LA LÍNEA COMAHUE-CUYO
Editorial Diario Los Andes
Cuando de obras que representan grandes inversiones se trata, es invariable que Mendoza se considere una de las grandes olvidadas de este país, y en eso tiene razón. Esta Provincia ha estado ausente de los planes de la Nación por mucho tiempo y, aunque, en virtud de ciertos acercamientos a nivel gubernamental operados en los últimos tiempos la situación pareciera encaminarse hacia reconocimientos justificados, no es tanto lo que se ha realizado si se lo contrasta con lo mucho que necesitamos o lo que se ha prometido en los últimos dos años.
El caso es que Mendoza tiene también que poner de sí cuando las perspectivas se muestran alentadoras y no esperar que sin esfuerzo de su parte alguien le saque las papas del fuego.
Esto que decimos se relaciona con tareas de infraestructura proyectadas que podrían poner a nuestra Provincia a salvo de eventuales cortes de electricidad mediante la construcción de la línea Comahue-Cuyo, de la que se habla desde que se puso en funciones la principal central del sur argentino, la de El Chocón, y que ha sido postergada por muchos años en beneficio de otras regiones del país hacia las cuales esos tendidos sí fueron realizados.
Por ahora, Mendoza no se abastece de energía eléctrica y depende del sistema interconectado nacional para paliar su déficit energético. Lo que hace ese sistema es suplir desde el centro del país, mediante una única línea, que puede ser trazada desde Río Cuarto hasta nuestra provincia, nuestros faltantes de energía. Pero, cuando ese único ramal sufre incidencias del tiempo o problemas técnicos, los cortes o las bajas de tensión aparecen en nuestro medio ya que la capacidad provincial es insuficiente para abastecer sus propias necesidades.
Como dijimos, la solución, prevista desde hace años, es la construcción de una línea que provenga directamente desde las grandes centrales generadoras y se convierta en una alternativa que nos ahorre los problemas que derivan de la dependencia de la que proviene desde Córdoba.
Cuando la nueva línea esté construida, Mendoza, San Juan, San Luis y algunas provincias del norte serán abastecidas en forma directa desde el sur, y contará, aunque la fuente de generación sea la misma, con un sistema duplicado de abastecimiento, aumentando de esa forma la seguridad en un cien por ciento. No es que se disponga de más energía, sino de la certeza de que nunca nos será restada por problemas en el único sistema actualmente en operaciones.
La línea puede ser licitada por la Nación siempre y cuando Mendoza se disponga a afrontar su parte de los gastos. Y se dará la paradoja de que cuando ello ocurra, ya San Juan habrá solucionado en parte su actual problema de abastecimiento mediante la construcción de su tramo de conducción, que por ahora quedará unido a la línea que proviene de Córdoba, entre nuestra vecina y nuestro territorio. O sea, la línea Comahue-Cuyo se comenzará a construir desde San Juan hacia Mendoza, y no de sur a norte.
Esto nos hace recordar un hecho que remarcamos hace ya años, cuando se puso en marcha el gasoducto Centro-Oeste, que debía proveer de gas de los yacimientos ubicados en el sur argentino a las provincias de esa región del país.
El gasoducto en cuestión terminó parte de su recorrido, paradójicamente, en el este nacional, más precisamente en la zona industrial de Campana. Ahora, el gasoducto Comahue-Cuyo comenzará a ser tendido por retazos, pero de norte a sur.
San Juan afrontará sus gastos de electricidad cargando mayores tarifas a sus empresas consumidoras, entre ellas los emprendimientos mineros instalados en su zona de montaña.
Tienen resto muchas de las empresas radicadas en San Juan para afrontar el gasto, ya que gozan de los beneficios de la promoción industrial, algo que no sucede con la inmensa mayoría de las instaladas en Mendoza.
Pero, incluso así, lo que nos llega de la vecina provincia son muestras de dinamismo frente a una lentitud que en la nuestra resulta preocupante. Lentos estuvimos cuando se prorrogaron los efectos de la promoción en nuestro detrimento. En San Juan hubo rapidez para conseguirlo, luego para que fuera prorrogado y, finalmente, reconsiderado y mejorado en su beneficio.
En nuestra Legislatura se detienen en considerar quién afrontará el pago de nuestra parte de la línea. Nadie lo hará, sino Mendoza. Se indica que en definitiva hay dudas sobre el inicio de las tareas de la línea Comahue-Cuyo. Eso quedará en claro cuando Mendoza haga lo que debe hacer. Si es necesario revisar cuentas, que se haga así; pero no solamente bien, sino pronto.