¿Y AHORA HAY QUE SUBSIDIAR A LAS PETROLERAS?

Esa noche -como reviviendo viejas y negras historias- volvieron a danzar en torno al caldero, el petróleo, la crisis de energía, la caída de las reservas en los yacimientos, la privatización de YPF en los tiempos de Menem, la conducta de los gobernadores del PJ que lo secundaron (caso Kirchner), la concentración de poder y rentabilidad en los españoles de Repsol y la histórica fragilidad política para ponerle equilibrio a la explotación petrolera.

Fue la noche en que la Cámara de Diputados de la Nación, discutió el proyecto de ley para otorgarles a las petroleras un régimen de promoción -vía exención impositiva- para "ayudarlas" a hacer lo que -pese a la impresionante rentabilidad obtenida- han hecho poco desde 1997 a la fecha: invertir dólares en explorar, para ampliar al panorama de reservas de gas y petróleo. Porque en eso, el horizonte se achata.

Esa noche, se mostraron evidencias: aumentó la producción y las exportaciones de las petroleras comandadas por Repsol (obvio, el barril orilló los 70 dólares). Pero cayeron raudamente la exploración y por ende las reservas: sólo queda petróleo comprobado para 9 años y gas para 12.

"Se limitaron a extraer lo que había cuando les entregaron YPF", extremó uno de los diputados críticos. "Después de la privatización de los ’90 -defendió Agustín Rossi, del Frente-PJ- es la primera vez que el Estado vuelve a participar en la explotación de los hidrocarburos, porque esta promoción y todo el desarrollo de futuras áreas, sólo se otorgará si los nuevos emprendimientos se asocian a Enarsa, la empresa nacional".

Así, con el petróleo revolviendo la historia política, a la medianoche, el oficialismo y sus aliados aprobaron el proyecto de "ayuda" a las petroleras (que en realidad viene de los tiempos en que Roberto Lavagna mandaba en Economía).

Hubo 121 luces por la afirmativa en el tablero -entre ellos las de Alfredo Cornejo, Patricia Fadel, Fredy Fernández y Enrique Thomas- después de algunas correcciones propuestas por Cornejo para resguardar el derecho de las provincias sobre la propiedad de los yacimientos. ("No es lo mejor que yo querría, pero ayuda").

Votaron en contra 74 diputados del arco opositor, entre ellos Omar de Marchi del PD, Silvia Lemos y Luis Borsani, de la UCR.

Como otras veces, no estuvieron para dar la discusión Roberto Iglesias y Josefina Abdala, de la UCR, Mauricio Macri -del PRO- y Eduardo Menem, de la familia de Anillaco.

Enarsa, la condición

Roxana Bertone, del Frente-PJ, presidenta de la Comisión de Energía, fue la vocera del Frente K. Enmarcó una "visión integral" sobre la crisis de energía y las urgencias: habló de los nuevos ciclos combinados de generación a gas; de la cota de Yacyretá; de Atucha II; de los proyectos de biocombustibles, del hidrógeno, el de energías renovables y de energía nuclear. Explicó que para fomentar la exploración y explotación de nuevas áreas, se propone exceptuar a las petroleras de IVA, Ganancia, Ganancia Presunta (todos son impuestos coparticipables con las provincias) y se les reducen los gravámenes para la importación de equipos.

Hay una condición que el oficialismo esgrimió como la gran estrategia K: los nuevos emprendimientos petroleros interesados tienen que asociarse a Enarsa (la nueva Empresa Nacional de Energía, que creó K y que por ahora tiene en su capital explorable exclusivamente la plataforma submarina).

El mendocino Fredy Fernández rescató ese detalle y les enrostró a los radicales opositores que "dicen que no tenemos plan de energía, pero ellos sí tenían uno y se les quedó en una biblioteca. ¿O se olvidaron de los cortes de electricidad de 1987 y 1988? Nosotros estamos haciendo crecer al país y por eso no nos alcanza la energía. Y ahora planteamos la sociedad de Enarsa en los nuevos emprendimientos petroleros y de gas". Había recordado que la base de generación eléctrica es en un 60% a base de gas y combustibles petroleros y que la demanda eléctrica crece entre 1,5 y 2% anual por encima de la expansión del PBI. "Nos estamos quedando sin gas y petróleo", admitió.

“La entrega y el Estado Bobo”

Como lo había hecho antes Lilita Carrió, Claudio Lozano -economista, hombre de la CTA, diputado por Buenos Aires- les enrostró a Menem y a los gobernadores del PJ de los ’90 (Kirchner, por ejemplo, que gobernaba Santa Cruz y participó con entusiasmo en la operación), la privatización de YPF y las condiciones de la transferencia.

Disparó contra esta "ayuda" a las petroleras: "Están manteniendo la depredación que iniciaron en los ’90 y renuncian a reparar los perjuicios de la privatización. Es un absurdo poner recursos públicos a favor de los autores del saqueo del petróleo. Este es un Estado Bobo, que pena el consumo domiciliario y grava con el IVA el pan, pero en cambio premia con subsidios a los emporios petroleros", remató de entrada. Explicó que "no sólo dejamos que se lleven más del 60% del petróleo que extraen, sino que les firmamos concesiones para que dispongan libremente del 70% de las divisas que les generan las exportaciones". Aquí, el país participa sólo en un tercio de la renta petrolera; en Venezuela, Ecuador y México, por ejemplo, el Estado se queda con 2/3, enrostró.

"¿Cómo es que vamos a ayudar con subsidios a empresas que cuadruplican las ganancias de cualquiera de las empresas argentinas que están en primerísima línea?", preguntó Lozano. Explicó que "tienen el petróleo que exportan libremente a 70 dólares el barril y la renta petrolera, que era de 2.400 millones de dólares en 1999 aumentó a 7.132 millones en 2005" (y supuso que en este 2006 puede rondar los 8.000 millones de dólares)."¿Hay que ayudarlos?", se preguntó.

Después dibujó "la inmensa concentración": Repsol maneja el 65% del mercado petrolero nacional; de las 19 petroleras 17 son extranjeras. Aportó un detalle curioso: la ley 17.319 dice que ninguna empresa podría tener más de 5 áreas en explotación, pero Repsol tiene 87. Otro más: "La mayor información y la base de datos del manejo petrolero la maneja Repsol, no el Estado argentino".

Lozano -como todo el arco opositor que votó en contra- no cree en el argumento de asociación de los nuevos emprendedores con Enarsa y su supuesto protagonismo: "¡Mentiras -gritó, casi- para eso Enarsa tendría que tener participación mayoritaria, y eso no lo dice la ley de ‘ayuda’ en ningún lado!". Cree que "es sólo una empresa virtual, que no tendrá poder de decisión sobre el petróleo y dónde va a parar".

Ya le sonaban con insistencia los timbres -agotado su tiempo- cuando cerró: "Vamos camino a importar petróleo en un par de años. ¡Si quieren reparar lo de los ’90, capturen parte de los 15.000 millones de dólares de la renta petrolera que se nos están yendo y con eso financien la reconversión de la matriz energética del país!".

El gran recinto estaba ya a oscuras, cuando en el pasillo, Miguel Giubergia (UCR, de Jujuy, vocero de quienes se opusieron), comentó: "Las petroleras no van a venir a invertir por esta ley. No les importa invertir: ellos quieren que les prorroguen las concesiones hasta que se agote la última gota de petróleo. Y después, volarán".