya se ha comprobado tal situación y pocos se explican que la situación se mantenga hasta el 16 de marzo, cuando nuevamente habrá que mover las agujas del reloj, esta vez retrasándolas 60 minutos. Pese al fracaso evidente, el Gobernador seguramente mantendrá el alineamiento horario con la Nación conforme lo da a conocer en un reportaje otorgado ayer al diario Ámbito Financiero. Palabras menos, palabras más, relativizó el conflicto por el cambio de horario y dijo que esperará a tener resultados fehacientes para determinar si la medida fue eficiente o no.

A los reclamos de algunos legisladores -oficialistas u opositores- pidiendo el regreso al horario viejo, se sumaron esta semana los comerciantes que exteriorizaron su malestar por la baja de sus ventas y por el inconveniente casi insalvable de no poder modificar las costumbres de la gente, lo que en la mayoría de los casos lleva a desperdiciar espacios de tiempo sin cliente alguno o a prolongar la atención al público con gastos de personal no contemplados presupuestariamente. Esto último ha originado el airado reclamo gremial, que exige la adecuación de la prestación en términos de "tiempo trabajado, tiempo pagado". Pero por encima de situaciones coyunturales, está claro que la gente no logra acomodarse a la nueva vida que provocó la modificación horaria, con lo cual se confirman los temores que expresara este diario cuando se produjo el cambio, esto es, el pasado 30 de diciembre. Por todo ello nos parece que por una decisión política un tanto ilógica se mantendrá la medida, pero es muy difícil que se repita el año venidero.

Días pasados se concretó una reunión destinada a analizar aspectos generales de la próxima cosecha olivícola de la que participaron representantes de una llamada Mesa Multisectorial, de la que supuestamente participan sectores públicos y privados. Más allá de las cuestiones puntuales que se abordaron en la oportunidad, quedó claro que el movilizador del encuentro fue el Registro Nacional de Trabajadores Rurales, que se conoce en Catamarca bajo la sigla de RENATRE. Una vez más y, como no podía ser de otra manera, la supuesta preocupación gremial por la cosecha de un sector que en forma sostenida crece año a año se redujo claramente a su interés inocultable de recaudar dinero que sale del bolsillo de humildes trabajadores a cambio de una contraprestación que en términos reales es nula y que ya supimos explicar con claros fundamentos. Por ello llama poderosamente la atención que algunas entidades, como la que integran los productores olivícolas, se hayan prestado a maniobras que tienen objetivos subalternos y unívocos. Y nadie puede discutir que las cosas son así, porque todos y cada uno fueron mansamente a expresar sus puntos de vista e iniciativas en la sede de la institución gremial cuando lo normal sería que este tipo de emprendimientos los comande el ministerio de Gobierno en sus propias dependencias con políticas donde todos contribuyan y no traten de hacer sus propios negocios sin aportes de ninguna naturaleza.

Los comerciantes analizan modificar el horario vespertino
El Ancasti, Catamarca (www.elancasti.com.ar)
El cambio de horario alteró no sólo los relojes biológicos de las personas, sino también los hábitos y costumbres como comer, dormir y hacer las compras. A raíz de ello, los empleados de comercio y los empresarios estudian la posibilidad de cambiar el horario comercial vespertino, puesto que al haber luz natural, algunos locales bajan las persianas después de las 22, lo cual genera que se trabaje una hora de más, que no sería remunerada.

Roberto González, secretario del gremio del Centro de Empleados de Comercio, comentó a Radio Ancasti, que es bastante complicado por los convenios, puesto que muchas veces, por cumplir las 8 horas laborales, se trabaja más de lo previsto.

“Si se ingresa a las 17 se tiene que salir a las 21, pero por la necesidad se trabaja hasta una hora y media de más. Los mismos clientes están saliendo después de las 19. Se trata de trastornos que pueden llevar a no tener en cuenta las horas extra”, señaló.

En este sentido, explicó que los empleados de comercio están trabajando más horas; entran a las 17 y salen más de las 22, cuando en realidad tendrían que salir a las 9 de la noche, indicó. Según el gremialista, la gente es quien hace funcionar los negocios “pero también algunos no tienen la conducta para respetar los horarios. Esto nos lleva a tener conflictos no deseados con el Gobierno nacional y entre la patronal y los empleados de comercio”, sostuvo.

Por su parte, Carlos Nazareno, presidente de la Federación Económica de Catamarca, comentó que la mayoría de los comercios han cambiado sus horarios, comenzando a las 18 y concluyendo a las 22.

“Los propietarios de los comercios, en su mayoría, sostienen correr el horario. Se planteó en forma conjunta con la Federación Económica y la Unión Comercial atrasar una hora pero no hemos tenido respuesta. Adelantar el horario vespertino es una alternativa. De esta manera se estaría cumpliendo la jornada laboral; a la mañana la actividad comercial está comenzando a las 9. La situación es traumática”, consideró.