UN VIAJE QUE ESBOZA EL FUTURO ACUERDO SOCIAL
Clarín
Cristina Fernández de
Kirchner irá al encuentro de la
OIT mostrando el perfil de su eventual gestión presidencial.
Cristina Fernández de Kirchner aceptó en las últimas horas la invitación y decidió protagonizar un hecho político inédito: por primera vez, en esta gestión presidencial, una primera figura del Gobierno va a presidir la inminente delegación conjunta de sindicalistas y líderes empresarios a la OIT. Así, la senadora dará una señal concreta para su eventual mandato presidencial: el kirchnerismo buscará un acuerdo social para enfrentar una nueva etapa económica.
Recién el martes se tomó la decisión en el círculo cercano del Presidente. Fue después de que tanto Kirchner como la primera dama hablaran de concertación para enfrentar los nuevos y complicados desafíos que tiene la actual economía en crecimiento: controles distorsivos y carencia de incentivos para invertir. La resolución encaja en el anticipo confidente que Kirchner le dio a la
Unión Industrial, cuando el Presidente dijo, hace una semana, que "ahora comienza otra etapa en la economía". La definición íntima de Kirchner —que publicó Clarín— generó muchas expectativas internas, y tuvo una gran repercusión internacional. Hubo consultas sobre el contenido de sus dichos desde el
G7 y el
Club de París. En el movimiento empresario y en representantes de los países desarrollados cayó bien que Kirchner hablara de que se viene "el momento de las inversiones", una decisión que implica retoques al esquema económico.
Juan Carlos Lascurain, titular de la UIA , acompañará a la primera dama. Ayer se debatía en la central fabril la integración de una delegación empresaria fuerte. Ya está anotado Daniel Funes del Rioja, titular de la
Organización Internacional Empresaria. También el banquero
Carlos Melián y el exportador
Enrique Mantilla, mientras que la delegación sindical la liderará
Gerardo Martínez.
La Casa Rosada confirmó el viaje a Ginebra a través de varios ministros.
Alberto Fernández, Carlos Tomada y Julio De Vido comunicaron la decisión a los hombres de negocios. En esos diálogos reservados, los emisarios oficiales trasmitieron un dato clave: anticiparon y dieron la certeza de que ya está decidido en la Casa Rosada que la candidata presidencial será Cristina Kirchner.
También el jefe de Gabinete comunicó otro dato a la comunidad de negocios: que en un eventual mandato presidencial de la senadora Kirchner habría una renovación total del actual gabinete. En otras palabras: que no continuarían ninguno de los actuales ministros que acompañan a Kirchner. La información reabrió en el movimiento empresario el debate sobre un puesto clave: quién ocuparía el estratégico cargo de ministro de Economía, en reemplazo de
Felisa Miceli. Y esto ocurre porque entre los "popes" industriales existe un convencimiento: será muy difícil que la oposición le arrebate la elección presidencial al kirchnerismo.
Es obvio que existen expectativas aún abiertas y que están vinculadas a las elección del domingo. Pero entre las multis, los bancos y, por ejemplo, las empresas privatizadas, después de jugar fuerte en favor de su candidatura, genera escepticismo el manejo político de
Roberto Lavagna.
Ahora muchos visualizan que
Mario Blejer sería un candidato a ocupar el Ministerio de Economía. Su nominación es impulsada por el influyente
Héctor Timermann y el empresario
Eduardo Elsztain. Blejer habla seguido con Alberto Fernández. Es un reconocido economista, que piloteó el Banco Central en la época brava de la crisis. Pero su perfil tendría que pulirse para encajar en una etapa de concertación como se abriría a partir de diciembre. Blejer ayer fue escuchado por la comunidad de negocios. La Asociación Empresaria Argentina convocó a todo el establishment local, como hacía tiempo que no se mostraba en publico.
Luis Pagani, su titular, después presidió un almuerzo reservado con la ministra Felisa Miceli. Ahí, los 30 principales hombres de negocios plantearon sus dudas sobre el problema energético y el control de precios .
El Premio Nobel de Economía
Joseph Stiglitz, frente a esa comunidad local de negocios, ayer sostuvo que, para que Argentina siga creciendo, hay que garantizar una cuestión: crédito fluido y barato, para invertir.
Edmundo Phelps —otro Premio Nobel, pero en otro arco ideológico— coincidió cuando habló en la Facultad de Ciencias Económicas: "Ahora tiene que haber financiación", dijo. Stiglitz conversará del tema el lunes con Kirchner. El Presidente lo espera con una sorpresa: el Gobierno estudia un paquete financiero que elaboró
Martín Redrado y que apunta a dar una fuerte y amplia financiación a la producción.
El programa se mantiene en absoluta reserva. Pero Clarín confirmó que persigue movilizar parte de los fondos excedentes que tiene el Estado argentino depositados en el Banco de la Nación. El "memo" que elaboró el Banco Central propone lo siguiente: dar en préstamo parte de los 26.000 millones de pesos que —en diferentes cuentas— están inmovilizados en el BNA. La propuesta sería amplia: otorgar créditos a una década de plazo y al 8% anual para inversión. Redrado consultó el tema con Stiglitz y acordaron un cambio: que el dinero se canalice a través de la banca oficial, pero también vía los bancos privados.
El Banco Central recibe la semana próxima a las máximas figuras de las finanzas internacionales para participar en las "Jornadas Monetarias". Entre ellas, estarán Andrew Crocket, titular del JP Morgan;
Mario Draghi, del Banco Central de Italia y
Joseps Trady, economista jefe de la Reserva Federal. La fuerte presencia —que es un aval indirecto a la gestión del BCRA— será también utilizada por Redrado para sondear el proyecto financiero. Kirchner quiere lanzarlo después del ballottage en Capital Federal.
Antes habrá novedades en YPF, donde ayer en forma inesperada hubo cambios en su conducción. Se eliminó la unidad de negocios que unificaba la gestión latinoamericana. Ahora el director-presidente será
Antonio Gomiz, un economista vinculado a la gestión anterior de Alfonso Cortina. En Madrid admiten una cuestión: que la tarea central de Gomiz es preparar la compañía para facilitar el plan de "argentinización" de YPF.