DANIEL FERNÁNDEZ CANEDO (CLARÍN): "EL MAQUILLAJE DE LOS PRECIOS, UNA ESTRATEGIA QUE YA SE ESTÁ AGOTANDO"
EL MAQUILLAJE DE LOS PRECIOS, UNA ESTRATEGIA QUE YA SE ESTÁ AGOTANDO
Clarín, Buenos Aires
La economía argentina se parece a un colectivo lanzado en bajada con gran viento a favor y pisando el acelerador a fondo. Va muy rápido y se las ingenia para ir cargando cada vez más pasajeros, reduciendo el desempleo".
Así caracteriza el momento económico la
Fundación Mediterránea, en lo que se considera un diagnóstico bastante generalizado entre los expertos.
Ese escenario tiene tres elementos comunes: las cuentas públicas son sólidas, la demanda de productos crece más rápido que la oferta y la inflación sigue siendo un problema central.
De alguna forma los tres temas se entrelazan y a diario surgen evidencias de que la oferta de bienes y servicios se quedó, en varios sectores, por debajo de lo que piden los compradores.
Si se habla de energía, unos pocos días de frío otoñal bastaron para que el Gobierno saliese a restringir el consumo de gas y electricidad de las empresas.
El campo denuncia faltantes de gasoil y las autoridades reconocen que el problema puede subsistir hasta fin de mes.
En otro sector, la principal empresa láctea del país dice que por el repunte de la demanda no puede cumplir con todos los pedidos.
La
Argentina vive una situación excepcional en materia de nivel de precios internacional de los productos que exporta, pero eso le genera presiones.
Hoy el mercado mundial está dispuesto a pagar el triple por la carne, el doble por la leche o por la nafta argentina.
Pero el Gobierno, vía retenciones a las exportaciones, le pone un techo a los precios de esos productos para el mercado interno.
Blanquear esos precios, y más aún con un dólar alto de 3,10 pesos, implicaría un golpe durísimo para el bolsillo de los consumidores.
Pero si bien hay diques se contención que intentan frenar el traslado de los precios internacionales a los domésticos, la tensión sobre los precios siempre está.
Cuando la demanda supera a la oferta, hay dos salidas posibles. Que aumente la inversión para hacer crece la producción. O, la peor: la inflación se hace sentir con más intensidad.
Frente a ese escenario, una de las respuesta del Gobierno fue enturbiar la confección del índice del costo de vida, pero eso dura poco.
Según los últimos datos, la inversión crece al 14% anual cuando un año antes lo hacía al 26%.
Por el lado de los precios, las mediciones privadas que hasta el 2006 igualaban a las del
INDEC, ahora muestran una brecha de 5 puntos en un año con valores de 9% y 14%.
La economía navega hoy sin tener un indicador de precios aceptado como valor único y confiable.
¿Y cual es el escenario más temido? En el corto plazo la escasez de energía para que la economía siga creciendo como lo hizo en los últimos años. En el mediano, la presión inflacionaria.
Y muchos analistas no descartan la combinación de una economía creciendo menos con una inflación que no ceda.
A diferencias de otros momentos, a pesar de haber crecido fuerte en los últimos años, la Argentina no enfrenta un escenario de crisis de su sector externo.
Hay reservas, se exporta más de lo que se importa y el mundo vive una situación de exceso de liquidez que borró del panorama regional las crisis externas.
Ese mundo está interesado en comprar y pagar más caro los alimentos, muchos de los cuales la Argentina exporta. Eso asegura por un tiempo buenos precios para exportar y, simultáneamente, presiones alcistas sobre la canasta familiar.
El Gobierno está decidido a seguir incentivando el consumo en el mercado interno y su fórmula para evitar una mayor inflación es pedir más inversión.
Pero en algunos sectores el desfasaje es evidente y algunas medidas del gobierno se muestran ineficaces.
El mes pasado, según los cálculos del
INDEC, cayeron los precios de la comidas para llevar y la que se hacen fuera del hogar, un resultado que no se registraba desde hace meses y que resulta poco creíble en un contexto de expansión de la demanda interna.
Las medidas cosméticas para controlar los índices ya parecen haber dado todo lo que podían.